viernes, 23 de septiembre de 2011

EL FAISAN Y LOS INDICIOS (O MARIANA PINEDA Y LAS FAROLAS FERNANDINAS).



Lo del caso Faisán está pasando bastante desapercibido. En buena parte se debe a que ninguno de los dos grandes partidos tiene mucho interés en removerlo: el PSOE porque sería el delincuente, y el PP porque sabe que la opinión pública perdona bastante en cuestiones antiterroristas, porque no quiere vincular sus éxitos o fracasos al tiovivo judicial y sobre todo porque quizá el PP hubiera hecho lo mismo. 

Para quien no lo sepa, el caso Faisán consiste en que, al parecer (todo presunto), miembros del Ministerio del Interior avisaron a unos etarras de que les iban a detener. Los etarras estaban en el Bar Faisán y pudieron escapar, y ello se justificaría en que en ese tiempo estaban ambas partes negociando y no se quería romper el buen rollo. Parece que, durante unos minutos, el Faisán fue un espacio neutral entre dos enemigos, al igual que la Isla de los Faisanes del Bidasoa fuera el campo neutral en el que España y Francia sellaron una paz y se intercambiaron sus princesas allá por el XVII.

Yo quiero hacer una breve reseña, más que nada porque con las últimas novedades el asunto está condenado a pudrirse en los cajones de la Audiencia Nacional. Dentro de veinte años, alguien escribirá un libro sobre los escándalos nonatos de la Justicia en nuestra democracia, y en ese libro deberá haber un capítulo para el Faisán, junto a otros dedicados al caso Rumasa, el GAL, la sentencia del Estatut, el 11-M... Hay otros juicios que quedarán en la memoria, como el del Gürtel, o el del aborto en el TC, pero éstos no han dejado tan tocados a los juzgados como los de la primera lista. Cuando digo “escándalos nonatos”, quiero decir que esos asuntos son tan graves para nuestra justicia como el impacto del Iceberg para el Titánic: los pasajeros no fueron conscientes del daño que se les había infligido hasta mucho después, y cuando lo fueron ya no tocaba escandalizarse sino rezar.

No voy a hacer un estudio jurídico sobre el asunto, o no sobre todos sus aspectos. Me basta con dejarles unas perlas para que sepan por qué, en mi “opinión presunta”, este asunto mueve los cimientos de la Justicia.

1)      Se trata de un asunto que, de ser cierto, constituiría una gravísima traición a la ley. No obstante, se trata de un caso mucho más basado en los “indicios” que en las “pruebas claras”.

2)      Aunque fuera una traición a la ley, la población tiende a aceptarla cuando el fin es acabar con un peligro mayor, lo cual abre una senda peligrosísima, como pasó con el GAL.

3)      Parte de la población, y muchos políticos, esperan que los jueces completen el trabajo que los propios políticos o la policía no se atreven a culminar, aunque los jueces tengan también que saltarse la ley. Aquí juegan un papel especial los indicios, pues al no ser éstos concluyentes exigen que el juez los complete con un juicio de valor. Ante una prueba concluyente, basta con que el juez “la reconozca”, pero ante un indicio es preciso que el juez “lo interprete”, es decir, le añada algo que no está a la vista. Ello desplaza el protagonismo del asunto hacia la calidad del juez (moral, profesional y hasta política).

4)      Desde hace tiempo, parece que una fuerza irresistible pretende que el asunto se juzgue sólo como “delito de revelación de secretos”, y no como “delito de colaboración con banda armada”; la razón estaría en que el primero de los delitos tendría unas consecuencias mucho más leves para los imputados, y para los responsables políticos (Rubalcaba al final de ellos). En el caso de la mera revelación, la competencia para juzgar sería del juez de Irún, mientras que si el caso es de colaboración con banda armada la competencia sería de la Audiencia Nacional por ser materia terrorista; por eso, desde el principio hay una pugna para que el asunto se lleve en un sitio o en otro, pues ello condiciona bastante el resultado final: el juez de Irún no podría condenar nunca por colaboración con banda armada pues carecería de potestad para ello.

5)      El Juez Ruz, de la Audiencia Nacional, ha querido investigar el asunto en su sede, y a ello se ha opuesto la Fiscalía que lo quiere llevar a Irún; es decir, la Fiscalía, que es la defensora del la ley y del Estado, es la primera que pugna para que el asunto se investigue de la forma más leve posible.

6)      Como el Juez Ruz se negaba, vino el Juez Bermúdez (el del 11-M) y se inventó que el pleno de la Audiencia Nacional decidiera a dónde debe ir. Algunos periódicos han señalado los posibles motivos por los que este juez se sentiría proclive a hacer un favor al Gobierno. El pleno de 14 jueces acaba de decidir por unanimidad que el asunto debe seguir investigándose por el Juez Ruz, es decir, que ni ellos saben qué hacer con el asunto, y les parece que lo que hay no es suficiente para elegir delito, pero sí reconocen con ello que los indicios son suficientes para no archivar el asunto.

7)      El Juez Ruz se encuentra ahora con que debe seguir investigando un asunto en el que sabe que le van a tirar piedras si vuelve a llamar o a investigar a Rubalcaba y los suyos, como pasó en su día con el Juez Barbero y el caso Filesa hasta forzar al juez a abandonar la carrera. Por sólo recordar algunas cosas, le han hecho desparecer una grabación que era la prueba principal, se apartó a la Guardia Civil de la investigación dejando sola a la Policía que era la propia investigada, y todo el mundo reconoce que algo delictivo hay pero que nadie quiere ponerle nombre ni condena.

8)      El asunto tiene todas las papeletas para convertirse en una pesadilla para quien deba tramitarlo. Una solución para exculpar a los imputados sería, como apunta un sector, exigir que la colaboración con banda armada precise de la empatía con los fines y pensamiento de esa banda armada; como es obvio que los policías no tienen esa empatía, quedarían absueltos. Aceptar esto sería una aberración desde mi punto de vista, pues iría contra el sentido común y contra la anterior doctrina judicial (por ejemplo, en el 11-M), aunque podría servir para salvar a los segundos de Rubalcaba.

Por todo esto, y por mucho más, se darán Ustedes cuenta de que el asunto es de los que debería interesar mucho más a la opinión pública de lo que lo hace, no porque afecte a tal o cual partido, que eso da igual, sino porque al ámbito judicial se le está retorciendo el músculo de una forma que ya veremos luego cómo se le vuelve a dar tono.

Y de esto particular pasamos a lo general: lo peor de los asuntos de contenido político en los que sólo hay indicios y no tanto pruebas, es que tienden a ser completados por la imaginación del pueblo a través de juicios paralelos. Los medios de comunicación, los profetas de la conspiración, y los románticos del misterio, tienden a consagrar estos asuntos en el armario de los reptiles, para bien o para mal. Conforman así un imaginario que luego es muy difícil de desmontar, y en el que acaba siendo más real el consciente colectivo que la letra de una sentencia.

Esto me lleva a recordar otro caso muy semejante y a la vez opuesto de nuestra España valleinclanesca y rubalcabiana, ocurrido hace 180 años. Se trata del proceso de Mariana Pineda.

La joven y bella granadina, Mariana Pineda, fue acusada también por meros indicios, y también por traición consistente en colaborar con un grupo subversivo. En su tiempo los subversivos eran los liberales, acosados por el yugo fernandino. La colaboración consistiría en haber bordado una bandera que debía servir de estandarte a la revuelta liberal en Granada. El indicio fue el encontrarse dicha bandera en su casa. Nada más.

El proceso fue muy rápido. El hallazgo de la bandera y la detención sucedieron el 18 de Marzo de 1831. El 21 intentó fugarse. El 27 la trasladaron al beaterio de Santa María Egipcíaca. El 5 de Abril, el ministro dio una orden para que este asunto fuera visto no por el Juzgado competente (la Sala Segunda del Crimen de la Real Chancillería de Granada) sino por quien quería el ministro (¿les suena?), que en este caso fue Don Ramón Pedrosa, subdelegado principal de policía de Granada. Pedrosa preparó la sentencia el día 6 de Abril y el 10 la confirmaron los jueces. El 26 de Mayo la mataron. A garrote, en el Campo del Triunfo, junto a la Puerta de Elvira.         

El proceso nunca pasó de los meros indicios, y nunca se probó nada concluyente. La bandera no era tal, sino un retal de tafetán morado. Se la tildó de tricolor, pero simplemente porque sobre el morado había un triángulo verde y alguna letra roja. Se acusó a Mariana de connivencia con los liberales, pero ella negó cualquier relación con el asunto, y también su defensa se basó en rebatir cualquier implicación. El trapo apareció en su casa, pero nadie dio una explicación coherente, salvo los enemigos de Mariana. Es cierto que pocos días antes se habían producido hechos muy graves: el 2 de Marzo fue asesinado el gobernador de Cádiz, tropas de Marina se sublevaron aunque fracasaron, otro grupo se alzó en Gibraltar y campó por Sierra Bermeja hasta que todos fueron suicidados, derrotados y fusilados el día 8. En la ciudad de Granada se movilizó a los Voluntarios Realistas, que no volvieron a su normalidad hasta el día 18, precisamente el mismo en el que Mariana Pineda fue detenida.

Parece que interesaba condenar a alguien por liberal o por cooperador con los liberales, aunque fuera sólo a través de “indicios”. Lo cierto es que, si atendemos a los antecedentes de Mariana, sus relaciones, la sociedad granadina, las características de la supuesta bandera, sus colores, sus emblemas, algo apunta a que Mariana no tenía la más mínima relación con la conspiración liberal, sino más bien con las logias masónicas de la ciudad, también perseguidas. Esta posibilidad da un giro a la investigación y podría explicar el silencio que mantuvo Mariana durante todo su proceso, para proteger a los masones. Incluso se ha apuntado que pudiera haber un fondo de despecho amoroso más que político en la persecución de Pedrosa contra Mariana.

Lo cierto es que, como apuntaba antes, en los casos donde la prueba escasea y donde se olfatea la posibilidad de conspiración, el espíritu del pueblo actúa y lleva la historia a lo que “debiera haber sido” más que a lo que “realmente fue”. Si ello se junta con los intereses de un gobierno que tiene los resortes para retorcer la realidad hacia sus propios fines, el asunto está perdido para la verdad. Con Mariana Pineda ocurrió lo mismo: al poder de los años venideros le interesó en su día llevar el ascua a su sardina convirtiendo a Mariana en una heroína del bando liberal, cuando quizá ella sólo quiso ser una colaboradora masónica. Le dedicaron placas, obras de teatro, esquelas en el Ayuntamiento... como luchadora por algo en lo que nunca participó (quizás). Actualmente, su casa ha sido dedicada a otra lucha, la de la Mujer, habiendo sido transformada en sede del Consejo Municipal de la Mujer de Granada, y Centro Europeo de la Mujeres. Parece que toda causa fabrica sus mártires, aunque ellos no fueran conscientes de ello; me recuerda a “La Vida de Brian”, cuando el Movimiento de Liberación de Judea se pone la medalla de la ejecución de un Brian que sólo quería volver a su casa con su madre y su novia.

A este tipo de esperpentos nos lleva la falta de luz sobre las cosas. La oscuridad permite usar los indicios para convertirlos en verdades, y las lagunas en historias.  Es curioso, para terminar, que de aquélla época tan sórdida, tan oscura –o mejor, tan oscurantista- como la de Fernando VII, nos haya quedado para la posteridad un objeto que precisamente se distingue por su luminosidad: la farola fernandina. Si se fijan, se trata de esas farolas de hierro compuestas por un fuste de varios metros de alto y terminadas en un farol troncocónico invertido de uno, tres o más brazos; en su base aparece una F y el año 1832.

Hoy miramos esas farolas como un elemento de buen gusto y distinción, y su sustitución genera polémica quizá porque no hemos inventado algo más bello (la generó en Madrid cuando Tierno Galván las sustituyó por un diseño sideral y tuvo que dar marcha atrás en parte, o más recientemente en La Laguna, cuando se han sustituido por un diseño no autóctono). En su día la farolas fernandinas debieron ser un medio más de lucha contra la disidencia: En la Granada de 1831, el ya citado y malvado policía Pedrosa escribió el 3 de enero (apenas 2 meses antes de detener a Mariana Pineda) al corregidor quejándose de la poca iluminación de la capital y pidiendo que ésta permaneciese más allá de las 10 de la noche, “atribuyéndose parte de los excesos que se cometen a la oscuridad de las calles, que siempre es un estímulo para los criminales” (tomado de “Mariana Pineda”, de Antonina Rodrigo). El caso es que el aceite debía ser caro para iluminar todo el tiempo, pues en las crónicas y archivos de muy pocos años antes aparecía siempre la iluminación nocturna con lámparas de aceite como un signo extraordinario de celebración en fiestas y eventos singulares. La opción para mejorar la seguridad nocturna era la iluminación de gas, y los Rubalcaba de entonces debieron pensar que era el momento de usar un nuevo tipo de farola. En 1832 se instalaron los primeros cuatro faroles de gas, en la Plaza de Oriente de Madrid, suponemos que ya con el diseño Fernandino. Estas farolas se nutrían de una pequeña instalación ubicada en la cercanía de palacio.

Poco a poco se extendió la red de farolas fernandinas y la red de gas, haciendo que en las calles de España hubiera cada vez más luz, hasta hoy. Es una pena que en la política, no obstante, permanezca la misma oscuridad que hace 180 años.

domingo, 18 de septiembre de 2011

EL PP, LA CRISPACION Y LA FAMILIA


Decididamente, hice bien en ABANDONAR ESPAÑA. El máximo responsable del PSOE que aspira a mandar sobre TODOS los españoles, acaba de salir en la tele llamando “PIROMANO” al PP, sólo por decir éste las mismas cosas que luego los juzgados ratifican (y aunque no lo hubieran hecho, faltaría más que un partido no pudiera tener un programa propio sin que le llamen pirómano).

En ese mismo discurso, el mismo máximo responsable del PSOE acaba de decir que NO LE PREOCUPAN los grandes patrimonios de España; ya empezamos a eliminar españoles del Arca de Noé (no lo ha dicho literalmente así, sino que ha acusado al PP de preocuparse por esos grandes patrimonios, ergo...).  Hace unos días, su compañero Pepe Blanco, máximo responsable de transmitir la opinión de su partido, dijo que el PP sacaba la MOTOSIERRA. Su compañera, Carmen Chacón, máxima responsable de defender al Estado, se ha CARGADO a uno de los tres poderes (el JUDICIAL) diciendo que las sentencias no pueden estar sobre la voluntad de un parlamento o parlament.

A la sazón, Durán i Lleida, de CIU, dice que si no les hacen caso aquí habrá un CHOQUE DE TRENES, Mas habla de encender la HOGUERA de las aspiraciones y de RUPTURA del consenso y de que ya nada les obliga a respetar la unidad, y otros de más allá dicen que tráeme acá esa BANDERA que la queme. Todos los partidos catalanes han PLANTADO al alcalde del PP de Badalona por no querer delinquir (como lo hubiera supuesto incumplir la ley de banderas retirando la española en el día de la DIADA). Los del País Vasco dicen que la Guardia Civil y la Legión y el Rey son unos NAZIS (lo dicen con los gestos), etc. etc.

Ya sé que estamos en período preelectoral ¿Y qué? ¿Es que eso da derecho a portarse todos como si les hubieran echado ESTRAMONIO en el café? ¿O a tratarnos como si nos lo hubieran echado a nosotros?

Menos mal que la CRISPACIÓN es siempre cosa del PP. Claro, es que el PP, aunque no abra la boca, genera crispación... eso le pasa por existir.

¿Y la FAMILIA? Ah, bien, gracias.

viernes, 16 de septiembre de 2011

ZAPATERO, LAS NUBES Y BERENICE


   Hay una historia celeste del Egipto Ptolemaico, que dice: Berenice, la esposa del faraón Ptolomeo III, tenía una maravillosa cabellera. En cierta ocasión el faraón tuvo que marchar a la guerra, y su esposa, preocupada por la suerte de aquél, se cortó la melena y la depositó como ofrenda en un templo. Algún desalmado sustrajo la preciosa prenda, lo que sumió a  Berenice en desolación. Entonces, el astrónomo real, que había localizado una constelación todavía sin nombre, le dijo a Berenice que la cabellera no había sido robada sino que los Dioses se la habían llevado por ser una ofrenda tan preciosa, colocándola en un lugar preferente del cielo. La nueva constelación fue llamada Coma Berenices (Cabellera de Berenice), y es un riego de estrellas en forma de pequeña cola de caballo, que luce sobre Virgo.

   Ahora hablaré del cielo de Zapatero y de sus nubes. ¿Le gustaría a nuestro José Luis ser arrebatado al cielo por los dioses como la melena de Berenice? Para el que se libra de estar en El Estado Español o de leer la prensa, le diré que me refiero a la epitáfica reciente perla del Presidente del Gobierno de España, quien ha dicho que su vocación real es la de ser “supervisor de nubes”, y que lo suyo sería “estar tumbado en una hamaca, mirando el cielo”. O algo así. Vamos, extasiado como el Príncipe Salina de “El Gatopardo” mirando a Venus, o como la Beatriz de Dante mirando a las estrellas mientras Dante la miraba a ella.

   Supongo que los socialistas no se me enfadarán por lo que diga, pues lo normal es que ya debieran estar mosqueados por sí solos al oír a su líder. Más enfadados deben estar aún los millones de españoles que están en una hamaca a la fuerza, por falta de trabajo, o porque les hayan cerrado los ambulatorios, o por la falta de medicinas que ya no llegan a las farmacias por los impagos de la administración... A la vejez viruelas y a la despedida poesía. Podía ZP haber empezado soltando esa parrafada en el congreso aquél en que se presentó contra Bono, a lo mejor los militantes socialistas nos podían haber ahorrado ocho años de poesía y a Zapatero ocho años de prosa.

   Pero mantengamos la calma, no sea que distraigamos al supervisor de nubes.

   Desde que Felipe dijo aquello de que Héctor era nombre bíblico, algunos socialistas no gustan de citar la Antigüedad, será porque hay que hacerlo en latín o griego y ya sabemos que ZP dijo una vez que “sólo en español”. Yo, sinceramente, creo que aunque el Presidente no cite a Berenice tiene motivos de sobra para decir que lo suyo es el cielo; no hay más que mirar la cara de la Merkel en las portadas de todos los periódicos e imaginar acto seguido qué cuerpo se le pone a ZP en el desayuno, debe estar queriendo que los Dioses se lo lleven como a la melena faraónica, y lo depositen en Raticulín o en Ganímedes, no sea que antes lo llame el supremo Obama para dictarle alguna reforma.

   Por cierto, que Ganímedes fue otro humano divino que también se fue al cielo raptado por los Dioses, bueno, por uno –Zeus-, contra el mal rollo de una diosa –Hera-. Se parecía mucho a nuestro Presidente: Ganímedes era un pastorcillo de alma hermosa e ingenua, como la de Zapatero; era mortal hasta que fue convertido en inmortal, como Zapatero; y como troyano que era llevaba un gorro frigio, como... la República. Zeus –o su equivalente romano Júpiter- se lo llevó consigo dos veces, como Obama se ha dirigido ya por segunda vez a España para llevarse nuestra soberanía. Hoy el troyano Ganímedes-ZP es en el Sistema Solar un satélite del planeta Júpiter-Zeus-Obama, luego lo del Encuentro Planetario era, al fin y al cabo y a su manera de esclavitud, cierto, y ello a su vez convierte a Leire Pajín en Casandra, la también troyana y predictora de catástrofes (con esto no quiero decir que el PSOE se haya convertido en la Casa de la Troya, es mera coincidencia).

  Sin embargo, como yo no creo que la labilidad sea además signo de bondad, me temo que cuando ZP ha dicho lo de las nubes no haya actuado como un egeo pastoril, sino que lo ha hecho como un astuto romano, más bien retorcido. ¿Que por qué digo eso? Miren... Todo tiene que ver con Rubalcaba sí. “Rubalcaba sí” es el segundo de ZP, lo que me recuerda al personaje del TBO de “El Doctor No y su Ayudante Sí”, o mejor aún, al “Número 2” del doctor Maligno, en “Austin Powers”. ¿Se acuerdan? Al Doctor Maligno le molestaba mucho que Número 2 fuera más inteligente, más atractivo, más capaz que él, y por eso intentaba humillarlo cada vez que podía. Imagínense qué no hubiera hecho el Doctor Maligno si, además de todo eso, hubiera tenido que ceder el poder a Número 2 por la disidencia interna... ¡chispas!. ZP dijo el otro día que estaba “más cerca que nunca de Rubalcaba”; esto no hay que entenderlo como signo de solidaridad con su segundo; yo lo asocio con lo que le diría el pisapapeles al folio. No hay que ser un genio para ver los regalitos que el 1 le viene haciendo al 2: convocatoria de elecciones cuando dijo que agotaría; fijación del 20-N; impuesto del Patrimonio; reforma de la Constitución convenciendo a Alfredo por la noche... ¿Les suena? Los alemanes dicen “Faust im Nacken” (puño en el cuello) para referirse a ese tipo de cercanía, y los franceses dicen “le feau au (pitido)” que significa “el fuego en el (pitido)”.

   Temiéndome alguna relación entre lo de las nubes y lo de Rubalcaba, me he ido al diccionario a ver qué significa realmente lo de “supervisar las nubes”, y me he llevado una sorpresa. He encontrado algo muy interesante que reconcilia a Zapatero con las humanidades clásicas, va a ser verdad que griego no pero romano sí. Miren, la palabra “nube” tiene que ver con “nupcial”, y con “velo” entendido como algo nebuloso, entre traslúcido y transparente, pues las novias llevaban el velo al casarse. Los que se casaban ejercían el ”ius connubium”, o derecho con la nube. En la ceremonia romana, la novia no podía quitarse el velo hasta su conclusión, momento en que el novio podía retirarle el velo –la nube-, es decir, la “desvelaba”. Con el rito nupcial, la esposa quedaba completamente marcada por su total dependencia respecto al marido.

  Por tanto, señores, lo que ha querido decir ZP al afirmar que “supervisa las nubes y que está muy cerca de Rubalcaba”, es que está haciendo con él lo mismo que el marido romano hacía con la esposa al casarse con ella: está supervisando que la Novia Alfredo no se quite la nube-velo de segundona en ningún momento y que, tras el rito de sumisión que están celebrando tan juntitos, quede marcado como Número 2 para siempre. Ya saben, a ZP sólo le falta decir eso de “Y-etamo-tanagutito” que se suele decir en las bodas.

  Así pues, estamos ante una BODA MISTICA, rara, como la del Rey y la Reina de la Alquimia, como las Bodas Químicas de Christian Rosenkreuz o como las del Dogo de Venecia con el Mar. Un poco arcana, sí, pero boda al fin y al cabo, y si no, por sus hijos la conoceréis.

   No quiero insistir más por si todo esto es una estupidez, así que agradezco su paciencia a quienes hayan aguantado hasta aquí este Sueño de Verano paseándose conmigo por Grecia, Roma, Hispania, la Via Lactea... Rubens.

   Lo que no me resisto a contar es otro episodio, este sí real, sobre otra cabellera maravillosa. Con ello cierro este sueño como se cierra la pesadilla de Alicia, volviendo al origen. Al comienzo hablé de la cabellera de Berenice, ahora les contaré lo de los rizos de Sarah Jennings según lo cuenta Winston S. Churchill.

   Sarah Jennings fue una mujer fascinante, bellísima, sagaz y difícil. Su época es la de la Inglaterra de los Estuardo, y su escenario la Corte. Había nacido en 1660, y a los dieciséis años se casó con otro joven de leyenda: John Churchill, quien con el tiempo se convertiría en duque de Marlborough -el célebre Mambrú- y en una de las figuras militares y políticas más importantes de toda la Historia Británica. Sarah (Churchill de casada) fue siempre una mujer muy consciente de su valía y ocupó un lugar relevante en la esfera de Jacobo II y de sus hijas María y Ana, ambas también reinas. Para su tiempo demostró como mujer casi tanto o más que lo que podía demostrar su marido como hombre. John Churchill estuvo siempre enamorado de ella, y ella de él en el tiempo que les quedaba entre enfados, coquetería y batallas. Fueron una pareja imponente.

   Sarah tenía un cabello proverbial, entre rubio y pajizo, que era la mitad de su belleza. Lo cuidaba como John sus armas, quizá por igual motivo. Un día, el matrimonio discutió fuertemente. Sarah, en un arranque de orgullo, se encerró en su cuarto, cogió unas tijeras y cortó entera su melena. Después salió de su cuarto y, sin decir nada, depositó sus rizos cercenados encima de una mesita, para que su marido los viera al pasar. John pasó al poco rato junto a la mesita, pero no dio señal de reacción alguna, para gran frustración de Sarah.

   Pasados muchos años, muchos, John Churchill murió siendo casi un anciano, tras mil batallas, debates políticos y destierros. Al ordenar sus efectos personales apareció entre ellos, perfectamente envuelta, la cabellera de Sarah. La había llevado siempre consigo.



lunes, 12 de septiembre de 2011

EL NAS DE DON MAS (O A MAS NARIZ MENOR OLFATO)




   Erase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz nacionalista,
érase una nariz corta de vista,
érase un Naricista sin Estado.

 Era el Nas de Don Mas de gran cuidado:
pasó de ser sentido a ser arista,
mudó de integrador en integrista,
trocó un equilibrista en un pesado.

 Hasta el Nas va Don Mas por Cataluña,
protesta de que España no le entiende
y ofende sus narices con la lengua.

 Defiende así su idioma a diente y uña,
sin ver que lo que a látigo se aprende
no engrandece al maestro y sí lo mengua.



Moraleja:

"no por mucho narigar
se razona más temprano"

domingo, 11 de septiembre de 2011

TORRES GEMELAS, PAISES GEMELOS.

      Recordamos hoy con horror la tragedia de las Torres Gemelas. Han pasado 10 años. 

    El tiempo no hace olvidar las cosas, sino que decanta las menos importantes. Para mucha gente del planeta, lo que queda de aquel episodio es el dolor humano, y eso es lo que ha rememorado hoy. A nadie se le ocurriría sentir algo por la pérdida de dos edificios, por la crisis bursátil que aconteciera o por las postales que devinieron absurdas... la gente de hoy recuerda a la gente de entonces, y se duele por ella y por sus seres queridos.

   Parece, pues, que los grandes dramas más el paso del tiempo otorgan cierto rango a los capítulos de la Historia hasta el punto de hacer olvidar cuáles fueran las causas, las culpas, las cifras, los beneficiarios, los rapiñeros, los fríos, los buenos, los malos. Los humanos acabamos sintiendo solidaridad por todos aquellos infelices que se vieron atrapados en un episodio que no era el suyo, y la empatía nos lleva a encender una vela por ellos sin ganas, -siquiera- de perder un minuto en algo que no sea sentir piedad. El planeta casi entero ha obrado así, y está bien que así sea. 

   Me pregunto cuántos años habrán de pasar para que la humanidad haga algo parecido con los dos Países Gemelos que se vieron tan destrozados como las Torres, con mil veces más personas, más dolor y más locura. A raíz del 11-S, el mundo se enzarzó en una llamada guerra contra el terrorismo que se cebó en dos países, Afganistán e Irak. 

   Todos sabemos las tensiones internacionales y las nacionales respectivas que conllevó aquel conflicto; no hay que eludir nada de todo aquello, ni las responsabilidades, ni los deberes, nada está terminado y nada debe quedar olvidado. El problema de hablar de esas guerras es que parece que hay que hacerlo con el mazo de juez en la mano, y no está mal que haya jueces, pero los miles de millones de humanos no podemos esperar a que termine el juicio de la Historia para empezar a sentir empatía por tantísima gente que ha muerto en esas guerras. La población civil, los militares de uno y otro bando, los milicianos, los cooperantes, los cientos de miles de atrapados entre buenos y malos sean éstos quienes fueran, todos ellos se han visto igual de atrapados en un cruce de fuegos de forma tan absurda como la de las víctimas de Nueva York atrapadas en una planta 38. Estoy deseando que algún día los países del mundo puedan organizar una ceremonia con los nombres de todos los caídos de esas guerras de oriente, los de todos aquellos que han ido por una orden, por un sentido del deber, por un sarcasmo del destino, o sencillamente porque vivían en esa calle.

   El dolor por los seres humanos debería conmovernos a todos, fueran del lado que fueran y llevaran el uniforme que llevaran, porque seguramente ni uno sólo de todos ellos, de haber podido elegir, hubiera estado allí. Esto que parece tan obvio no debe serlo tanto cuando las manifestaciones de dolor no son tan equivalentes. El cielo me libre de hacer demagogia con esto, cuando el asunto es tan delicado y tan candente aún; y sepan que no soy de los que dicen que toda guerra es injusta porque no creo que lo fuera la que se declaró a Hitler por Gran Bretaña. Pero no está mal que de vez en cuando sigamos recordando esto: las guerras puede que sean justas o injustas, necesarias o innecesarias, pero siempre son malas y nunca buenas, y de ahí se deriva algo: el dolor humano que causan debe colocarse en un lugar mucho más importante. Al estudiar la Historia de la humanidad, se analizan las guerras por sus consecuencias políticas, territoriales, económicas... si empezáramos a medirlas por el dolor humano que comportan, es posible que estuviéramos en el principio de resolver muchas cosas, y de empezar a repensar el mundo.
   

miércoles, 7 de septiembre de 2011

ESPAÑOL PARA ESPAÑOLES

El error de los periodistas extranjeros es que preguntan a los españoles y publican lo que oyen. Deberían saber qué significan para un español ciertas expresiones, especialmente de economía y política.

Por eso ofrezco al mundo esta pequeña lista de traducción Español-Español. Va por Moody´s, la Merkel, Obama, el FMI, el BCE, la UEFA, la NASA, la T.I.A y la A.B.U.E.L.A:

 

   ESPAÑOL PARA ESPAÑOLES.-


DEUDA SOBERANA = Soberana Deuda

REFERÉNDUM = Consulta a los españoles para que digan que Sí.

DEMOCRACIA = Sistema en que los ciudadanos eligen quién prefieren que les arruine.

DEMOCRACIA INTERNA DE LOS PARTIDOS = Votación de militantes para decidir dónde ir de cañas después de escuchar al líder.

BOE = Antecesor del Photoshop.

TIKI TAKA = Tratamiento dado a España por los mercados.

NORMALIZACION LINGÜÍSTICA =  Sacar la lengua con normalidad.

INMERSIÓN LINGÜÍSTICA = Ahogamiento de 3 generaciones utilizando la lengua.

DESAHUCIO HIPOTECARIO = Acto por el que, dejando de pagar 30, se pierde una casa de 5000 y aún se deben 500.

IMPUTADO = Persona condenada por todos menos por un juez.

ARCO MEDITERRÁNEO = Ultima adquisición del Ejército Español.

CORRUPTO = Persona incapaz de guardar facturas.

GRUPO MIXTO = Bandeja de sandwiches.

TAS = Yunque de platero (sin confirmar)

BONO A DIEZ AÑOS = 5 maj 5 añoj.

BONO ALEMAN = Ejtoy junto a Aujtria.

EMPRENDEDOR = Inadaptado.

ANTIPATRIOTA = Persona que lee libros (o prensa escrita).

MOLT HONORABLE = Oriental ilustre fallecido.

PLAN HIDROLÓGICO = Acosar al fontanero y colgarlo en Youtube.

LIBERADO = Trabajador que no hace su trabajo para que otros trabajadores tampoco hagan el suyo.

NI ESTA NI SE LE ESPERA = Hombre inteligente.

JUZGADO = Espacio para turismo de aventura.

RECESION = Estado del Bienestar.

ESTADO DEL BIENESTAR = Cementerio de la Almudena.

REFORMAR LA CONSTITUCIÓN = Ser más tonto y no nacer.

TIPOS DE INTERES = Interés de ciertos tipos.

DESACELERACION = Cangrejos avanzando.

SENADO = (No hay referencias. Se incluirá en la segunda edición)

MEDIO AMBIENTE = Cosa rara que hay entre dos rotondas.

PLURALISMO POLÍTICO = Ser insultado por más de un partido.

CULTURA = (Eliminado por ser un extranjerismo)

RESCATE = Anexión

NACIONALISMO = Nación unida a otra por un istmo.

POSICIONAMIENTO = Posición o postura de uno que no lee.

CONSENSO = Subida de sueldos de políticos.


   Tengo otros listados en preparación, como son:

- “MOURINHO-ESPAÑOL/ 
ESPAÑOL-MOURINHO”

- “FRAGA-ESPAÑOL/
ESPAÑOL-FRAGA”

- “INDIGNADO-ESPAÑOL/
ESPAÑOL-INDIGNADO”.

- Ah, y mi debilidad: el 
“TRIBUNAL CONSTITUCIONAL-ESPAÑOL/
ESPAÑOL-TRIBUNAL CONSTITUCIONAL”

   Tengan paciencia que todo llega.

lunes, 5 de septiembre de 2011

FACEBOOK Y LA TORRE DEL TEMPLE



   No voy a criticar a las redes sociales, ni a alabarlas. Mucho menos a dar lecciones. Me limitaré a contarles lo que el otro día me dijo el Ciudadano Tallien sobre este tema. Coincidí con él en un puerto que no debo revelar por si hubiera espías de la Inglaterra. El ilustre revolucionario regresaba a Francia desde Alicante, donde ha sido cónsul hasta que la terrible fiebre amarilla le ha hecho perder un ojo.

   Saben Ustedes que Tallien fue quien, hace unos años, acabó con el Terror en las jornadas de Termidor cuando se atrevió a enfrentarse al sanguinario Robespierre, y que lo hizo por salvar de la guillotina a la española Teresa Cabarrús, con la que luego se casó (hoy ya están divorciados). Tallien me dijo que las personas que están en las redes sociales le recuerdan a los que, como su Teresa, habitaron las prisiones del Temple, la Bastilla, o la Conciergerie.

   Contaba que los prisioneros de París eran gente ya sentenciada, y que otros esperaban ser juzgados, pero que ninguno tenía esperanza porque era insano tenerla. La vida que disfrutaban allí era una vida descontada, no servía porque no era la suya propia, se limitaban a hacer de sí mismos, o de otros si en ello encontraban placer. Nadie sabía realmente quién era el preso de al lado; algunos sí se conocían de los tiempos previos pero muchos eran desconocidos, un marqués podía estar en ropas de mendigo, y un asesino en las de conde, era el lugar ideal para jugar a ser quien no se era, y nadie lo censuraba porque eso formaba parte del juego. La mentira no se reprochaba pues era inevitable, y por ello todos jugaban a creer a los demás.

  Decía Tallien que sólo las personas que tenían aparcadas sus vidas podían encontrar placer en conformar esa vida paralela y en entramar una relación ficticia. Yo le contesté que ello no era tan cierto, pues allí mismo había estado la mujer que eligió para casarse, y que en la cárcel se habían tratado también muchos negocios, salvamentos... muchas amistades se habían forjado en ese tiempo de purgatorio, y quizá con mayor autenticidad, belleza y afecto que las que se formaban en la vida real. Me dijo que llevaba razón, pero que eso no convertía las prisiones del Terror en algo deseable, y que nunca había conocido a un preso de aquéllos que no hubiera preferido, en aquellos momentos, dedicar su tiempo a su vida de fuera si le hubieran dejado; el que hubieran sabido sacar partido de aquella pesadilla no convertía su encierro en un sustituto honesto del mundo real. 

   Me despedí del Ciudadano Tallien. No quise contradecirle, pues parecía avejentado por las experiencias vividas. Quizá el no sabía, o no quiso recordar, que la mayoría de las personas que se habían conocido despojadas en aquella prisión del Temple al calor de la familia real, o las que se vieron cortar el pelo en la Conciergerie, o hasta las que aún conocieron la Bastilla y tantas otras, habían rehecho perfectamente sus vidas, y que incluso gustaban de volver a esos recintos y organizaban verdaderas fiestas –algunas totalmente inmorales- basándose en los recuerdos de aquella vida que no era vida. Quizá Tallien decía que la vida de prisión era una falsedad pues la mujer que allí salvó y creyó real le engañó en la vida posterior a la cárcel. 

   Yo no sé, ciertamente, cuál de las dos vidas es más real, porque vivo en el mar que es a la vez libertad y prisión. Pero aún sigo reflexionando sobre aquéllas palabras del francés.