lunes, 28 de febrero de 2011

CASO MARI LUZ. A LA JUSTICIA POR EL DELITO



Supongo que están todos al tanto: la mujer de S. del Valle ha dicho ante las cámaras que su marido es quien cometió el crimen. No quiero poner demasiados nombres por no alimentar más el morbo, ya ha habido bastante, sólo me importa lo ocurrido. A la Justicia por el Delito. Per aspera ad astra.

Los debates sobre el tema no han hecho más que empezar. Dejaré a otros que hablen del éxito periodístico, el derecho ése a la información, la basura de la tele frente a la basura de la justicia, las deficiencias de nuestras leyes, we the people…

A mí hoy sólo me apetece añadir algo: el espectáculo de la señora delatando al marido me parece espeluznante… pero no cuando se derrumba, sino en la fase de antes. Imaginen que la señora no se derrumba, que no delata ni se echa a llorar. ¿Qué han hecho con ella? Si no lo he visto mal, un grupo de periodistas se ensañaron en directo con la citada, la han insultado, la han acosado de una manera vil, rastrera, humillante; gente con formación y saber hablar han atacado vergonzosamente, a veces duros como fieras y a veces sutiles como víboras, a una mujer poco instruida cuyo error ha sido dejarse llevar por el circo, verse guapetona en la tele o que alguien le haya dicho que no podía negarse a ser carnaza, al final el que entra en el juego siempre pierde porque banca sólo hay una, o te sumas o te vas, y la han pillado… Es decir, en diez minutos se han cometido contra ella varias “presuntas” infracciones penales: injurias, calumnias, acosos, todo ante las cámaras en prime time, y grabado para reemitirlo en todos los zapings pero un momento para publicidad y luego el euromillón con bote no se vayan.

La gente ahora compara, y dice que los jueces podían haber hecho lo mismo y que otro gallo nos cantaría si no fuéramos tan pacatos en la investigación de los delitos, echan de menos a la Gestapo, debe ser: ¿Cuál es la lección que sacamos? Lo que han hecho los periodistas es lo que antes se supone que hacía la Inquisición, asustar con el infierno o con la cárcel, asaltar a la gente cuando está desprevenida, sin abogados, sin escribanos… Maquiavelo nos dijo aquello de que el fin justifica los medios, y ahora tenemos un montón de periodistas diciendo “si nos dejaran a nosotros…”, ¿Qué será lo próximo? Recuerdo a Carmen Maura, haciendo un anuncio de “la madre del asesino” en una película de Almodóvar. ¿Para qué tantos siglos de evolución en nuestras leyes, en nuestro sistema judicial? ¿Va a venir algún fiscal a detener a Ana R. y a su equipo de “Justicieros” por insultar con alevosía a una mujer, aunque fuera culpable de encubrimiento?

Hay muchas lecciones que sacar de este asunto, pero yo ahora sólo pienso en los cientos de periodistas buscando fama que, con este caso en la memoria, se crean Clint Eastwood y acosen y derriben, insulten, humillen, vejen en directo a docenas de personas inocentes, serias, torpes, con tal de probar a ver si a las tres horas se derrumban y nos cuentan que robaron un caramelo en el supermercado. Goya pintó los Autos de Fé y los manicomios de España, creo que Goya murió.



martes, 22 de febrero de 2011

EL TELON DE ARENA. GADAFI Y CEAUCESCU

Hace años vivimos la caída del Telón de Acero. Hoy parece que estamos viendo la caída del Telón de Arena, y llamo así al formado por los países que tocan desierto e islam.

Los listos dicen que Occidente había optado por vencer al comunismo sirviéndose del islamismo, y que en estos años estábamos recogiendo lo sembrado. Lo cierto es que los acontecimientos de estos días están causando mucha sorpresa, casi tanta como la crisis hace dos años, lo que demuestra que la profesión de analista mundial está cayendo en descrédito. Se dice   -como jarro de agua fría- que lo que está cayendo es la parte más moderada del mundo musulmán y que a la más radical ni se le estornuda; se pone el jarro caliente de que los movimientos piden democracia, que se comunican por redes y claveles que equiparan a los jóvenes de esos países con los erasmus de Atenas, y que no han mostrado ningún afán violento más que en defensa propia. Se cuentan tantas cosas que lo único que percibimos es que nadie sabe nada de lo que está pasando.

El Imperio Romano, cuando se sintió decaer por falta de chicha, pactó una fusión con su enemigo religioso, el Cristianismo, del que adquirió un empuje que lo sostuvo durante unos doscientos años más. Pensé en su día que Estados Unidos haría lo mismo con el Islam, de forma que la unión entre el Imperio Americano y la religión otrora enemiga sería la solución de futuro para el Tío Sam. Todos hemos visto los documentales sobre la invasión financiera de los USA por Arabia Saudita y sus rémoras, será que algo suena en ese río, las alianzas de turbante, las bases militares del Golfo, los santos petróleos sustituyendo a los santos óleos…

            Yo no sé si el Telón de Arena se está compactando con adobe o si se está diluyendo. La arena tiene la gracia de que aunque caiga no se deshace sino que sólo se desplaza, según el viento, y eso es lo que irrita a los del Mediterráneo Norte por incapacidad de comprender a los del Sur. La diferencia entre este telón y el de Acero es que Occidente estuvo preparándose mentalmente durante décadas para afrontar el momento de la caída del Este, nos pasamos años haciendo películas de espías buenos contra la KGB, pasando imágenes del VOPO y los berlineses saltando las alambradas, muriendo entre cloacas, y Kennedy diciendo ich bin ein berliner forever… Ocurrió por sorpresa, si bien a partir de ahí estaba escrito el gran guión desde hacía tiempo. Pero para el Telón de Arena no teníamos ningún guión, al menos a disposición de la gran masa, y eso nos genera inquietud política aparte de la del bolsillo por la subida de la gasolina.

            No sé en qué quedará todo, si va en serio, si será peor o mejor. Sólo sabemos, hoy por hoy, que la gente de estos países está viviendo en muchos casos un momento crítico. En estos días, además, hay un país que está llamando especialmente la atención –Libia- por el afán de su presidente Gadafi de ningunear el problema y confiar en el reloj. No pretendo jugar a augur, pero por simple probabilidad es muy fácil predecir que entre las varias revoluciones que estamos viviendo no todas van a terminar suavemente como las tunecina y egipcia. Alguna va a dar la campanada, porque otra cosa sería milagro. ¿Será Gadafi el Ceaucescu de esta década? ¿Tendrá la misma miopía y el mismo fin que el rumano? No se lo deseo, ni por el afán de acertar ni por vanidad, pero si no es él será otro, es imposible remover tanta arena sin que al menos a alguien se le meta una mota en el ojo.



miércoles, 16 de febrero de 2011

LOS TRES PLEYEL DE ESPAÑA


El otro día se dictó una sentencia referente al piano de Chopin que está en Valldemosa. Según parece, existía controversia sobre dos pianos ubicados en las celdas 2 y 4 de la Cartuja mallorquina, a los que se atribuía el haber sido acariciados por las manos del genial polaco. El piano de la celda nº 4 es un Pleyel, y es el que hasta ahora se exhibía como el de la verdadera celda donde Chopin, George Sand y los dos hijos de ésta pasaron el “Invierno en Mallorca” entre Diciembre de 1838 y Febrero de 1839. He intentado resolver el galimatías que se montan algunos cuando intentan hablar de leyes y sentencias, y cuanto más se busca en internet es peor pues cada sitio lo dice al revés del anterior, pero creo haber deducido que –según la sentencia, que no siempre es la verdad- ni el Pleyel ni la celda 4 tuvieron que ver con Chopin, sino la celda 2 y su otro piano. Eso ha dicho un juzgado de lo mercantil, que es el lugar adecuado para hablar de música. La base de la decisión estriba en que el modelo de Pleyel existente en Valldemosa es posterior –incluso- a 1849, año de la muerte del compositor nocturno.

¿Qué es un piano Pleyel?

Pleyel fue un músico tan trascendental como poco conocido y nada agradecido. Nacido en Austria en 1757, fue alumno de Haydn en la corte de Esterhazy, después marchó a Italia y Londres, y recaló en Estrasburgo donde fue nombrado maestro de capilla de la catedral en 1789. Estrasburgo era ciudad de frontera y se vio afectada por la Guerra de la Primera Coalición contra la Francia asesina de reyes (1792-3), al igual que pasó con Maguncia a cuyo asedio asistió Goethe acompañando al duque de Weimar y quedó reflejado en un librito amarillo de la amada Austral. Según algunas fuentes, Pleyel compuso entonces una música que se incorporó a un canto patriótico promovido por el alcalde de la amenazada Estrasburgo; el alcalde convocó a su casa a varios oficiales franceses entre los que figuraba Rouget de Lisle, el cual presentó una letra para dicho canto y al que generalmente se atribuye también la música. La letra de Rouget y la música –quién sabe si- de Pleyel pasaron de Estrasburgo a Marsella, y de ahí a París convirtiéndose en La Marsellesa. Pleyel se instaló en París, y en 1807 creó un tipo de piano que sustituía el punzado de las cuerdas con pluma de ave por su percusión con martillos (en curiosa analogía con la Europa que pasaba de las plumas de Versalles, Schönbrunn, Sanssouci o Aranjuez a los martillazos de los cañones de Napoléon). Quizá fuera Pleyel el primero en idear el sistema pues lo patentó y en 1809 fundó una fábrica de pianos que se haría famosa durante todo el siglo XIX, tras tomar el relevo su hijo Camille (al que algunas páginas de internet convierten en chica porque no saben que antes de Camille viene Joseph Etienne). La fábrica aún existe. Cuando Chopin fue a Mallorca pidió un piano a París, se dice que un Pleyel, lo cual encaja con la devoción que el pianista profesó hacia dicha marca, sin cuya sonoridad no se entendería la obra de aquél. El piano llegó a Mallorca donde tuvo que pasar unos quince días en el puerto y aduana por burocracias a la española, no me extraña que George Sand (Aurore Dupin) se hartara de nuestro país, aunque yo le recordaría que su hartura debía venir del subconsciente pues ya de muy niña su papá la torturó haciéndole viajar en calesa por España en medio de un calor sofocante, cuando el general Dupin bajaba por Burgos con su familia en el tórrido mediodía de 1808 para someter a los hispanos. El piano –supuesto Pleyel- le llegó a Chopin en Mallorca, por lo que no entiendo qué es lo que han peritado ahora los del juicio de lo mercantil balear, ni qué pasó con el verdadero Pleyel que sí existió, ni qué pintaba la aduana mezclada con los Preludios.

En todo caso, fuera o no el de Chopin, fuera de 1838 o de 1849, lo cierto es que en la Cartuja de Valldemosa hay un Pleyel de pared, y que un Pleyel es un piano de leyenda.

Hay otro Pleyel en Madrid. Está en el que antes se llamaba Museo Romántico, y ahora es el  Museo del Romanticismo, desde 2009. Odio el cambio, porque del romanticismo puede haber muchos museos, pero románticos no los hay tantos… ahí está la pistola del suicidio de Larra, ¿no es eso romántico? Está en la calle San Mateo, que es una de ésas vías torcidas como las neuronas de los del XIX. En un caserón del XVIII. En el susodicho museo hay un piano Pleyel, esta vez de cola. Hay una reseña en internet de la conservadora del museo, es muy interesante y doy por hecho que veraz (la reseña). El modelo de Madrid es de 1848-1854, y está en la sala de baile.

Pero hay un tercer Pleyel visitable en España, y no aparece en internet. Ni siquiera aparece en ninguna otra publicación que yo conozca, empezando por la propia guía escrita del lugar donde está. Seguramente habrá más pianos de esta marca en nuestro suelo, pero no muchos de ellos estarán a la vista de mortales como Ustedes y delincuentes como yo.

Ese tercer Pleyel está en Valencia. Está en un palacio muy cerquita del río que ya no es río. El palacio fue residencia de reyes porque no había uno mejor desde que los valencianos derribaron su propio Palacio Real de las casas de Aragón, de Trastamara, de Austria y de Borbón para que no sirviera a la de Bonaparte. En el palacio del Pleyel se alojó el genial y odiado a la fuerza Mariscal Suchet, y su rey y el nuestro a palos José I, estuvo Fernando VII firmando la abolición de la Constitución de 1812, estuvo Isabel II con su madre, Amadeo de Saboya… en sus muros se reunió una biblioteca de miles de volúmenes y otra que se le donó, los estucados florecían y los azulejos cubrían los suelos de folklore. En sus salones se celebraron tertulias de seda, y a punto de matarnos contra Francia reía allí con sus rizos la loca inglesa Lady Holland que se hacía retratar de rojo como bacante con el pecho derecho desnudo y antigua amante de Nelson el que nos destrozó en Trafalgar, en sus patios se aclamó la Independencia Nacional tras el 2 de Mayo, a sus puertas se cortó la cabeza del Barón de Albalat y se clavó en una pica paseándola por la plaza de Santo Domingo al estallar la francesada, en sus escaleras la hija del Conde dueño se tragó un papel que comprometía a su padre cuando una masa enloquecida quería arrastralo por traidor a España… entre las dovelas del portón hay un escudo con un ciervo, el mismo escudo que encontramos en el pueblo turolense de Alcañiz en la casa de la nieve junto a la plaza, porque pertenecía al mismo señor cuando había señores; esos señores supieron emparentar adecuadamente cuando la familia Castellví cayó en desgracia tras la guerra de Sucesión Española por apoyar –sincera u obligadamente- al bando austracista, se exiliaron con los perdedores y a partir de la Paz de Viena de 1725 pudieron regresar y recuperar con Matrimonios lo que perdieron a pedradas.

Hoy el palacio es un archivo, el Municipal de Valencia, y contiene un pequeño museo con importantes retratos, grabados y mapas. El Palacio es el Palacio de Cervellón y por eso el ciervo de la puerta. El Pleyel está ahí, basta con ir a verlo, aunque creo que nadie va.



viernes, 11 de febrero de 2011

EGIPTO: CUARENTA SIGLOS OS ESPERAN

   La noticia se va extendiendo: Mubarak ha dimitido.
  
   Punto y aparte.
   
   La revolución parece haber triunfado, aunque aún no sabemos muy bien qué revolución es, ni qué es lo que triunfa. Lo que sí está claro es que hoy es un día histórico -como cualquier otro, por cierto- y que eso merece que nos paremos un momento para tomar aire, mirar a nuestro alrededor y memorizar alguna imagen, ¿dónde estabas cuando mataron a Kennedy, o cuando las torres gemelas...? etc.

   Egipto es un lugar común, nunca mejor dicho. Es algo así como de todos, una cuna como Persépolis, el monte Ararat o la mona Lucy. Napoleón dijo a sus hombres "Cuarenta siglos os contemplan"; a partir de ahora deberíamos decir: "Cuarenta siglos os esperan". ¿Podemos estar confiados en lo que va a cocurrir en Egipto en los próximos días? ¿y meses? ¿años?

   Todo va a depender de cuál haya sido el motivo que ha hecho que Mubarak dé su brazo a torcer y se le quede tan doblado como los de las pinturas egipcias. Ayer mismo se aferraba al trono de faraón. ¿Ha sido Obama (Barak contra Mubarak)? En tal caso podemos estar un poquito tranquilos, porque Estados Unidos es Israel e Israel es Europa a estos sólos efectos. ¿Ha sido el ejército? En tal caso podemos estar seguros mientras el jefe del idem se mantenga lúcido y haga reir a las masas, lo que me da un poco de repelús y caducará pronto. ¿Han sido los radicales? Entonces ya sabemos lo que nos espera, escalada piso a piso por el zigurat de la tontería y el desorden hasta que se abra el Mar Rojo otra vez... ¿Ha sido Internet? ¿los jóvenes? ¿los Saudíes? ¿...?

   Hace quince días estábamos todos comprando el diccionario de chino, cuando nos tuvimos que pasar al de alemán para irnos con la Merkel, y ahora resulta que hay que aprender Egipcio (es broma, que no salga ningún listillo) porque la cosa va para rato. Lo que sí estarán comprando algunos en algún país vecino serán billetes de avión, porque no parece viable que esto se pare aquí, un clavo quita otro clavo y Tahrir ha limpiado a Tianammen, de plaza a plaza y ahora a mirar debates de la tele para seguir las pistas...

   Una sóla cosa me parece segura sobre este tema: es la primera revolución en la que un país del entorno musulmán hace una revolución más o menos pacífica, pidiendo libertad, impulsada sin burkas, bañada por internet, con corbatas y turbantes dándose la mano y con tanques llenos de flores, Europa inició su Renacimiento a los 14 siglos de su era, el mundo árabe está también en su siglo 14. De lo que ahora ocurra puede que dependan los próximos cuarenta, quizá no siglos, pero sí años, y lo que acabamos de ver no ha sido el principio del fin, sino el fin del principio.

miércoles, 9 de febrero de 2011

ROMANCE DE LAS CUENTAS DEL GRAN CATALAN (O DE LA HISTORIA DE MAS, QUE ERA MENOS)



   ¿Qué tendrá Usted, señor Mas,
que a los demás hace menos?
¿Qué tendrá, que los más buenos
le quedan siempre detrás?
   Curioso signo, el de Mas,
que siendo suma divide,
¿Será porque sólo pide?
¿Será porque está de más?
  ¿Será que es digno a raudales
y el sólo nombre de Arturo
conlleva el derecho al duro
de la Caja de Caudales?
   Le llaman Ártur, no Artúr,
como si fuera un inglés…
¿No será que es escocés?
¿No será que es un tahur?

   Las cuentas de Mas, menos dan
al resto del pueblo ibero
si el que suma es Zapatero
por graciar al catalán.
   Dicen que pide de más
pues al leer lo ocultado
la deuda se había doblado
por arte de Fierabrás.
   Si así fuera, es un deber
que debemos asumir,
 y en el futuro elegir
a quien no sepa leer,
   mas yo pregunto: ¿Qué más
va Usted a ver, desgraciado,
si cuando pone cuidado
nos fastidia a los demás?
No nos divida Usted, Mas,
ni pida más privilegio,
que si somos un colegio
no es Usted sino uno, Mas.

lunes, 7 de febrero de 2011

EL "CHAVAL" DELINCUENTE


     En estos días se ha producido -otro más- un repugnante crimen contra una menor. Para mayor tristeza, el causante o causantes son también individuos de corta edad. Hay muchas cosas que no entiendo bien de cómo se tratan estos temas en los "medios", pero hay una que me parece especialmente insufrible: el que llamen al autor "chaval".

     Hace años, Tierno Galván llamó "estos chicos" a los jóvenes mandatarios socialistas, y eso hasta tenía gracia. Luego les dio a algunos por llamar "cachorros" a los jóvenes incorporados a ETA, que la tenía ya mucho menos. Lo de llamar "chaval" a quien ha realizado unas acciones que por delicadeza no voy a detallar me parece, además de totalmente gratuito, un favor muy flaco a nuestra higiene mental.

     Un chaval es alguien por quien se siente simpatía, en el mejor de los casos es un buen hijo y en el peor un gamberrete. Si queremos decir que alguien es joven tenemos muchas palabras: niño, joven, adolescente, menor... podríamos aludir a los puros conceptos procesales tales como imputado, sospechoso, presunto autor... pero no, tenemos que utilizar el más simpático de los apelativos, buscando no se sabe qué empatía con alguien que de momento jamás querríamos en la mesilla de noche. Muchas veces no sé si el uso de ciertas palabras se utiliza como provocación -para ganar audiencia a pesar de todo- o como muestra de falsa objetividad -buscando una equidistancia que en ciertos casos no toca-. Si no son éstas dos, sólo me queda la tercera explicación, que es la de la estupidez unida a la falta de sensibilidad, que son las más irritantes. Si a uno le obligan en su periódico o su tele a ser amarillista para conservar su sueldo, lo puedo hasta entender. Si a uno le enseñan en la Universidad que hay que ser objetivo (creo que ya no) y lo lleva hasta extremos ridículos, también tiene un pase pues la Providencia no dotó a todos por igual para asimilar enseñanzas. Pero que seamos capaces de herir simplemente porque somos incapaces de percibir el daño que hacemos es mucho más preocupante, porque significa que lo volveremos a hacer aunque cambiemos de medio o de escuela.

     Es cierto que hay muchas tendencias -que ahora no discuto- que tienden a exculpar las faltas de los menores, que las minimizan o que diluyen su culpabilidad entre la sociedad, los educadores, el ADN, Aznar, etc., Es verdad que el sistema tiende a dar segundas y novenas oportunidades a los infractores... Tratándose de jóvenes, las consecuencias de los juicios paralelos que provocan su destrucción moral pueden tener consecuencias irreversibles; pero entre eso y darles públicamente el tratamiento simpático de "coleguis" creo que hay muchas gamas de grises, y creo que en las escuelas de periodismo eso seguro que entra en alguna asignatura. Si alguien esperaba hoy algún chiste puede esperar a la próxima entrada, lo siento.

miércoles, 2 de febrero de 2011

LAS BARBAS DE EUROPA

   Cuando las barbas de tu vecino... Señores, llevamos unos años viendo a nuestros vecinos lavar sus barbas, a veces con lejía o con aceite de ricino, y normalmente a la fuerza. Pasó la guerra de Yugoeslavia, más tarde el zarpazo saharaui, y ahora se levanta el edredón de Túnez, Egipto y quién sabe cuántos. Entre medias y en segunda fila los chispazos locales de Marruecos, Chechenia, Ukrania... seguramente hay más cosas que no recuerdo.

   Europa vive el sueño pacífico de los Erasmus, entre bicicletas de Amsterdam y barquitas del Retiro, como si no fuera con ella. Pero sí va. No es posible, y sobre todo no es bueno, dejar de mirar las revueltas de los vecinos como si no tuvieran nada que ver con nosotros. Miramos sus manifestaciones y sus heridos como miramos los Tsunamis de Indochina o los huracanes de Florida, no es cosa nuestra...

   Pues yo sólo me pregunto una cosa: ¿Está Europa preparada para aguantar una inestabilidad de intensidad media pero constante en su vecindario y con ataques agudos cada cuatro o cinco años? De hecho, los picotazos a veces entran en el redil a través de atentados, intifadas de inmigrantes o contraculturales sin gracia. Como decía Dylan, "times are changing"; además de la crisis tenemos unos monstruos al lado que crecen sin pedir permiso, y Estados Unidos ya no tiene casi motivos inteligentes para aguantarnos el rollo. Es la hora de Europa, si es que aún tenemos reloj. No se trata de sacar la espada del Cid ni de relanzar a nuestros propios monstruos, sino de tomar conciencia de que el mundo está cambiando y ya no nos vale el pergamino de la superioridad moral; hay que salir, mirar y aprender, quitarse la venda de la Reina Victoria y preguntar más; si somos los adalides de la igualdad debemos aceptarla en los que mirábamos desde arriba, y si hablamos de derechos universales debemos admitir que el Universo es, al menos, el planeta. No hace falta ser milenarista para apelar a la razón, ni hay que ponerse tétrico para sembrar pánicos; todo tiene arreglo si se mira con cierta anticipación y sentido del humor, aunque ambas cosas escasean. San Agustín sitiado en Hipona por los bárbaros de Genserico no perdió la lucidez pero seguro que fue una excepción. Europa debería poner a remojar sus luengas barbas de tantos siglos, hará mal si se deja sorprender por un mundo que ya gira a 45 r.p.m. y no a 33, aunque muchos menores de 30 años casi ni sepan a qué me refiero. Atarse los machos, estudiar, pactar, guardar, hablar, defender, ayudar, unir, corregir, trabajar... son las palabras de la Europa del XXI. Cortarse las barbas, o esperar que nos las corten. 



  

        

martes, 1 de febrero de 2011

EGIPTO Y LAS COMUNICACIONES

   Hace unos 50 años, Egipto estuvo a punto de paralizar las comunicaciones del mundo. Hoy, son la comunicaciones del mundo las que pueden paralizarlo a él.

   La crisis del Canal de Suez demostró que Egipto era algo así como el cuerpo de una mariposa muy grande, cuyas dos alas son el norte de Africa y el Oriente cercano y medio; no era la primera vez que los europeos reconocían la importancia de este país, como se vio con Julio César, los cruzados de San Luis y la quinta generación, o el mismo Bonaparte, por no hablar de los británicos. Si Pitágoras y Heródoto fueron a Egipto fue por algo. Antes el Nilo y luego el Canal, los puertos de paso, el comercio de Alejandría, las rutas de esclavos, tantas cosas y quizá los neanderthales. 

   Hoy, sin embargo, son las comunicaciones las que están poniendo en vilo a la autoridad egipcia. Ignoro cuál es el trasfondo último de tanta rebelión, pero parece que lo superificial sí nos suena a algo:  a libertad, lucha por la democracia, acaso el pluralismo... Jugar a aprendiz de intérprete de lo que piensan los africanos es siempre arriesgado, ya lo intentó el judío José con los sueños del faraón y acabó en un hoyo.

   Pero, ocurra lo que ocurra, está pasando ante nuestras narices y va a ser más trascendente de lo que pensamos. Internet, las redes sociales, los jóvenes instruidos y los acoplados están saliendo a la calle, el ejército está hablando, y si no fuera por los turbantes parecería una revuelta de las de más arriba, Portugal, Berlín, Praga... No poseo ninguna información privilegiada pues mi barco sólo pasa por Abukir de vez en cuando a por dátiles y agua, pero si en algo puedo advertirles les diría que estén muy atentos a Libia y a Marruecos que aún no han dicho nada, a Israel que tiene frontera, a Turquía que aspiraba a la exclusiva del islamo-demócrata, a la OTAN. No escuchen lo que diga la Unión Europea porque si se quedan esperando puede que antes de oir una reacción "con sustancia" se hayan formado los 17 miniestados de Aznar. A veces las buenas noticias se vuelven malas, recuerden cuando en nombre de la libertad llegó Jomeini, o cuando se apoyó a Sadam como paladín de los occidentales. Esto puede se un enjambre, y si genera miel, resultará sabrosa y con muchas picaduras. El problema es que la tenemos muy cerquita.