El presente artículo tiene un
propósito limitado. Pretende tan sólo llamar la atención sobre unos datos que
figuran en fuentes diversas y que quizá puedan servir de hilo conductor para
conocer mejor los primeros momentos de la iglesia benidormense, tras la
conquista por Jaume I.
Forma parte de un estudio sobre algo que desde hace tiempo me llama la
atención: la posible relación entre el origen o refuerzo de la Iglesia de
Benidorm y la Peste Negra de 1348. Dicho estudio analiza cómo la preocupación
por la vida religiosa en el Benidorm de aquella época entraba en los planes de
tres personas: el señor de Benidorm infante Don Pedro de Aragón conde de
Ribagorza, su sobrino el rey Pedro IV el Ceremonioso y el obispo de Valencia
Hugo de Fenollet. Al ser una entrada para blog, omitiré referencias a fuentes
para mayor agilidad. Las insertaré en su día cuando lo exija el formato.
La Iglesia de Benidorm suele venir referida a una fecha comprendida entre
1349 y 1356, es decir, los años inmediatamente posteriores a la devastación que
supuso en 1348 la Pestilencia o “Gran Mortaldat” (así la llamaron
entonces, como encontramos en el Dietari
del Capellá d´Alfons el Magnánim, o en la Crònica de Pere Maça-,
mientras que el término “Peste Negra”
no empieza a constar sino dos siglos más tarde, a partir de 1550).
En cuanto a la datación de la Iglesia de Benidorm, referida a la actualmente
ubicada en el cerro del Canfali y dedicada a la advocación de Sant Jaume i
Santa Anna, suele darse la referencia de las fechas de 1349-56 (siendo ya señor
de Benidorm el infante Don Pedro, conde de Ribagorza y tío del Rey Pedro IV el
Ceremonioso), como punto de encuentro de las múltiples aportaciones de
tratamientos anteriores. Por su parte, Agustí Galiana (presidente de la
Associació d´Estudis de la Marina Baixa, AEMABA) me ha aportado el dato
esencial de que, según fuentes investigadas por él, consta que Bernat de Sarriá
fue quien construyó la iglesia ubicada en el castillo de Benidorm y que lo
habría efectuado en fecha anterior a 9 de Enero de 1331. Ello significaría que la iglesia
de Benidorm ya existía cuando llegó a nuestras costas la gran epidemia que
azotó Europa.
No obstante, no es objeto del presente artículo profundizar en el origen
mismo de la iglesia sino en ciertos acontecimientos que le afectan a partir de
1348. Por ello renunciaremos aquí a analizar todas las cuestiones que se
suscitan sobre los años anteriores a 1348 en cuanto a: 1) preexistencia del mismo
templo o de otros edificios religiosos en el entorno benidormense; 2) preexistencia
de un culto en el mismo castillo o en otros lugares del término, fueran
cristianos o incluso mezquitas, así como 3) las intenciones, realidades o
localizaciones de aportación en esos años a los monjes agustinos en el término
de Benidorm, pues todo ello excedería con mucho la vocación sintética de este
artículo y su ámbito temporal.
Sí nos interesan las fechas de 1349-56 como aquéllas a partir de las
cuales puede entenderse consolidado el culto cristiano y asistencia a sus
fieles en Benidorm tras las Reconquista. Baste citar por todas la mención
literal recogida por Francisco Amillo Alegre en su Historia de Benidorm, de los orígenes a 1960. Amillo transcribe
parte de un documento eclesiástico –en copia- de 1414, redactado originalmente
en latín, del que extractamos algunos párrafos:
“Benidorm, año del nacimiento del señor de
1414, jueves trece de Septiembre. Visita a la iglesia basílica del lugar de
Benidorm, sufragánea de la iglesia del lugar de Polop. El ínclito señor el
infante Pedro, conde de Ribagorza y de las montañas de Prades y de las universidades
de los lugares de Bellaguarda y de Benidorm estableció un beneficio y una
vicaría perpetua con el consentimiento del señor Hugo, entonces obispo de
Valencia…
…El
vicario está obligado a residir habitualmente en el lugar de Bellaguarda y
celebrar allí mismo los oficios durante dos días consecutivos de cualquier
semana, y durante tres domingos está obligado a celebrar en la iglesia de
Benidorm y durante dos días de aquella semana…
…En
el castillo de Benidorm hay erigida una capilla de Sant Jaume y un altar y un
retablo, pero el altar está desnudo y no hay ornamentos, aunque el teniente de
alcalde Miquel Ramírez dijo que el día de Sant Jaume se prepara el altar y se
celebra, etc…”
Para quien no esté familiarizado con el término “Bellaguarda”, diremos
que éste se hallaría ubicado en el actual término municipal de Altea, en las
inmediaciones de su actual casco urbano por el lado que mira hacia el Albir y
Benidorm.
El obispo Hugo del que se habla, -y que auspició la citada obligación de
que un vicario celebrara misas en la iglesia de Benidorm-, es Hugo de Fenollet,
quien accede al cargo precisamente por fallecimiento, a causa de la Pestilencia,
del anterior obispo de Valencia, Ramón (Raimundo) Gastón el 19 de Junio de 1348,
según estudió Jose Trenchs, el cual incluye numerosas referencias a los
Archivos Secretos Vaticanos. Para ser honestos, la mención de José Trenchs a la
muerte de Gastón no indica la causa de su muerte sino tan sólo que ocurrió “durante la peste”, aunque es posible
que falleciera por cualquier otro motivo pues, como nos recuerda el Dietari de
José Agramunt, “Mosén Raimundo Gastón...rigió
esta Yglesia 35 años, siete meses y tres días. Murió…muy viejo”. El 3 de
Diciembre del mismo año 1348, por nombramiento pontificio, fue designado
sucesor de Gastón en la cátedra obispal quien hasta entonces fuera canciller
real: Hugo de Fenollet.
Es así que, al referirse el documento de 1414 al obispo Hugo y al
infante Don Pedro, sólo puede estar hablando del citado Hugo de Fenollet, quien
ejercerá el obispado desde el 3 de Diciembre de 1348 hasta su muerte ocurrida
el 21 de Junio de 1356. Estas fechas precisas de comienzo y fin del episcopado de
Fenollet las tomamos de la página episcopal de internet, si bien el Dietari de
José Agramunt antes citado las sitúa respectivamente en el 29 de Julio de 1348
y el 25 de Junio de 1356. El sucesor de Fenollet será Vidal de Blanes, obispo
de Valencia entre 1356 y 1369.
Por todo lo anterior daremos, pues, por atestiguado que hacia 1349-56 la
iglesia de Benidorm ya era considerada como sufragánea de la iglesia de Polop,
y que un vicario de ésta última (Polop) debía residir en Bellaguarda para
–además de sus obligaciones en la misma Bellaguarda- acudir a Benidorm a
ejercer la cura de almas.
A partir de ahí podemos apuntar otros datos.
1348.- Muerte del párroco de Polop
llamado Bernat Sabater, y nombramiento de Guillem Auger.-
La Gran Mortandat fue realmente devastadora en toda Europa, y eso no
excluye a la Península Ibérica. Mucho menos al Reino de Valencia, toda vez que
la principal forma de transmisión de la peste se producía por mar entre las
zonas costeras a las que llegaban barcos contaminados de otras riberas. En el
caso de los párrocos de las iglesias valencianas, el panorama fue realmente
llamativo: sólo en la zona cercana a Benidorm morirán por la peste los párrocos
de Alcoy, Castalla, Corbera, Cocentaina, Cullera, Gandía, Luchente, Mogente,
Onteniente, Penáguila, y también del mismo Polop.
El rector de Polop fallecido en 1348 por la peste fue Bernat Sabater. Le sucedió Guillem Auger. Así pues, hasta esa fecha habría sido Bernat Sabater el responsable de la iglesia de Benidorm como sufragánea de Polop, y a partir de entonces lo sería Guillem Auger. Lo que no sabemos es el momento exacto en que empezó a ponerse en práctica la obligación de vicaría y asistencia a Benidorm en los términos pactados, si es que no constituía ya de antes una práctica no escrita.
El tal Guillem Auger no debía ser un mero religioso de escasa influencia. En el mismo año 1348, en diversos documentos recibidos en la corte pontificia de Avignon el 15-X-1348, le vemos firmando como presbítero de Valencia varias solicitudes: a) la petición para sí de la iglesia parroquial de Polop; b) una solicitud para Domènec Pradell –presbítero también de Valencia- de la concesión de la iglesia de Carpesa en sustitución del fallecido Bartomeu de Sant Joan; y c) otro documento solicitando para Guillem Arnau, presbítero de Vic, la iglesia de Penáguila en sustitución del fallecido Guillem Descres. Es decir, que Guillem Auger se consideraba lo suficientemente influyente no sólo para pedir plazas para sí, sino también para otros dos religiosos, y hacerlo con éxito.
El rector de Polop fallecido en 1348 por la peste fue Bernat Sabater. Le sucedió Guillem Auger. Así pues, hasta esa fecha habría sido Bernat Sabater el responsable de la iglesia de Benidorm como sufragánea de Polop, y a partir de entonces lo sería Guillem Auger. Lo que no sabemos es el momento exacto en que empezó a ponerse en práctica la obligación de vicaría y asistencia a Benidorm en los términos pactados, si es que no constituía ya de antes una práctica no escrita.
El tal Guillem Auger no debía ser un mero religioso de escasa influencia. En el mismo año 1348, en diversos documentos recibidos en la corte pontificia de Avignon el 15-X-1348, le vemos firmando como presbítero de Valencia varias solicitudes: a) la petición para sí de la iglesia parroquial de Polop; b) una solicitud para Domènec Pradell –presbítero también de Valencia- de la concesión de la iglesia de Carpesa en sustitución del fallecido Bartomeu de Sant Joan; y c) otro documento solicitando para Guillem Arnau, presbítero de Vic, la iglesia de Penáguila en sustitución del fallecido Guillem Descres. Es decir, que Guillem Auger se consideraba lo suficientemente influyente no sólo para pedir plazas para sí, sino también para otros dos religiosos, y hacerlo con éxito.
El Papa Clemente VI concedió en el mismo día de su recepción (15 de
Octubre de 1348) las tres peticiones de Guillem Auger. No hay que olvidar el
carácter de Auger como presbítero de Valencia, ni la conexión de Guillem Arnau
como presbítero de Vic, de donde había sido obispo el propio Hugo de Fenollet
antes de acceder a la silla episcopal de Valencia. Esta línea de influencia
Vic-Valencia también excede al presente artículo, si bien habrá de ser tenida
en cuenta en un estudio más minucioso.
De
momento, nos conformaremos con conocer que Guillem Auger, nombrado párroco de
Polop el 15 de Octubre de 1348, será a partir de ese día el responsable de la
iglesia que existía en Benidorm.
1352.- El rector de Guadalest, Pascual de Clariana, presenta una súplica para marchar a Tortosa.
1373.- Cura de Almas de Benidorm por un beneficiado de Guadalest, llamado Sancho Español.
Continúa la crónica de Fabián y Fuero:
…en mil trescientos setenta i tres, se encomendó la cura de Almas de Benidórm, que era entonces Anexo de Polóp, â Sancho Españól, Beneficiado de Guadalést; Fue Vicaría Temporál hasta el año mil setecientos cinquenta i cuatro, en que se dismembró de la Yglesia de Polóp, i se erigió en curato bajo la invocacion de San Jayme Apóstol i Santa Ána
De este texto parece deducirse que para 1373 quien atendía la iglesia de Benidorm era un beneficiado de Guadalest, y no de Polop (como podría corresponder por pertenecer Benidorm a la parroquia de Polop), ni de Bellaguarda (como podría corresponder de haberse cumplido lo dispuesto por el obispo Hugo de Fenollet unos veinte años antes). También cabe la posibilidad de que el beneficio de que gozaba Sancho Español en Guadalest no fuera incompatible con el que se le asigna en Benidorm, toda vez que no había obstáculo teórico para que un mismo religioso pudiera tener varios “beneficios” en lugares diferentes. Ahora bien, esta posibilidad nos parece más dudosa pues ya hemos visto cómo Guadalest tenía parroquia y en aquellos tiempos de escasez de religiosos parece difícil pensar que en dicha parroquia de Guadalest coexistieran un párroco y un beneficiado.
Todo depende de cómo interpretemos la mención “de Guadalest”. ¿Quiere decir que era natural de Guadalest? ¿O bien que cumplía hasta entonces su beneficio en Guadalest? ¿O bien que estaba adscrito a la parroquia de Guadalest y que ésta lo designa en lugar de la de Polop? A veces ocurre con el lenguaje medieval lo mismo que con los monstruos de sus capiteles, que nos llevan a error por leerlos a una distancia de cientos de años.
Tampoco nos aclara qué había ocurrido con Bernat Gavella, quien según la versión de Fabián y Fuero estaba siete años antes (en 1366) ocupándose de Benidorm. Lo que sí parece concluirse es que, tras la desaparición del párroco de Polop en 1357, no tenemos ninguna constancia de que la atención de almas de Benidorm fuera ejercida por ningún párroco o beneficiado de Polop ni de Bellaguarda, y que el dato siguiente que tenemos es el de que es un religioso de Guadalest quien acude a Benidorm a atender la iglesia.
Las preguntas que se suscitan son evidentes. ¿Sufrió algún cambio la asignación de parroquia de Benidorm, pasando de Polop a Guadalest? No tenemos motivos para entenderlo así, a pesar de que, como hemos visto, Guadalest y Polop habían “estrechado nuevamente sus lazos” tras la compra de Guadalest por el infante Don Pedro, conde de Ribagorza y usufructuario del señorío de Polop y Benidorm.
Quizá la hipótesis más lógica consista en que, tras el cautiverio del párroco de Polop en 1357, y la ausencia del beneficiado de Hiffach y el permiso dado a éste en el mismo año para vivir donde se sintiera seguro -como indica el informe de Fabián y Fuero- ante el peligro pirático, más las destrucciones causadas por la Guerra de los Dos Pedros en toda la zona costera de la comarca (incluida Bellaguarda de forma grave), se hubiera producido un proceso de retirada de la población más hacia el interior, en busca de seguridad, y que ello afectara también a los religiosos.
Es posible que el beneficiado de Guadalest, Sancho Español, tuviera que acudir a Benidorm a cumplir su misión debido quizá a que no existieran otros religiosos que osaran vivir más cerca de la costa en aquellos años. Imaginamos con cierta conmiseración a aquél Sancho Español, acudiendo temeroso –o escoltado- en sus días de obligación religiosa, desde la seguridad de su castillo de Guadalest hasta las playas de Benidorm, imaginando ser objeto en cualquier momento de un ataque de piratas, de castellanos, o de la propia población musulmana con la que aún se mantenían abiertos conflictos de convivencia. La situación, que no debía ser fácil para él residiendo en Guadalest, quizá hubiera resultado del todo inasumible de haber tenido que residir en Polop o Bellaguarda.
1372-73.- Pere Bonet, Arnau Ripoll, Jaume d´Aliaga y Sancho Español.-
De los años 1372 y 1373 tenemos algunas noticias interesantes en cuanto a la cura de almas de Benidorm. No quiere ello decir que se hayan producido cambios más intensos que en otros años, sino simplemente que de este período disponemos de más fuentes, incluidas por Agustí Galiana Soriano en su obra ya citada.
En primer lugar, por un documento de 1372 emitido por el obispo de Valencia, Jaume d´Aragó, sabemos que al llegar ese año Pere Bonet era presbítero, vicario y arrendatario de la iglesia de Guadalest. Ello nos indica que la parroquia de Guadalest seguía perfectamente atendida en aquellos años.
Otro documento de 12 de Abril del mismo 1372 nos amplía la información sobre la rectoría de Guadalest. En él se cita a “Arnaldo Ripoll, rectori ecclesie de Guadalest ac beneficiato in Sede Valencie”, es decir Arnau Ripoll rector de la iglesia de Guadalest, y beneficiado en la Catadral de Valencia. Este documento, en relación con el anterior, nos permite inferir que en 1372 Arnau Ripoll era el verdadero rector de la parroquia de Guadalest, pero que no ejercía allí su ministerio pues parece resultarle más rentable atender el beneficio de que disfruta en Valencia, y que delega su propia parroquia de Guadalest a Pere Bonet, quien hace de vicario en ella y percibe algún tipo de renta por ese servicio.
¿Podría significar esto que Sancho Español sustituyó en 1373 a Jaume d´Aliaga, hasta entonces asistente o responsable de Benidorm? Hemos visto cómo a Aliaga le encomiendan, en 1372 y por un año, la cura de Almas de Altea que debía compaginar con el mantenimento de la Benidorm. ¿Es posible que la llevanza de ambas asistencias se demostrara inviable al cabo de ese año, y que por motivos que desconocemos Aliaga fuera relegado de la asistencia a Benidorm, propiciando el nombramiento de un nuevo encargado que fuera exclusivo para la iglesia benidormense?
Ignoramos qué debió ocurrir en ese año 1373 para provocar el presunto cambio. Es cierto que existen muchas posibles explicaciones, pues la época estaba plena de convulsiones, pero hay algún otro indicio que nos hace pensar que el nombramiento de Sancho Español se produjo en una situación no totalmente ordinaria. Ese indicio sería el hecho de que el propio Sancho Español no parece haber durado mucho en Benidorm, apenas lo hará cuatro años –como máximo-, lo que significaría que su destino benidormense no formaba parte de sus mayores aspiraciones y podría haberse debido a una situación provisional que era urgente atender.
Disponemos de una referencia a otro documento de 1377 que dice así: Juny 18 i 20, Valencia. Testament de Sanç Spanyol, preveré, beneficiat a l´esglesia del monestir de San Vicent de Valencia. Nomena marmesors Arnau Ripoll, retor de Guadalest. Este documento nos revelaría que el Sancho Español (Sanç Spanyol) que en 1373 había pasado de tener un beneficio en Guadalest a ocuparse de la cura de almas de Benidorm, habría marchado al poco tiempo a Valencia como presbítero y beneficiado en la iglesia del Monasterio de San Vicente, donde ya estaría en Junio de 1377, y que allí habría hecho testamento dejando como marmesor (especie de administrador hereditario o albacea) a quien según el documento seguía ocupando por entonces la rectoría de Guadalest, el ya citado Arnau Ripoll.
La relación afectiva y económica de Sancho Español con Guadalest parece evidente, mucho más que con Benidorm, pues pone su máxima confianza post-mortem en el rector de Guadalest, y da a entender que tenía alguna propiedad que justificara el nombrarlo como albacea. Por tanto, podemos concluir dos cosas de lo dicho hasta ahora: en primer lugar, parece que durante las décadas de 1360-70 fue la parroquia de Guadalest la que venía tutelando la iglesia de Benidorm mucho más que la de Polop, a quien teóricamente correspondía. En segundo lugar, a partir de 1377 se abren unos años de incertidumbre sobre la asistencia directa a la iglesia de Benidorm. ¿Fue retomada por Jaume d´Aliaga, si es que éste vivía? ¿Fue asumida por Bernat Gavella, como resultaría de la datación aportada por Francisco Amillo? ¿Se constituyó entonces el tándem Aliaga-Gavella, siendo Aliaga el vicario que a distancia se responsabilizaba de Benidorm, mientras que Gavella era el beneficiado que personalmente atendía in situ a los benidormenses?
En el Archivo de la Catedral de Valencia se conserva un Pergamino que figura como “Apoca de Domingo Martí, Beneficiado de Guadalest, a favor del cura Arnaldo Ripoll, por pensiones de dicho beneficio. 17 de Abril de 1395.” Por su parte, de dos años más tarde es otro pergamino que contiene otra “Apoca de Domingo Martí, de Benidorm, a Arnaldo Ripio, cura de Godolés” (Guadalest) realizada en 19 de Marzo de 1397. Seguramente la lectura completa de estos pergaminos nos ayudaría a entender mucho mejor su trascendencia.
Debemos poner en relación ambos documentos.
Una ápoca era un recibo o carta de pago. Decimos todo esto, no obstante, con todas las reservas, pues sería preciso conocer el texto íntegro de todos los documentos para entender exactamente qué están queriendo decir y quién está pagando a quién, dado que los términos jurídicos no se entendían igual en unas épocas que en otras. Es decir, lo interpretaremos en el sentido actual, por el que un recibo es entregado por quien cobra, dándolo como justificante a favor de quien ha recibido el servicio.
De estos documentos podemos al menos inferir que Arnaldo Ripoll seguía siendo el párroco oficial de Guadalest en 1395 y 1397 (cargo que ya detentaba, como hemos visto, al menos desde 1372), y que pagó ciertas cantidades a Domingo Martí por las que éste le expidió unos recibos en 1395 y en 1397. Muy posiblemente estos pagos se deban a que Ripoll mantenía su rectorado de Guadalest en términos semejantes a los que ya veíamos en 1372, es decir, manteniendo el control de la parroquia pero residiendo real o principalmente en Valencia, donde ya disponía de un beneficio seguramente mucho más interesante, (delegando en un vicario la asistencia ordinaria de la propia rectoría de Guadalest, como le vimos haciendo con Pere Bonet), si bien asumiendo gestiones de su rectorado como eran las de atender la iglesia de Benidorm.
Domingo Martí aparece en 1395 como beneficiado de Guadalest, pero en 1397 ya aparece como “Domingo Martí, de Benidorm”, lo que nos hace sospechar que Martí sería de natural benidormense, si bien habría disfrutado hasta entonces de algún beneficio en Guadalest, lo que le haría ser bien conocido de Ripoll. Ello habría justificado el que en 1397 se le concediera el beneficio (“premio”, podríamos decir) de asistir a partir de entonces a las almas de la iglesia de su propia localidad benidormense. Siendo –no obstante- justos con el lenguaje, tampoco podemos asegurar que Martí fuera en 1395 “sólo” beneficiado de Guadalest en 1395, pues sólo tenemos la referencia de que en tal año cobra su servicio como beneficiado de Guadalest, pero nada nos impide imaginar que para tal año ya fuera también beneficiado de Benidorm, cosa que podría plantearse si apareciera alguna nueva fuente hoy desconocida.
Yendo por tanto a lo que sí podemos asegurar, diremos que Arnau Ripoll, rector de Guadalest, precisaría de un colaborador para cumplir sus obligaciones con Benidorm, y quién mejor para ello que el religioso benidormense –aparentemente- Domingo Martí para que se ocupara de esta función, el cual a su vez cobraba una cantidad por ejercer tal ministerio, al menos en 1397. La personalidad de Martí es un enigma, pero es posible que perteneciera a alguna familia de cierta relevancia en Benidorm. Su apellido coincide con el de otro personaje conocido del Benidorm de fines del trescientos, Johan Martí. Recordemos que en el Archivo del Reino de Valencia hay un documento de 1373 que narra cómo un corsario de Benidorm llamado Johan Martí (en alguna fuente citado también como Johan Maror) había capturado cinco sarracenos en Berbería y los había vendido en pública subasta, también en Benidorm. Ello nos da un indicio de que en el Benidorm de fines del XIV podría existir una familia apellidada Martí en la que hubiera un corsario y un religioso.
Dice literalmente el documento: “Item, rebí d´En Johan Ferràndez, alcayt de Benidorm, qui en loch nostre los avia rebuts d´En Johan Marti, corsari del dit loch, per dret de delme de V sarrahïns, que pres ab la sua barqua en Berberia, dels quals féu encant en Benidorm axí que abanides mesions de la panática e dret de pilotage e altres segons que-s mostre per scriptura d´En Goçalbo Ferràndez, notari qui-n fa testimonis, prevench-ne al dit delme: CLXXX sous.” Por cierto, que el alcaide Johan Ferràndez de 1373 parece también ser el mismo “Joan Ferrandis (alcaid)” –y posible pariente del notario de Benidorm citado en la misma fuente, Goçalbo Ferràndez- que encontramos en otro documento de 1381 con el cargo de alcaide de Benidorm en la tantas veces citada recopilación de Agustí Galiana Soriano, donde se cita como benidormenses a Joan d’Albarrasí, Antoni Armengol, Nicolau Armengol, Joan Ferrandis (alcaid), Pere Girart, Pere Lóipez, Vicent Maimó, Pere Provençal, Miquel Ramírez, Nicolau Sosa.
Algo apunta a que los apellidos Martí y Ferràndez tenían cierta relevancia en el Benidorm de 1373 y en los años siguientes. También he tenido ocasión de tratar en algún otro artículo la tremenda conflictividad de la costa mediterránea precisamente en esos años, lo que quizá podría explicar esos cambios que hemos detectado entre 1372 y 1377, para lo que me remito al artículo “Johan Maror (o Marti) ¿Primer corsario de Benidorm? en Revista de Moros y Cristianos 2014, Ajuntament de Benidorm, págs. 79 y ss.). En cuanto a Arnau Ripoll, aparente “protector” de Domingo Martí, debió sobrevivir en poco a aquél nombramiento de 1395 pues existe otro pergamino de 1399 de la Catedral de Valencia donde figura el Inventario de los bienes de Arnaldo Ripoll, cura de Guadalest. 2 de Agosto de 1399.
Si interpretamos “inventario de bienes” en sentido actual, todo apunta a que estamos ante un inventario hereditario. Así pues, para el año 1399 el cura de Guadalest Arnaldo Ripoll ya habría fallecido, apenas dos años más tarde de haber encomendado a Domingo Martí la cura de almas de Benidorm.
El comienzo del siglo XV será una nueva etapa, en la que ocurrirán otras muchas cosas, como los nuevos ataques devastadores a Benidorm, el cambio a la dinastía Trastámara, el declive de la rama señorial de los condes de Denia y muchas cosas más, aunque eso ya es otra historia. O Historia.