martes, 31 de enero de 2012

CRONICA DE UN RECURSO ANUNCIADO (CAMPS 2ª PARTE)



   El PSOE va a recurrir la absolución de Camps en el juicio de corrupción por los trajes. Diría que los socialistas han caído en una trampa si pensara que los populares son capaces de tenderlas (que no lo son, no por buenos sino por lentos).

   Por el principio: el otro día avisaba de que esto podía ocurrir. En otro lugar concretaba más y me inclinaba por pensar que el recurso no sólo era posible sino probable. La sentencia estaba aún calentita sobre la mesa del C.S.I., esperando la autopsia de los medios y los lapidadores, pero la mano negra de la Historia ha decidido que sigamos con el culebrón judicial. Lástima, ahora que empezaba el culebrón político. Del “¡Todos a la Cárcel!” pasamos ahora al “¡Todos al Supremo!”.

   Anteayer, todo se presentaba favorable al PSOE: el jurado del pueblo había hecho su trabajo; el Partido en España había jugado sus bazas; el Partido en Valencia había cubierto el expediente; los medios afines habían ganado dinero y cuota; la Bardem, el Boto y la Gijón habían salido otra vez en la tele, ¿Para qué ganar además el pleito?

   No creo haber oído a Rubalcaba pronunciarse sobre la sentencia (si lo ha hecho, me estropea el piropo que voy a echarle). Y es que, aunque no le creo tan inteligente ni listo como le describían, creo que algo astuto sí es. El Señor Rubalcaba sabía que lo mejor que podía ocurrirle al PSOE es que Camps saliera absuelto, y dejarlo así. Y si Alarte (el líder socialista valenciano) fuera también astuto sabría lo mismo. Vamos, que chitón. Pero no.

   Camps absuelto era una bomba de relojería en el PP, porque no saben qué hacer con él, no saben si reponerlo en su Molt Honorable Trono, o si llevarlo a Madrid, dejarlo de diputado en Valencia… Sus supuestos amigos del Turia -Rita Barberá, Cotino, Rus…- ya le han dicho que “descanse”, lo que me recuerda al “Descanse en paz” de los cementerios o al Motín de Aranjuez, cuando el intrigante canónigo Escoiquiz disimuló lo que fue un verdadero golpe de Estado diciendo que el rey Calos IV estaba “tan cansado” que había decidido hacer lo que llevaba tiempo meditando, a saber, retirarse y abdicar a favor de su hijo Fernandito. Algunos han propuesto, y no sé si es un chiste, mandar a Camps de embajador al Vaticano (me he echado a temblar cuando me he acordado de que: a.- Camps ha sido juzgado por corrupción en trajes; b.- los trajes del Papa se hacen en Valencia; c.- EL Vaticano acaba de tener un escándalo por corrupción en los suministros; ¿Habrá alguna relación entre las tres cosas?). Lo que no sé es por qué se preocupan todos en buscar una ocupación al Señor Camps, yo pensaba que ya tenía una por la que cobra unos 60.000 euros al año –El Consejo Jurídico Consultivo de la Generalitat-. Quizá si se dedicara a ganarse el pan por el dinero que cobra, asesorando de vez en cuando en algo, no haría falta preocuparse por su sublime aburrimiento.

   Todos en el PP deben haber temblado al ver a Camps quitarse el traje de rayas (el de presidiario) y reponerse orgulloso los de alpaca azul. Fabra ha temido por su sillita, Rajoy por si suena el teléfono, Rita por si luego sigue el tema, Cospedal por si alguien mira las hemerotecas… A todos ellos, como a los malos del Conde de Montecristo, les interesaba que Camps siguiera en la cárcel de If penando por sus facturas, pero no tenían forma de prolongar el purgatorio judicial. Por eso, si hubieran sido listos, habrían  pensado: “¿Cómo conseguir que el juicio siga y que Camps siga leyendo a Job en lugar de llamar a nuestro timbre?” El PP no tenía forma procesal de conseguirlo, pero el PSOE y el Fiscal sí. Por eso la estrategia del PP debía consistir en irritar al PSOE para que éste se animara a recurrir la sentencia, como ha ocurrido.

  Todo el PP ha salido a exigir que el PSOE se ponga de rodillas a pedir perdón, que forme columnas de flagelantes por las calles y  que manden la sentencia a Pepiño Blanco. El PP ha empezado a capitalizar la sentencia al tiempo que amortiza a Camps. La abusiva sobreactuación socialista en la fase-pre se le vuelve en contra en la fase-post, y al PP le ha bastado con doblar como un boomerang la vara de la Justicia para conseguir que la absolución escueza en Ferraz (sede socialista madrileña) y en Blanquerías (sede socialista valenciana). Ante tal avalancha de revancha, parece que el PSOE no ha podido mirar a otro lado y ha preferido apuntalar su orgullo en puertas de Congreso, ha entrado al capote que el PP le ha puesto a Porta Gayola y no ha tenido ni una pulgada para esquivar.

   ¿Consecuencia del recurso? El PP respira tranquilo y gana otros dos años de calvario del pobrecito señor Camps al que no habrá que buscar distracción a su melancolía, dos años de poder seguir diciendo que el PSOE no sabe perder, que el PSOE no confía en el pueblo que ha formado el jurado ni confía en la Justicia, que el PSOE va a incrementar el coste millonario de un juicio de Tres Tristes Trajes… Mientras tanto el PP podrá dormirse y dedicarse a disfrutar de los juicios de Garzón que alguno de tres caerá. En fin, parece tan inteligente la jugada que no la veo digna del partido que gobierna, pero tampoco me gusta pensar que es casualidad, seguro que es cosa de Rubalcaba aunque aún no pillo la conexión.

  El que gana es Gallardón, por tres motivos. El primero es porque podrá decir que el PSOE no confía en la Justicia que es su competencia. El segundo, por derivación del primero, es que Gallardón podrá decir que no puede confiar en el PSOE para la reforma de la Justicia y que por tanto ha hecho bien en no contar con él ni con el Pacto por la Justicia para anunciar su reforma. El tercero, por derivación del segundo, es que la reforma judicial va a trotar alegre sin problema mientras el resto de reformas (la laboral, la financiera, todas) siguen atascadas como fideos enredados en la barba de Rajoy. La sensación de eficiencia que ha dado Gallardón apareciendo ante un micrófono y diciendo cosas bonitas es mucho más atractiva que la que da Rajoy diciendo que se está pensando pensar. Estoy seguro de que Gallardón ha querido marcar diferencias de estilo con su jefe, y de que Rajoy no quiere seguir ese ritmo hasta que siente a Arenas en Sevilla, por lo que quizá Gallardón está jugando a que Rajoy opte entre sacrificar a Arenas (con tal de no parecer más tonto que Gallardón), o bien sacrificarse a sí mismo (siguiendo igual de lento hasta pasado Marzo con una parsimonia no es comprendida ni por los suyos y que ya nos está costando unos cachetitos de Europa).

   Todo esto que cuento parece un guión de novela negra sueca traducida por Torrente, así que seguro que es verdad. Yo no lo sé; quien realmente quiera saber la verdad lo que debe hacer es olvidarse de la política, mirar a un perro y preguntarle qué opina de los humanos.

miércoles, 25 de enero de 2012

¿CAMPS ABSUELTO?

 

  El Ex-Presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ha sido absuelto del juicio por corrupción.

  1.- LA NOTICIA ES DE HOY.- Es decir, en los días próximos la sentencia puede apelarse, así que: 1.a) cuidado con sobreactuar de alegría o de indignación, y 1.b) si se apela, la sentencia futura puede ser condenatoria. Tan RIDICULA es la mesiánica euforia que está mostrando el PP como la irritación mezzosectaria que está mostrando el PSOE.

  2.- Todo el mundo tiene la OBLIGACIÓN DE ACATAR LA SENTENCIA, si no se apela, y EL DERECHO DE CRITICARLA.- Criticar a los que la critican es falta de sentido democrático. El espíritu crítico es lo más sano que puede tener una sociedad, y no es incompatible con el respeto a las instituciones, más bien es al revés: sólo se merece respeto una institución que admite la crítica.

  3.- La sentencia se ha decidido POR UN VOTO.- Es decir, el jurado ha estado tan dividido como la opinión pública. Pero eso no es motivo para desprestigiar una sentencia: en los juzgados también depende de la opinión de una persona que es el juez, y en los tribunales también puede depender de uno sólo de sus miembros el que la sentencia se oriente a un lado o a otro. El problema no es el número, porque ésas eran las reglas de juego y ya sabían. El problema será otro.

  4.- LA IZQUIERDA, que suele ser la más favorable al Jurado, ha empezado ya a criticar a éste jurado. LA DERECHA, que suele ser la menos favorable al Jurado, ahora le pone medallas a éste por “haber mostrado la voz del pueblo”.

  5.- Personalmente estoy EN CONTRA DEL JURADO. La Selección Española de Fútbol representa al pueblo español pero no precisa para ello estar compuesta de personas elegidas por sorteo; si voy a un quirófano y me opera un jurado salgo corriendo, o si veo a un jurado en la torre de control de un aeropuerto.

  6.- El juicio ha costado UNA MILLONADA.  Todos los juicios cuestan, pero la gente debe saber que un juicio de jurado cuesta lo mismo que todos y además unos 1.000 euros diarios para gastos de los “miembros del pueblo”. Habrá que empezar a revisar si cuando la justicia no tiene ni para Tonner de las impresoras, puede permitirse pagar dietas diarias, gastos y comida a nueve señores para que hagan de pueblo. Y multipliquen Ustedes por todos los juicios con jurado anuales que puede haber en España.

  7.- La CONDUCTA DE CAMPS ha sido bastante infantil, antes del juicio y en su fase final. Realmente se ha comportado más como culpable que como inocente. Me parece que él no se cree aún la sentencia. Las risitas, los acurrucos ante los jueces, los libritos que me lleva al juicio... ¿A qué viene eso? Si yo me llevo a un juicio el libro del Santo Job el juez me llamaría la atención por falta de respeto. Yo le recomendaría a Camps que se leyera otro libro: Manon, del abate Prevost, que trata de un joven que es inocente pero que se pierde por las malas compañías de las que no sabe separarse.

  8.- LA CONFORMIDAD PENAL es eso que estuvo a punto de hacer Camps y Costa, ¿Se acuerdan? Fueron una mañana a la Audiencia de Valencia, al parecer con esa intención –aceptar su condena a cambio de una pena leve-. ¿Dónde queda hoy esa conformidad? Sepan que la conformidad es un mecanismo muy aplaudido por los Amos de la política y las altas justicias, como un sistema que permite agilizar la Justicia, acelerar la resolución de los pleitos... sí, y condenar a quien no lo es, simplemente por el hecho de que acepta una condena leve injusta antes de que le caiga otra también injusta y encima mayor. Los ministros de Justicia y los fiscales se ponen medallas cuantas más conformidades consiguen, pero hay que pensarlo desde el lado del acusado: un acusado siempre temerá que el fiscal pida de origen una pena excesiva, con tal de asustarle y forzarle a autoinculparse, aunque sea inocente.

  9.- El JUICIO POLÍTICO no ha terminado ni terminará. El PSOE ha cargado tanta pólvora en este cartucho que no va a parar porque se lo hayan mojado; lo seguirá utilizando aunque sea como pedrusco. A parte del PP le interesará que el PSOE mantenga esa pugna, porque a esa parte del PP no le interesa que vuelva Camps. Por eso el ASUNTO CAMPS traerá cola, va a ser un caso Dreyfuss al revés: primero habrá un juzgado que declara la inocencia, y luego vendrá un revuelo político que se empeñará en hablar de culpabilidad hasta la saciedad.

 
10.- ¿Y ALBERTO FABRA? El nuevo presidente de la Generalitat Valenciana ha aprovechado bien el tiempo para mostrar un talante muy diferente del de su predecesor. A fecha de hoy, estoy seguro de que muchos votantes de Camps prefieren a Fabra. Eso indica que, aunque la gente asuma que Camps es inocente, no piensa lo mismo del Campismo, así que hay que hacerse mirar en qué ha consistido el Campismo antes de echar las campanas a volar por la Albufera.

  EPILOGO.- Se supone que algo habrá que hacer con Camps. Esto es como si en el Drama Julio César de Shakespeare se levantara de repente César después de asesinado y empezara a perseguir él mismo y no Marco Antonio a sus enemigos. ¿Habrá una Noche de las Gaviotas Largas? Y en el otro lado... ¿Dirá Carmen Chacón que hay que mirar los trajes de los miembros del jurado a ver si los han “cohechado impropiamente”? ¿Dirá Rubalcaba que España no se merece un político que no miente? Aqui tienen ambos cadidatos a candidato la oportunidad de mostrar sentido de Estado, o bien de Partido ¿Saldrá exultante Rita Barberá a dar Tatcherazos en la mesa con su bolso Louis Vuitton? ¿Saldrá Garzón a decir que a él no se le hubiera escapado? ¿Aparecerá José Tomas el sastre y dirá que nunca más será torero? Yo sólo pido una cosa cada vez que se monta un sarao como éste: por favor, QUE APRENDAMOS ALGO. TODOS. Si así fuera, daría por buena la millonada que ha costado este juicio.

RAJOY LLEGARA TARDE A HENDAYA.


    Hoy toca algo breve. (y perdonen el alineado, pero hoy la máquina no me obedece)

    Cada vez que un hombre habla de minutos y mujeres se mete en un un jardín. Irving Wallace escribió el libro “Los 7 minutos”, y Paulo Coelho otro llamado “11 minutos”, y en ambos libros se rozaba la escatología, por decirlo fino. Se llevaban 4 minutos de diferencia. Ahora, otro hombre –español, ya era hora- ha sumado otros 4 minutos a la progresión y habla de los 15 minutos de retardo de la Señora Merkel.
 
   Yo no sé, supongo que la Diplomacia tiene cosas ocultas o sabias que yo ignoro, pero no entiendo que un Jefe de la Diplomacia Española (que no otra cosa es un Ministro de Asuntos Exteriores) se deba permitir irritar de una manera tan gratuita a la señora que, después de las Parcas, más tijeras tiene en su mano para cortarnos el hilo de la vida. Ha dicho el Ministro que la Señora Merkel reacciona UN CUARTO DE HORA TARDE a las situaciones económicas, y no son declaraciones malinterpretadas: yo lo oí, igual que Rubalcaba “estaba allí”.
 
   La Señora Merkel puede llegar 15 MINUTOS TARDE, porque para eso se lo paga ella, y también puede decir que España llega 15 AÑOS TARDE a todo, como nos ocurre, por no decir 15 siglos. ¿A qué viene decir esto? ¿Es que tiene Usted envidia, señor Ministro del PP, de que otros Ministros de Exteriores de España de los gobiernos del PSOE hayan pasado a la historia y Usted también quiere sumarse a la lista? Me refiero a los Morán, a los Moratinos... de los que sus allegados hablaban bien, pero que cuando tenían una cámara delante se transformaban en Nosferatu...
 
   Miren, a mí lo de la tardanza me ha recordado, sobre todo, a Franco y Hitler pero al revés. ¿Recuerdan? La famosa frase de “Llegará tarde a Hendaya". Eran los tiempos de la II Guerra Mundial, y Hitler citó a Franco para intentar que éste entrara en guerra. El tren de Franco llegó algo tarde, según dijo la leyenda, por el ánimo de Franco de hacer esperar al ogro alemán y caldearle el ánimo. Serrano Suñer (a la sazón Ministro de Exteriores y sin embargo "medio cuñaooo") dijo que no fue deliberado, pero el hecho está ahí, el jefe de España llegó tarde a la cita con el alemán. Hoy, el jefe de España le dice a la alemana que es ella la que llega tarde. Debe ser que España y Alemania están condenadas a funcionar con 15 minutos de desencuentro, y por eso nos gustamos y nos malentendemos. No lo sé.

    Lo que sí sé es que con ministros así no necesitamos Cojos Manteca ni indignados. Tampoco sé si, para recordarle la cosa de la hora a la Merkel, Rajoy llegará tarde a la cita con la alemana, como hizo Franco. Quizá así coincidan los dos por una vez.

jueves, 19 de enero de 2012

EL JUEZ GARZON Y LOS MAGISTRADOS CURULES (MURIERON CON LAS TOGAS PUESTAS)

  Hoy larguito mixto. Rollo jurídico-político y acaba personal.
  A veces comienzo mis notas con una mención de antecedentes. Eso ayuda a alguno que esté fuera de España y entre aquí por error. Pero hoy no sé ni qué poner. ¿Cómo explico lo del juez Garzón? Los próximos tres párrafos son para los de fuera, aunque seguro que Ustedes de aquí también los leerán porque les encanta sufrir.

  A lo sencillo: el Juez Baltasar Garzón es un curioso señor de mechón blanco que hace años estaba en la Audiencia Nacional (órgano judicial especial creado básicamente para combatir el terrorismo y el narcotráfico). Se hizo muy famoso, como Pinocho y Heidi. De ahí lo fichó Felipe González en su campaña electoral del PSOE como adalid de la lucha anticorrupción; eran los años en que las alfombras del socialismo empezaban a airearse y la gente encendía los puros con los escándalos de El Mundo, antes de que al director de éste le pillaran en un vídeo porqueril. Felipe ganó las elecciones y entonces traicionó a Garzón, que de Shirley Temple pasó a ser Roger Rabbit. Vamos, que le dejó compuesto y sin Ministerio. Baltasar, que es el nombre del Rey Negro, dejó de verse en lo primero y empezó a verlo muy segundo, con lo que se salió de la política y volvió a su carrera judicial; eso sí, después de haberse dado un atracón de secretos de sus ex-compañeros. Tanto secreto supo que no pudo aguantar, y “por los viejos tiempos” se lanzó contra la cúpula socialista en el proceso del GAL (trama anti-Eta), empezando por los policías, directores generales, ministros y arañó en un momento de gloria la gloria de Felipe de su vida, cuya cornamenta hubiera sido el One, la Equis (x) de su colección de trofeos (se me olvidaba decirles que es amante de matar a tiros grandes animales vivos en cacerías y se hace fotos). No llegó a Felipe, pero se llevó por delante a Medio Ministerio del Interior, a medio partido, a media inocencia.

  El juez Garzón se ha hecho famoso por los numerosos Grandeasuntos en que ha estado involucrado, tantos que siempre le da tiempo de agraviar en uno nuevo a quien le aplaudió en el anterior. No me los sé todos. A veces ha hecho grandes servicios, como en la lucha contra ETA. A veces ha metido la pata como cuando secuestró todo un barco alegando que llevaba droga y no la encontró. A veces ha sorprendido al mundo como cuando apuntó a Pinochet. A veces es ridículo e histrión como cuando pide el certificado de defunción de Franco. A veces... son muchas veces para un sólo juez, únicamente le falta presentarse a Eurovisión.

  Hoy Garzón está acusado en tres procesos por presunto delito de prevaricación, al haber acordado en diferentes asuntos: 1) que se grabaran las conversaciones abogado-cliente en el “caso Gürtel”, que es un asunto muy feo de presunta corrupción en el PP; 2) el archivo de una querella contra el Banco Santander, presuntamente enjabonado con el dinero pagado por ese banco a Garzón por unas charlas en USA; y 3) la tramitación de un proceso contra el Franquismo, presuntamente ilegal -el proceso- si se entiende que tal posibilidad quedó enterrada por la Ley de Amnistía de 1977, o que en su caso no le correspondería a él por no tratarse de terrorismo (salvo que debiera verse así).  Ah, la Prevaricación consiste en “dictar sentencia o resolución injusta”. El artículo 446 del Código Penal sanciona al “Juez o Magistrado que, a sabiendas, dictare sentencia o resolución injusta”. También se sanciona (art. 447) la conducta del que “por imprudencia grave o ignorancia inexcusable dictara sentencia o resolución manifiestamente injusta”.

  Ahora ya pueden empezar a leer los de por aquí. El caso que en estos días se juzga es el del Gürtel: a Garzón se le acusa de haber ordenado grabar secretamente las conversaciones privadas de los acusados con sus abogados. España se ha dividido en muchos grupos, y no sé cuál de todos ha de helarme el corazón. A todos les digo algo.

  A los que dicen que se trata de una persecución política, les diré que lo que se va a juzgar es si hay infracción al Código Penal, y que si sólo se dirimieran cuestiones políticas no tienen nada que temer.

  A los que dicen que Garzón no debe ser perseguido porque ha prestado grandes servicios, les diré que eso qué tiene que ver y si es que prestar ayer grandes servicios da licencia para robar mañana.

  A los que protestan airados porque se le abra proceso yo les digo que no está condenado y que nadie está libre de que se le denuncie en este país, los juzgados están llenos de denuncias a miles, muchas injustas, y nadie se manifiesta por ello.

  A los que dicen que se trata de una venganza yo les diría que sólo con venganzas no se condena a nadie si no se ha cometido un delito, y por si acaso les recordaría todos los casos en los que la actuación de Garzón ha parecido más vengativa que todas las que él sufre.

  A los que proclaman que las denuncias contra Garzón son absolutamente infundadas les recuerdo que Garzón podrá denunciar posteriormente a los otros por denuncia falsa.
 
  A los que dicen que es inmoral perseguir a quien persigue a los malos, les recuerdo que los jueces no deben tener en cuenta la vida anterior de los acusados sino sólo si han cometido el hecho imputado.

  A los que afirman que todo es un bluff de la derechona y que hay que desenmascarar a los acusadores de Garzón, les diré que la imputación o procesamiento no la hace la derechona sino un juez, o un tribunal (en este caso el Tribunal Supremo), mediante un Auto motivado, y que una acusación malintencionada no genera por sí sóla una condena penal sino sólo el ridículo de quien la vocea.

  A los que ya vienen diciendo que el Tribunal Supremo también es fascista, les digo que vayan buscando otras palabras aún más fuertes contra el Tribunal si se diera el caso de que además de juzgar a Garzón cometieran la herejía de condenarlo.

  A los que dicen –incluido Garzón- que había que grabar a los abogados porque también estaban en el ajo (“trama nuclear”) y había que impedir nuevos delitos, les diría que entonces qué ha sido de esos abogados, por qué no los ha metido en la causa, por qué no les ha respetado a ellos sus derechos, por qué se cree a salvo de incurrir en el llamado “delito provocado”, y por qué, si lo sabía, no ha perseguido o espiado a esos abogados fuera de la cárcel para impedir esos nuevos delitos, qué diligencias ha acordado en seguimiento de esos abogados tan malísimos (lo que significaría, si no ha dictado ninguna orden respecto a tales abogados, haber cometido otro delito de “prevaricación negativa” si no ha hecho lo que debería haber hecho para evitar tales nuevos delitos), que por qué siguió grabando cuando los abogados cambiaron, o es que todo abogado de Gürtel es traficante por naturaleza...

  A los que centran toda su escandalera en Garzón, les diría que la orden de las escuchas han sido también ratificadas por el fiscal y jueces que han seguido la causa, así que si hay proceso debe haberlo contra más acusados.

  A los que dicen –Garzón incluido- que del material recogido sólo se sacaría lo trascendente, les diría que la próxima vez que se traguen un hueso de aceituna se rajen las entrañas y saquen sólo el hueso (que es lo trascendente), que seguro que lo demás no se verá afectado.

  A los que creen que hay una mano invisible en la Justicia para acabar con Garzón, les diré que la Justicia española no necesita manos invisibles para cargarse a nadie porque se basta solita con sus propias disfunciones.

  A quienes aplaudían al rey cuando decía que la Justicia es igual para todos, les pregunto que qué hacen ahora llamando fascista a un Tribunal Supremo sólo por tramitar una causa contra alguien que no es yerno del rey (y que puede quedar en sentencia de inocencia), o es que quizá la frase que les gusta es la que termina diciendo “la Justicia es igual para todos... los demás”.

  A los que sospechan que la Alta Justicia está politizada, le diré que si se han dado cuenta ahora, y que de cuándo vienen esos lodos.
Garzón dice que los abogados eran parte de la “trama nuclear” del asunto. Vayamos, pues, a otra parte de la “trama nuclear”: el Art. 51.2 de la Ley General Penitenciaria. Dice tal artículo que las comunicaciones con los abogados “...no podrán ser suspendidas ni intervenidas salvo por orden de la autoridad judicial y en los supuestos de terrorismo.” Al respecto, se ha afirmado que “es una limitación que se establece sólo en supuestos de terrorismo” (http://www.uned.es/dpto-derecho-politico/serr2.pdf). Yo entiendo que el “y” se preste a dos lecturas, pues los anti-Garzón pretenderán decir que “orden judicial + supuesto de terrorismo” son dos requisitos complementarios, deben darse ambos y que la actuación es ilegal pues no se trataba de un asunto de terrorismo, mientras que los pro-Garzón dicen que son alternativos, es decir, que debe darse un caso u otro, y que por tanto es correcta la actuación de Garzón pues sí había dado una orden aunque no fuera un caso de terrorismo. Todo esto, en realidad, no les importa mucho a sus defensores, pues el presente razonamiento interesa sólo a quien debe dictar la sentencia en el momento final, mientras que los defensores de Garzón se ponen en un momento anterior: se rasgan las vestiduras por el mero inicio del proceso.

  En Derecho se suele decir que cuando se usa el copulativo “y” en lugar de haber usado el disyuntivo “o”, es porque se pretende dejar claro que no se puede elegir uno u otro requisito sino que deben ir juntos. Parece que las sentencias han ido por esa misma vía, aunque para gustos la fruta. Por mi parte, me aburren las toneladas de sentencias que se dedican a explicar o reconducir el sentido de ciertas palabras dudosas de algunos artículos, cuando lo más fácil sería directamente corregir la norma cuando se ve que genera “lustrosa polémica” (lustrosa no en el sentido de brillante sino de quinquenal).

  Yo, que voy buscando grupo en el que recibir pedradas, me quedaré en uno que no sé si tiene ya fans o soy el primero: el de los fascinados por la toga de Garzón en el juicio.

  ¿Han visto en la TELE a Garzón con su toga de defensor de la ley mientras se le juzga? ¿Le han visto quitarse la toga para declarar como Bogart Capitán del Caine, y volvérsela a poner cuando se sienta en la trinchera como Batman, o se mete en el cajón como Nosferatu? ¡Qué arte! No sé si le darán calabazas, pero de momento yo le daba el Oscar, con su toga y su código, hecho El Hombre que encerró a Liberty Barrionuevo...

  Confío en que el Señor Juez no me lea y no se enfade conmigo, no sea que me meta en la “trama nuclear” de algo, aunque yo creo que estoy a salvo porque como aún estoy vivo carezco de certificado de defunción (que ya se sabe que es lo que a él le pone) y además no cazo luego no le voy a privar de los 40 ciervos adultos que a él le toquen (este párrafo es broma. Este).

  Lo que no es broma es que me da la sensación de que Don Baltasar nos quiere restregar su TOGA en todo daguerrotipo que le saquen, curiosa religión en que el Mártir y su Hagiógrafo son el mismo. Quiere recordarnos su dignidad, no sé si sus compañeros de Sala pensarán lo mismo cuando le vean lucir la misma puñeta que ellos, la misma manga, el mismo color (seguramente la toga de Garzón estará más nuevecita que la de los otros). Yo no voy a discutir eso, porque imagino que se trata de cuestiones gremiales que entre ellos se entienden y respetan, como en el Juicio de Nüremberg. Cada palo que aguante su vela que yo ya tengo las mías.

  A lo que sí me ha recordado el episodio, -y lo que voy a decir no tiene nada que ver con todo lo anterior- es a mi juventud en tierra, al ver en la Tele a Garzón tan magistrado sentado en su butaca, envuelto en su toga desafiante, a punto de ser abatido y asumiendo su destino. Me he acordado de mi Escuela de Primeras Letras, donde intentaron enseñarme algo de Latín. Una vez nos arrojaron sobre un texto de Tito Livio, de “Ad Urbe Condita”.

  El texto trataba de la invasión de los Galos, cuando asolaron Roma hacia el 390 antes de Cristo. En aquel episodio, los jóvenes romanos, soldados y niños se encerraron en las defensas de la colina Capitolina esperando salvarse. Los romanos más viejos, que no querían ser una carga para los defensores ni competir por sus víveres, decidieron dejarse morir, y eligieron una forma elegante: se quedaron en sus casas, con las puertas abiertas para ofrecer su desprecio al invasor. Muchos de ellos, que habían sido “magistrados curules”, conservaban sus togas de magistrado y sus sillas curules (que eran aquéllas especiales sobre las que ejercían su cargo, y que eran intencionadamente incómodas para evitar que se aletargaran en ellas, vamos, lo mismo que hace el Burguer King clavando las sillas al suelo para que no podamos estar cómodos y dejemos antes el sitio para otro cliente). Esos ancianos se vistieron con sus mejores togas, se sentaron en sus sillas que para ellos eran tronos, y esperaron impávidos el saqueo y la muerte. Los bárbaros al verlos se quedaron impresionados por la majestad, les pareció incluso sospechoso o brujeril, hasta que al poco comprobaron que sólo eran un puñado de viejos sublimes o locos, y acabaron con ellos.

Recuerdo que la traducción correcta de la frase que me presentaron debía ser: “Los magistrados curules se pusieron sus togas, de manera que murieran en su condición”.

  Por desgracia para mí y para toda la clase, el maravilloso diccionario que consultamos mi compañero de pupitre y yo nos ofrecía múltiples traducciones de la palabra latina “Ut”, pero ninguna de ellas nos parecía encajar en el contexto, salvo la última, que decía “Ojalá”. Por supuesto, no nos interesó en absoluto la traducción “de manera que”. Así que, encantados de haber descubierto la piedra filosofal, tradujimos: “Los Magistados curules se pusieron las togas. ¡Ojalá se murieran en su condición!”. Evidentemente no habíamos entendido mucho del texto, ni sabíamos entonces nada de la guerra de los celtas, ni de Tito Livio ni de los gansos capitolinos; sólo nos pusimos en la mente de un señor mayor que ve venir a quienes le van a matar y se viste elegante mientras les desea lo peor. En fin, un desastre, porque todos los compañeros de clase estaban igual de perdidos y nos copiaron íntegramente la traducción por aquello de la fama, con resultado previsible: el profesor no sabía si reírse más de la horrorosa traducción, o del hecho de que absolutamente todos hubieran seguido al mismo lazarillo equivocado.

  Les he contado este episodio porque estoy melancólico, pero algo tiene de aplicable al caso Garzón y en el fondo me reconcilia con mi pasado que al fin se me muestra útil. Garzón se ha vestido con su toga “de manera que muera en su condición”; si ha de caer será como juez, con las puñetas puestas como Custer y los Magistrados Curules. Pero seguramente lo que él piensa por dentro es lo mismo que yo pensé en aquella tarde de Latín: “¡Ojalá se murieran en su condición!”. Su vestido es su protesta, su planchado es un dardo. Qué estará pensando este hombre cuando mira a sus acusadores, él que ha puesto en cuarentena a Franco, a Pinochet, a Felipe, a Rajoy, a la ETA... ¿Siente dignidad? ¿Siente indignación?


  No sé lo que él siente. Sí sé lo que siento yo: tan sólo tengo ganas de leer a Tito Livio. Y en versión española, por si acaso.

miércoles, 11 de enero de 2012

VERSALLES Y WALL STREET



  
(Hoy toca simplificar y recibir críticas)

Una cosa es la RIQUEZA. Y otra cosa es la REPRESENTACION DE ESA RIQUEZA. Cuando la riqueza está tan alejada de sus representaciones que los creadores de aquélla no pueden controlar a los que trafican con éstas, estamos ante el anuncio de un DRAMA.

En WALL STREET-2012 no se trafica con pollos ni terneras que son la riqueza porque nos dan la vida, sino con sus representaciones que son la acciones del KFChicken o de la hamburguesera McDonalds. El pollo y la vaca están a miles de kilómetros, y en New York se cambian papelitos o títulos. En pocos metros cuadrados se enjambran un puñado de brokers (brujos) que deciden por el mundo.

VERSALLES-1789 también era un lugar de unos pocos metros cuadrados donde se negociaba con muchas representaciones de riquezas lejanas y se cambiaba el mundo. Las representaciones eran los títulos, en este caso nobiliarios; ser marqués de tal, o conde de cual, significaba que su titular tenía derecho a tantas monedas o a tantas tierras o ganados, y allí se iban todos a rebullir juntitos. En Versalles se obtenían títulos, se perdían, se sumaban por matrimonio... A muchísimos kilómetros de palacio se morían de hambre aquellos que trabajaban de sol a sol para generar la riqueza que luego, en una sóla tarde, cambiaba de mano por una pérdida en la mesa de juegos de palacio o por un capricho del rey.

No siempre fue así, o no nos lo imaginamos así, aunque también cabría decir que en la antigüedad ocurría lo mismo si consideramos que una lanza o una piel de oso eran representaciones de una riqueza consistente en una fuerza física que auguraba liderzago.

En origen, la gente sabía qué era lo que tenía valor, y todo el mundo lo entendía, una manzana, una oveja, una casa, un caballo. La gente trocaba una carga de trigo, una cratera de vino o una tinaja de aceite y los oficios eran, en origen, formas de crear esos bienes de riqueza, eran los Productores. Al poco aparecieron oficios que consistían en intercambiar esa riqueza, eran los Comerciantes.

Poco a poco, la riqueza empezó a estar no presente sino a ser representada por otras cosas que facilitaban su comercio y su movilidad, la sal, la moneda en metal, la moneda en papel.... Surgieron así los oficios dedicados al intercambio de las meras representaciones. Muchos sujetos se hicieron especialistas en jugar sólo con esos símbolos, eran los Banqueros, los Agentes, los Corredores, los Aseguradores... gentes que sabían dar un valor al paso del tiempo, al riesgo, de forma que un mismo trozo de metal podía valer hoy una medida y mañana medida y media, y un rectángulo de papel podía hoy ser interesante y mañana un retal de celuloide. Las representaciones sufrieron un proceso por el que cada vez eran más difíciles de asociar con lo representado; su soporte material era cada vez más ligero, mas pequeño; pasó de ser tridimensional a bidimensional, de tener volumen a ser un asiento, y luego ni tan siquiera eso pues pasó a ser un soplo de luz que viaja por una red sin hilos que nadie ve, la representación se ha convertido en invisible, aunque todo el mundo cree en su existencia y trafica con ella como si fuera algo. Su poder es tanto mayor cuanto más liviano es su soporte, al final será verdad que el Todopoderoso es el puro Verbo.

Normalmente, el que trafica con representaciones de riqueza debe justificar la necesidad de su oficio, y por ello se rodea de un lenguaje críptico y unas fórmulas mágicas que nunca entenderá el que cuida la vaca o siembra el arroz. Con el verbo abstruso se garantiza su independencia y poder.

Estos mecanismos, que en principio son casi ineludibles cuando la población va creciendo y no toda puede dedicarse a cultivar o recolectar, se van convirtiendo en sospechosos cuando el traficante de riqueza empieza a ganar más que el que la produce, y pasan a ser insufribles cuando el que trafica con representaciones obtiene varias veces más beneficio que el que trafica con meros bienes. Al final, el privilegiado es el que se limita a tocar una tecla en Wall Street, o a saber servir bien  una taza de café en Versalles.

Algo misterioso hace que, además, el proceso no sea sostenible sino que progresivamente se envilece a sí mismo, de forma que la minoría que maneja títulos es cada vez más exigua aunque detenta cada vez más poder, mientras que la mayoría que maneja cosas es cada vez mayor y más pobre, porque las cosas que produce o que intercambia son devaluadas segundo a segundo por la magia de la Bolsa, o de la Corte.

Como me he prohibido usar la palabra REVOLUCION, diré que al final de ese proceso SE CITAN TODOS PARA HACER UN PICNIC, Y LOS SIERVOS DEL TERCER ESTADO ENTREGAN AMOROSAMENTE SUS ULTIMAS SEMILLAS DE HABICHUELAS A LOS TRAFICANTES DE LAS REPRESENTACIONES. AH, Y COLORIN COLORADO, QUE ESTE CUENTO ESTÁ EMBARGADO.

lunes, 9 de enero de 2012

DESDE CANTABRIA DANDO LA CARA: COROCOTA, CASCOS Y RUBALCABA.



Dice el cántabro RUBALCABA que hay que “dar la cara”. Ha sido hace dos días, en un Centro Cultural de Valladolid, rodeado de un grupito de socialistas como a él le gusta cuando se hace fotos tipo Mocedades. Era su desafío a Madrid, al poder, pues se trataba de un acto de presentación de su candidatura a la Secretaría del PSOE, avalada por una especie de plataforma de alcaldes castellanos, algo así como Padilla, Bravo y Maldonado arropando al Señor Pérez. 
La respuesta del partido no se ha hecho esperar, y de momento los suyos le han dicho que el partido dará la cara en el Palamento ante el PP, pero que el rostro no será el de Alfredo PePunto sino el de otro portavoz. Vamos, que publicidad gratuita la mínima, estando la niña Carmen de por medio.

Péguense a la tele estos días, que temas hay muchos. Aparte de la pugna primaria por el PSOE está el caso Urdangarín llegando al fin del principio, el caso Camps llegando al principio del fin, el caso Cocaína andaluza llegando al limbo nonato y el Pacto Social salido de cuentas; la Merkel sigue corriendo la banda y los mercados siguen jugando a los barquitos con cada vez menos cuadrados libres.

Hoy le toca a Alfredo y Carmen, que no paran de darme ideas. Primero fue lo de los manifiestos, que son como unas Memorias pero al revés: están hechas para que olvidemos. Lo de los manifiestos ha sido una escena “por favor, quiéreme” más Lacrimosa que el octavo tramo del Réquiem de Mozart. El “Mucho PSOE por hacer” sonaba a John Ford en “Qué verde era mi partido”; y el “Yo sí estuve allí” sonaba al “Yo lo ví”, que es el título de la estampa nº 44 de “Los desastres de la Guerra”, de Goya. Y en efecto, los que estuvieron allí con ZP pueden narrar lo que han visto como un desastre, más que total, con el agravante de que ellos han sido protagonistas, justo como en el grabado de Goya, en que se ve a una masa de gente huyendo de alguna catástrofe bélica y junto a ella algunos escapados que parecen considerarse más espectadores que afectados, cuando ellos seguramente han contribuido a la debacle y se han aprovechado de ella. Vamos, como algunos que yo me sé. Después vino otro (¿Solana?) a decir que ya estaba bien de manifiestos, que esto empezaba a parecerse al Cabaret Voltaire de los DADÁ, pero no han podido resistirlo, y la niña Carmen se ha puesto la N final por peineta y se ha bajado a la Almería invocando al “Espíritu de Olula” (Olula del Río es el pueblo del padre de Carmen Chacón, lo digo por los señores de Japón que lean esto). El Espíritu de Olula me da super yuyu, debe ser algo que estará entre las Caras de Bélmez y el Fantasma de la Curva, no sé, igual les ha dado por jugar al Vaso en Olula, toda vez que en Madrid se han puesto a jugar a la Botella. Al tiempo. Y en esto llega Alfredo Gándalf Rubalcaba otra vez, dándolo todo, incluida la cara.

Señores, algo debe tener Cantabria que sus gentes dan la cara. Claro, que yo me refiero a la Cantabria de los tiempos de los romanos, que era un poco mayor que ahora porque miraba al mar cantábrico y no a una diputación provincial. Alfredo Señor Pérez es cántabro puro, del pueblo de Solares según la Wiki, que está (Solares, no la Wiki) a unos 10 kilómetros de Santander. Esos aires de Cantabria hacen que los de allí se pongan el mundo por montañera y desafíen al centro, a los poderosos contra los que no tienen nada que hacer, pero ellos son así de simpáticos. Alfredo no se arredra y ya veremos, porque al menos ha demostrado que es mejor fajador incluso que quien le propuso, le puso y le indispuso, su amado ZP.

¿Y CASCOS? Alvarez Cascos hizo lo mismo hace unos meses. Desde su nido de águilas del norte se sabía acosado por Madrid, pero no se amilanó y decidió dar la cara. Cascos, para los romanos, sería tan cántabro como Alfredo, pues los romanos tuvieron más agudeza que el Tribunal Constitucional y decidieron que las autonomías serían un problema para el futuro de España pero no para el Imperio, así que todos cántabros. Francisco, como buen idem, ha tenido la osadía en las pasadas elecciones no sólo de no entregarse al poder de la Metrópoli sino acudir a ella y presentarse en cuerpo y cuerpo, con una lista y todo, a dar guerra en el mismo campamento enemigo de Génova y de la carrera de San Jerónimo. Y ha sacado un diputado, ha ganado la guerra moral.

Me queda un tercero, COROCOTA, que es del que yo realmente quería hablar. Lo de los otros dos era para hacer un precalentamiento sobre algunos cántabros que han plantado cara estando en minoría, y que cuando todos esperaban su rendición o su caída han dado la sorpresa contraatacando al viento. Este, sin embargo, es más antiguo que Alfredo y Francisco, y mucho más interesante.

Lo que sabemos de Corocota es muy poco, y viene de una fuente: Dion Casio, traducido en su día por Schulten quien nos entregó la siguiente perla: Corocota era un lider cántabro (una especie de caudillo-bandido) muy correoso y hábil. Los romanos, a quienes llevaba por el camino de la amargura, no sabían cómo acabar con él. La dureza de las guerras cántabras obligó al mismo Augusto a desplazarse hasta Hispania para liquidar el problema, y parte del mismo era Corocota. Entonces Augusto recurrió a un típico remedio de rico: ofrecer una cuantiosa recompensa a quien le trajera a Corocota. Doscientos mil sestercios concretamente, una fortuna. Entonces ocurrió algo muy gracioso: el mismo Corocota apareció de pronto en el campamento de Augusto, diciendo que venía a por la recompensa, ya que esta debía darse a quien trajera a Corocota y él lo había hecho. El gran Augusto parece que debió partirse de risa, y se tomó a gracia la ocurrencia del cántabro, porque cumplió lo prometido: le pagó los doscientos mil sestercios y le dejó ir.

La lección, o el paralelo entre los tres casos, podría ser el siguiente: cuando un personaje débil da la cara ante el fuerte, puede causar sorpresa en éste y ello puede propiciar a aquél una pequeña victoria aunque sea moral. Posiblemente el fuerte le dejará seguir ese juego un rato porque confía en derrotarle a la siguiente embestida. Ahora bien, en el caso que nos ocupa hay que tener en cuenta dos cosas: 1) a veces el débil derrota al fuerte que se confía en exceso, y ahí está la historia de David y Goliat o la de Aquiles y la tortuga; y 2) la historia universal posiblemente no sabe que en España hay unos señores que son los cántabros que tienen una especial afición a dar la cara y vacilar a sus enemigos poderosos, y a los que a veces les sale bien la jugada, que se lo digan a Don Pelayo. 

Aviso: si alguien de Asturias o de Cantabria (actuales) se siente ofendido por haber hablado de ambos como cántabros a efectos romanos, le pido perdón y que hable con el señor Schulten, que ya no está (pobrecito).

miércoles, 4 de enero de 2012

EL “GENERAL NO IMPORTA”


El “General no importa” es una de las más bellas creaciones de la Guerra de la Independencia española (quizá la única, y si es que puede haber belleza en medio de una guerra).
No me encontré con este General en ningún estudio serio, pero sí lo he visto citado más de una vez en crónicas privadas del momento, diarios, cartas... así que sospecho que ha sido una expresión popular entre los años 1808 a 1813, los de ocupación francesa en España.

Con la expresión “no importa”, los españoles no designaban a una persona sino a un elemento que les haría vencer: el desprecio por el sufrimiento propio. El recurso semántico es semejante al del “General Invierno” de los rusos, ningún humano detrás, pero sí un concepto que salvaría a una multitud. El General No Importa es el que hacía que los españoles se sacrificaran en las barricadas, en los patios de fusilamiento, que las madres dieran a sus hijos para la guerra o que los novios aplazaran sus bodas hasta volver del frente. En ciudades como Zaragoza, Gerona, y tantas otras ciudades, pero también en los caminos, las ventas, los barrancos, se sentía el mando de ese general que llevaba a los españoles a mirar indiferentes cómo los soldados del Imperio quemaban sus casas, mataban a sus familiares o robaban todo su alimento.

Hay un cuadro muy gráfico de esta situación: “El hambre de Madrid”, pintado en 1818 por el alicantino José Aparicio e Inglada. Aparicio había nacido en 1770 (el mismo año que Beethoven, Hegel y Hölderlin), y estudiado en la Academia de San Carlos de Valencia. Se trasladó becado a París, donde fue el primer alumno español del gran David, retratista de Napoleón. Allí expuso, en 1806 y en el Museo Napoleón, su cuadro “La fiebre amarilla de Valencia”, alusiva a la epidemia de 1804-1805 que sólo en la ciudad de Alicante se había llevado por delante a unas 2.500 personas, aproximadamente el 10% de la población. La guerra le sorprende en Roma junto a otros artistas españoles que al negarse a jurar obediencia a José I serán encerrados en el Castell Sant´Angelo; esta fidelidad le granjeará más tarde el favor real y el nombramiento de pintor de cámara de Fernando VII. A esa época pertenece el cuadro propagandístico “El hambre de Madrid”, obra colosal de más de 3 x 4 metros de bastidor, y que alude a un episodio de hace justo 200 años: la terrible hambre que padeció la capital de España durante la ocupación francesa.

Entre 1811 y 1812 murieron de hambre en Madrid unas 25.000 personas, que eran también algo más de un 10% de la población. La escena que representa el cuadro es dramática, pues en ella se ve a un grupo de españoles desahuciados por el hambre y la enfermedad, tirados en el suelo y rechazando al mismo tiempo el mendrugo de pan que unos militares franceses les ofrecen. El simbolismo propagandístico es evidente, pues es un homenaje a todos aquellos que prefirieron dar sus vidas –fuera por acciones armadas, fuera por hambre o enfermedad- antes que legitimar de ninguna forma a la autoridad francesa usurpadora de la corona del Rey Fernando el Deseado. Es sabido que José Bonaparte se desvivió en lo que pudo por aliviar el hambre de los madrileños, pero que éstos rechazaban en masa dicha ayuda, para irritación de la administración bonapartista. Quien quiera ver la imagen del General No Importa tiene una buena ocasión si va a ver ese cuadro, que está en el Museo Municipal de Madrid, aunque pertenece a los fondos del Prado.

Todo este florilegio tan mío (tampoco a mí “me importa” saturarles de afluentes) viene a cuento de que los españoles hemos tenido épocas en las que el General No Importa ha hecho de las suyas, no sólo contra Napoleón sino contra los romanos en Numancia, contra los cartagineses en Sagunto... No pretendo hacer épica de lo que quizá fue desesperación, y que posiblemente sólo afectó a un porcentaje pequeño de la población mientras el resto hacía lo que podía por salvarse a sí y a sus hijos, pero la Historia tiene esas anécdotas y hay que contarlas.

En el presente estamos con lo mismo, otra vez el año 12, otra vez el Hambre, y parece que otra vez nos hablan nuestros Jefes del General No Importa para decirnos que hay que aguantar, que tenemos que vencer al déficit, al paro, a los mercados, al precio que sea, sin importar los sacrificios que sean precisos.
Pues sí, pero no. Y digo que no porque hoy, como entonces, hay que empezar con el ejemplo, y si no suena muy raro que le pidan a uno que se sacrifique mientras otros son intocables, siguen engordando o no se dan por aludidos de la que está cayendo. Les cuento una anécdota de la misma Guerra de la Independencia: al poco de empezar el conflicto, se formó una Junta Central Suprema que tomó el mando del país ante la ausencia del Rey. La Junta se constituyó el 25 de Septiembre de 1808 en Aranjuez, concretamente en la Real Capilla del Palacio, con 25 diputados bajo la Presidencia de Floridablanca y la Secretaría de Martín de Garay. Pues bien, ¿Saben qué fue lo primero que hizo esa Junta, además de pedir el famoso “sangre, sudor y lágrimas”, y de exigir caudales especiales, y alistamientos, ordenar requisas, coger el oro y plata de las iglesias para pagar cañones, y etc. etc.? Seguramente alguno ya o habrá adivinado: 1) se pusieron a sí mismos el título de Majestad, y al presidente el de Alteza, y 2) se pusieron un sueldo de 120.000 reales para los diputados, y 500.000 para el Presidente. El sueldo de cada diputado, 120.000 reales anuales, equivalía a 329 reales diarios. Y ahora es cuando debo decirles que el salario de un soldado de los reclutados, y cuando lo cobraba, era de 6 reales diarios, es decir, unas 59 veces menos que el sueldo de un diputado.

Evidentemente, hablarle a un soldado de que “no importa” su sufrimiento ni aun su muerte, cuando el que se lo dice se autoenchufa un sueldo 59 veces mayor y lo piensa cobrar con el trigo requisado que almacenaba ese soldado en su casa para alimentar a sus hijos, es muy fuerte. De ahí que fuera tan abultada la deserción, la guerrilla autárquica y la desafección al poder.

Hoy tenemos a Rajoy, sus ministros, los más de 1000 diputados autonómicos, los más de 1.000 diputados provinciales, los más de 70.000 alcaldes y concejales... todos esos son los que nos están diciendo que hagamos como que no importa que nos arruinemos para que España se salve, y ahí les vemos, con sus sueldos, sus televisiones, sus embajadas, sus subvenciones, sus coches, sus amigos, sus trajes, sus bigotes, sus gasolineras, sus campañas, sus bancos, sus viajes, sus tarjetas, sus puticlús, sus asesores, sus cañones, sus sillitas en la ONU, sus Toisones de Oro, sus patatín y sus patatán... Por supuesto que cuando se habla de esto se incurre en demagogia, pero no hablar de esto también es simpleza: criticar el número de diputados y sueldos autonómicos no es impugnar (todavía) el sistema autonómico; criticar el número y sueldos de los diputados provinciales no es impugnar (todavía) el escalón provincial –que yo defiendo-; hablar de los más de 70.000 alcaldes y concejales no es moverles el sillón sino preguntarles si con eso no tienen bastante y necesitan además pagar a otros 200 o 300.000 asesores (no sé cuántos serán) para hacer su función, porque aquí estamos ya como en el Barroco, que uno trabaja y 30 viven de él.

Hace unos días ha dicho Rajoy que los bancos deben rebajar un 20% sus tasaciones de inmuebles, para así obligarles a aflorar los 17.000 millones que tienen provisionados para esa contingencia (es decir, es una forma de reconocer que los pisos valen ahora un 20% menos que hace unos años), y me parece muy bien, pero al mismo tiempo dice lo contrario para beneficiarse: acuerda que el Impuesto de Bienes Inmuebles suba un pico (o sea, como si los inmuebles ahora tuvieran más valor que hace unos años, es de locos o de gobernantes, cuanto todo el mundo sabe que los pisos están parados y no generan nada porque nadie cumple si se alquilan, nadie compra porque no hay crédito, y nadie baja las cargas fiscales que racaen sobre la propiedad, pero a ellos les importa un bledo porque tienen que pagar sus sueldos “congelados” de entre 30.000 y 60.000 euros anuales, según autonomías o diputaciones o parlamento central). 

Era un ejemplo, les puedo poner otros 20. Yo, señores, lo lamento por el General No Importa, pero yo voy a seguir con mi guerra del Mar y a lo Corso, y les propongo que se alisten conmigo los que quieran para hacer la guerra por nuestra cuenta. Ofrezco a todos paga diaria, comida y ron, una vida con un horizonte que está en el mar y no lo puedo ocultar, una noche sin ruidos, una fraternidad del mar y la seguridad de que, cuando haya peligro, al primero que verán mostrar su casaca y sable ante el enemigo será a éste que les habla, Corsario para más señas.

domingo, 1 de enero de 2012

EL FARO



 La luz que a mi barco guía
no viene del horizonte,
no nace en playa ni monte
ni en torre del mar vigía.
 Es la noche, cada día,
la que un destino me ofrece
y en estrellas se aparece
con un pálpito de hielo
mostrando un camino al cielo...
que no está cuando amanece.