El “General no importa” es una de las más bellas creaciones de la Guerra de la Independencia española (quizá la única, y si es que puede haber belleza en medio de una guerra).
No me encontré con este General en ningún estudio serio, pero sí lo he visto citado más de una vez en crónicas privadas del momento, diarios, cartas... así que sospecho que ha sido una expresión popular entre los años 1808 a 1813, los de ocupación francesa en España.
Con la expresión “no importa”, los españoles no designaban a una persona sino a un elemento que les haría vencer: el desprecio por el sufrimiento propio. El recurso semántico es semejante al del “General Invierno” de los rusos, ningún humano detrás, pero sí un concepto que salvaría a una multitud. El General No Importa es el que hacía que los españoles se sacrificaran en las barricadas, en los patios de fusilamiento, que las madres dieran a sus hijos para la guerra o que los novios aplazaran sus bodas hasta volver del frente. En ciudades como Zaragoza, Gerona, y tantas otras ciudades, pero también en los caminos, las ventas, los barrancos, se sentía el mando de ese general que llevaba a los españoles a mirar indiferentes cómo los soldados del Imperio quemaban sus casas, mataban a sus familiares o robaban todo su alimento.
Hay un cuadro muy gráfico de esta situación: “El hambre de Madrid”, pintado en 1818 por el alicantino José Aparicio e Inglada. Aparicio había nacido en 1770 (el mismo año que Beethoven, Hegel y Hölderlin), y estudiado en la Academia de San Carlos de Valencia. Se trasladó becado a París, donde fue el primer alumno español del gran David, retratista de Napoleón. Allí expuso, en 1806 y en el Museo Napoleón, su cuadro “La fiebre amarilla de Valencia”, alusiva a la epidemia de 1804-1805 que sólo en la ciudad de Alicante se había llevado por delante a unas 2.500 personas, aproximadamente el 10% de la población. La guerra le sorprende en Roma junto a otros artistas españoles que al negarse a jurar obediencia a José I serán encerrados en el Castell Sant´Angelo; esta fidelidad le granjeará más tarde el favor real y el nombramiento de pintor de cámara de Fernando VII. A esa época pertenece el cuadro propagandístico “El hambre de Madrid”, obra colosal de más de 3 x 4 metros de bastidor, y que alude a un episodio de hace justo 200 años: la terrible hambre que padeció la capital de España durante la ocupación francesa.
Entre 1811 y 1812 murieron de hambre en Madrid unas 25.000 personas, que eran también algo más de un 10% de la población. La escena que representa el cuadro es dramática, pues en ella se ve a un grupo de españoles desahuciados por el hambre y la enfermedad, tirados en el suelo y rechazando al mismo tiempo el mendrugo de pan que unos militares franceses les ofrecen. El simbolismo propagandístico es evidente, pues es un homenaje a todos aquellos que prefirieron dar sus vidas –fuera por acciones armadas, fuera por hambre o enfermedad- antes que legitimar de ninguna forma a la autoridad francesa usurpadora de la corona del Rey Fernando el Deseado. Es sabido que José Bonaparte se desvivió en lo que pudo por aliviar el hambre de los madrileños, pero que éstos rechazaban en masa dicha ayuda, para irritación de la administración bonapartista. Quien quiera ver la imagen del General No Importa tiene una buena ocasión si va a ver ese cuadro, que está en el Museo Municipal de Madrid, aunque pertenece a los fondos del Prado.
Todo este florilegio tan mío (tampoco a mí “me importa” saturarles de afluentes) viene a cuento de que los españoles hemos tenido épocas en las que el General No Importa ha hecho de las suyas, no sólo contra Napoleón sino contra los romanos en Numancia, contra los cartagineses en Sagunto... No pretendo hacer épica de lo que quizá fue desesperación, y que posiblemente sólo afectó a un porcentaje pequeño de la población mientras el resto hacía lo que podía por salvarse a sí y a sus hijos, pero la Historia tiene esas anécdotas y hay que contarlas.
En el presente estamos con lo mismo, otra vez el año 12, otra vez el Hambre, y parece que otra vez nos hablan nuestros Jefes del General No Importa para decirnos que hay que aguantar, que tenemos que vencer al déficit, al paro, a los mercados, al precio que sea, sin importar los sacrificios que sean precisos.
Pues sí, pero no. Y digo que no porque hoy, como entonces, hay que empezar con el ejemplo, y si no suena muy raro que le pidan a uno que se sacrifique mientras otros son intocables, siguen engordando o no se dan por aludidos de la que está cayendo. Les cuento una anécdota de la misma Guerra de la Independencia: al poco de empezar el conflicto, se formó una Junta Central Suprema que tomó el mando del país ante la ausencia del Rey. La Junta se constituyó el 25 de Septiembre de 1808 en Aranjuez, concretamente en la Real Capilla del Palacio, con 25 diputados bajo la Presidencia de Floridablanca y la Secretaría de Martín de Garay. Pues bien, ¿Saben qué fue lo primero que hizo esa Junta, además de pedir el famoso “sangre, sudor y lágrimas”, y de exigir caudales especiales, y alistamientos, ordenar requisas, coger el oro y plata de las iglesias para pagar cañones, y etc. etc.? Seguramente alguno ya o habrá adivinado: 1) se pusieron a sí mismos el título de Majestad, y al presidente el de Alteza, y 2) se pusieron un sueldo de 120.000 reales para los diputados, y 500.000 para el Presidente. El sueldo de cada diputado, 120.000 reales anuales, equivalía a 329 reales diarios. Y ahora es cuando debo decirles que el salario de un soldado de los reclutados, y cuando lo cobraba, era de 6 reales diarios, es decir, unas 59 veces menos que el sueldo de un diputado.
Evidentemente, hablarle a un soldado de que “no importa” su sufrimiento ni aun su muerte, cuando el que se lo dice se autoenchufa un sueldo 59 veces mayor y lo piensa cobrar con el trigo requisado que almacenaba ese soldado en su casa para alimentar a sus hijos, es muy fuerte. De ahí que fuera tan abultada la deserción, la guerrilla autárquica y la desafección al poder.
Hoy tenemos a Rajoy, sus ministros, los más de 1000 diputados autonómicos, los más de 1.000 diputados provinciales, los más de 70.000 alcaldes y concejales... todos esos son los que nos están diciendo que hagamos como que no importa que nos arruinemos para que España se salve, y ahí les vemos, con sus sueldos, sus televisiones, sus embajadas, sus subvenciones, sus coches, sus amigos, sus trajes, sus bigotes, sus gasolineras, sus campañas, sus bancos, sus viajes, sus tarjetas, sus puticlús, sus asesores, sus cañones, sus sillitas en la ONU, sus Toisones de Oro, sus patatín y sus patatán... Por supuesto que cuando se habla de esto se incurre en demagogia, pero no hablar de esto también es simpleza: criticar el número de diputados y sueldos autonómicos no es impugnar (todavía) el sistema autonómico; criticar el número y sueldos de los diputados provinciales no es impugnar (todavía) el escalón provincial –que yo defiendo-; hablar de los más de 70.000 alcaldes y concejales no es moverles el sillón sino preguntarles si con eso no tienen bastante y necesitan además pagar a otros 200 o 300.000 asesores (no sé cuántos serán) para hacer su función, porque aquí estamos ya como en el Barroco, que uno trabaja y 30 viven de él.
Hace unos días ha dicho Rajoy que los bancos deben rebajar un 20% sus tasaciones de inmuebles, para así obligarles a aflorar los 17.000 millones que tienen provisionados para esa contingencia (es decir, es una forma de reconocer que los pisos valen ahora un 20% menos que hace unos años), y me parece muy bien, pero al mismo tiempo dice lo contrario para beneficiarse: acuerda que el Impuesto de Bienes Inmuebles suba un pico (o sea, como si los inmuebles ahora tuvieran más valor que hace unos años, es de locos o de gobernantes, cuanto todo el mundo sabe que los pisos están parados y no generan nada porque nadie cumple si se alquilan, nadie compra porque no hay crédito, y nadie baja las cargas fiscales que racaen sobre la propiedad, pero a ellos les importa un bledo porque tienen que pagar sus sueldos “congelados” de entre 30.000 y 60.000 euros anuales, según autonomías o diputaciones o parlamento central).
Era un ejemplo, les puedo poner otros 20. Yo, señores, lo lamento por el General No Importa, pero yo voy a seguir con mi guerra del Mar y a lo Corso, y les propongo que se alisten conmigo los que quieran para hacer la guerra por nuestra cuenta. Ofrezco a todos paga diaria, comida y ron, una vida con un horizonte que está en el mar y no lo puedo ocultar, una noche sin ruidos, una fraternidad del mar y la seguridad de que, cuando haya peligro, al primero que verán mostrar su casaca y sable ante el enemigo será a éste que les habla, Corsario para más señas.
Parece, monsieur, que siempre ha sido la cosa más o menos igual, ya que lo primero que son capaces de hacer en caso de invasión es darse el título de majestad y asignarse un sueldo. Llamativo. Realmente no había razón para esperar que las cosas hubieran cambiado.
ResponderEliminarPero me temo, monsieur, que el general no importa de los españoles solo despierta cuando llegan los franceses. Lo cierto es que ahora no lo veo. Será preciso que venga a robarles un francés, pues?
Con tanta desdicha no me extraña que esté usted deseando pisar hierba, pero tampoco la encontrará en mi corte, demasiado venenosa. No le conté que intentaron envenenarme una vez, y que me salvé gracias a la oportuna intervención del marqués de Fricasé? Pero a mí me gustan esas emociones, no hay problema. Y visto lo visto, creo que me quedo en mi corte. No me gustaría vivir en esta de la que usted nos habla. Si tuviera que hacerlo, aceptaría sin vacilar su oferta de paga diaria, comida y ron.
Qué cosas tan curiosas guarda Lorencillo en su cueva.
Monsieur, sois un gran corsario, ya que fuisteis capaz de salir airoso del asunto del señor de Singapur.
Buenas noches
Bisous
¿Cuando zarpamos,Sire?
ResponderEliminarMadame,
ResponderEliminarqué placer veros, quizá llevéis razón y el General no se despertará hasta que vuelva Sarkozy por aquí y su señora de él Madame Carla.
Me dejáis desolado con vuestro intento de envenenamiento, quiera el cielo que no vuelva a suceder, y que en cualquier caso esté cerca otra vez Monsieur Fricasé (¿de la Poularde?)
En todo caso, vuestra atracción por las emociones demuestra que sois muy joven o muy decadente, o ambas cosas.
Lorencillo está ya bajo el agua en estos tiempos, pero su cueva ha quedado con su nombre, y la usamos las ratas de mar. No es tan raro por aquí el palo de campeche ni capturarlo o esconderlo, muchos hombres han muerto por él, le pondría el caso de la región de Tabasco y la bahía de Términos ocupada de ingleses sin permiso del Rey, pero esa es otra historia. En todo caso, solo por el nombre de Lorencillo alguien se merece una cueva.
Veo que habéis leido mi pergamino sobre el Señor de Singapur, y me alegro de que vuestras intuiciones coincidan con las mías, eso es señal de que a esos efectos, al menos, ya no hay Pirineos.
Madame.
En cuanto a vos, Pepe, la singladura está próxima, os recomiendo que elijáis un alias para embarcaros, pues cuando os hagáis famoso la gente querrá saber cómo llamaros, y si conserváis vuestro nombre no os servirá para una tumba pues seréis arrojado al mar como los buenos marinos. Mi barco pasa en secreto un día de éstos que no puedo revelar, pero vos tenéis que decirme por qué zona me esperaréis, y preparad vuestro petate, porque seréis avisado para embarcar de un momento a otro.
No os puedo decir más por la espía de la Inglaterra y los jabeques correo de Su Magestad
Señor
Estimado monsieur, curiosa forma de razonar la suya. Sepa que la barroca Dame Masquée, hija de Molière, amante de las emociones fuertes y a punto de ser envenenada, tiene 370 años, si no se quita ninguno. No sé en cuál de las dos categorías que propone encajaría usted ese dato. Reconozco que ha de ser difícil de clasificar, por lo inusual, pero creo que excluye la primera.
ResponderEliminarInfiero, por sus palabras, que el corsario Zarafin se sitúa a sí mismo en algún punto intermedio entre ambas. Lo cual, por supuesto, no significa que así sea, sino solo que así se considera. Son dos cosas diferentes.
Estos ingleses se pasan la vida ocupando cosas sin permiso de nadie. Son unos impresentables. Pero dígame, si llamarse Lorencito, o Lorencillo, o Lorencín o qué sé yo, merece una cueva, ¿qué le toca a Diana en el reparto? Un bosque para perderse y no seguir dando la tabarra con sus extravagancias, tal vez?
Monsieur, feliz noche de reyes. Espero que visiten su barco.
Bisous
Estimada Señora Diana de Méridor,
ResponderEliminaros agradezco que intervengáis para incrementar mis dudas acerca de la dame Masquée. Si su edad ronda los 370 años, no es ciertamente una niña sino que debe haber iniciado ya la adolescencia, lo que confirma mi impresión y justifica su frescura. Posiblemente en esos años haya aprendido a adormecer los venenos
y su maestría sea ya invencible. En cuanto a mí, en el mar siempre se está entre dos cosas, así que os doy la razón.
Sobre vuestra referencia a que la Dame Masquée sea hija del gran Moliere, os diré que nunca llevo la contraria a las señoras ni pongo en duda sus afirmaciones pues en ocasiones la verdad que ocultan puede ser mucho más nociva. Confesaré que hasta ahora sólo había oido hablar de una mujer de la que se hablara como posible hija de Moliere e implicada en un asunto escabroso; me estoy refiriendo a Armande Béjart, de la que sin duda vos podéis decirme muchas más cosas. Os ruego que me ilustréis algo más sobre vuestra filiación si así os place, o que me dejéis yacer en mi ignorancia presente.
Sé que Luis XIV apadrinó a un hijo de Moliere, pero desconozco más sobre su familia. Por cierto, cuando el Rey Sol era también un niño, de unos 7 años, nació en Doordrecht (Holanda) otro crío llamado Laurens Cornelis Boudewijn de Graaf. Ya de joven se embarcó en los mares, hasta que un día fue abordado por dos naves piratas, que le hicieron elegir entre la muerte o hacerse filibustero con ellos. Eligió esto segundo, llegando a ser un temible marino, y actuando con otros holandeses como Michel de Grandmont o Nicholas van Hoorn. Su fama fue propagada por los españoles, ya que de España eran las tierras que más aterrorizó, como es el caso de Veracruz, Tabasco, la Chontalpa... Como era bastante bajito, los españoles hablaban de Laurens como "Lorencillo", y con ese nombre ha pasado a la leyenda del mar.
Respecto a vos, Diana, siendo nombre de diosa, poco puede decir un humano sobre qué hacer para satisfacerla. Quizá el Señor Dumas o Madame de Monsoreau puedan ilustrarme. En cualquier caso, una Diana no puede perderse en un bosque pues aparte de ser de por sí cazadora experimentada, nunca dejaría yo que tal señora se echara a perder privándonos de su suave juicio. Por suerte, no sois como aquella dama que describirá Oscar Wilde en el futuro diciendo de ella que "pretendía ser extravagante y sólo conseguía ser estrafalaria".
Feliz noche de Reyes, señora. Que los Reyes Magos de Oriente visiten vuestras habitaciones.
Señora.
Me ocupé de ese tema en agosto del 2010 aquí en la corte, en efecto. En cualquier caso, ella no era hija suya. Yo lo soy, pero natural, fruto de una aventura juvenil de su época universitaria.
ResponderEliminarYo preferiría que esos señores no aparecieran de pronto en mis aposentos. Me causarían un gran sobresalto, pero no de los que me gustan.
En cualquier caso, está claro que aquí nunca pondría rock. A vos os dejaría algo de Alejandro Sanz, por ejemplo. Lo considero mucho más adecuado, si voy entendiendo algo. A cada uno según sus méritos.
Madame de Monsoreau soy yo misma, por cierto, como usted forzosamente ha de saber. Al parecer conoció a mi antepasada.
Le dejo, monsieur. El trabajo me aguarda.
Feliz tarde
Bisous
No creo que me aceptases en tu barco, Corsario. Poco es lo que puedo aportar para la buena navegación porque soy demasido individualista, aparte de que estoy de acuerdo contigo en algunas cosas, pero no en todo.
ResponderEliminarEs un buen artículo, como siempre, bien escrito y documentado. Lo que ocurre es que si me fío poco de los políticos, del taxista que tiene soluciones para todos y que lo arregla todo en cinco minutos me fío aún menos. Creo que los políticos son un mal necesario y que en estas épocas, a pesar de abusos y corruptelas, están atados bastente corto, mucho más de lo que nunca estuvieron por lo que se los puede controlar bastante bien. Y una revuelta sin un rumbo político claro no llega a nada, sólo a la destrucción, al caos que favorece el pillaje y todos esos horrores en los que el santificado pueblo jamás incurriría pero de hecho incurre... Hay mucha indignación entre la gente, que es comprensible por una parte, pero creo que se indigna y se indigna de una forma ciega y muy peligrosa porque escucho y leo muchas burradas al respecto.
En realidad, la victimización de todo un pueblo -lo que lleva a us indignación sin límites- es una bomba de relojería, sea esta cierta o sólo parcialmente y sabrán sacar tajada de ello algunos. Ejemplos tenemos a montones. Pero creo que este tema ya lo hablé contigo y no estábamos de acuerdo. Ciertamente mi posición es lejana a España en este asunto y lo mismo no tengo razón, el tiempo lo dirá. Se deben reducir gastos en todos los ámbitos, creo, pero no creo que la solución sea convertir al político en cabeza de turco y responsable de todos los males aunque lo sean de algunos. La democracia es frágil hipócrita e imperfecta, pero es el sistema más justo, hasta el momento, para dirigir un estado (aunque fue diseñado para una polis mucho más pequeña). Si no, nos volvemos a la tribu con el sílex en lugar del iPad, donde todo es mucho más sencillo.
Saludos
Cicero
Madame,
ResponderEliminartodo lo que sé de Diana de Méridor, de Madame de Monsoreau y de la Dame Masquée os lo debo a vos, pues antes no me eran más familiares que una sirena lunar. Así pues, me estáis ilustrando y forzando a aprender, cosa que me había prometido evitar a toda cosa por la salud de mi alma.
He visitado vuestro archivo versallesco de Agosto de ese año futuro tan feo. Sois grande.
Por lo demás, deduzco que hay visitas sorpresivas a vuestros aposentos que sí os placen, algo -por cierto- nada sorprendente en Versalles. Se lo diré a Melchor, Gaspar y Baltasar, para que en caso de presentarse vayan bien duchados y aseados.
Señora
Zarafin
Hola, Cicero
ResponderEliminarme alegro de verte, y ¡Feliz Año! lo primero, que hacía tiempo.
Ya hemos hablado de algunas de estas cosas, de subirte a bordo y de las revoluciones. Me parece que en ningún momento hablo de revolución porque toda revolución es mala y yo admiro a quellos pueblos que saben evolucionar y no revolucionar.
No estoy diciendo nada contra el sistema democrático, ni contra la función política, faltaría más. Pero todo, incluidos los sistemas son buenos o malos según la proporción y la lupa que les pongamos encima. La grasa te salva de morir congelado, pero si es excesiva te mata porque te paraliza, y con esto pasa lo mismo.Sería un error discutir de conceptos, porque yo -al menos- sólo estoy hablando de proprociones.
No quiero decirte eso tan fácil de que si estuvieras en España lo verías todo más claro, porque cada uno tiene derecho a verlo desde donde quiera. Pero cualqueira que esté aquí te puede contar docenas de casos sangrantes en los que la Administración ha arruinado a particulares, sin más, mientras el dinero que le recaudan sirve para sus fiestas y sus elecciones. Yo no digo que eso siga ocurriendo ahora con esa desfachatez, pero sí ha sucedido durante muchos años y ahora recogemos las consecuencias de todo eso siendo muy difícil echar marcha atrás; y por supuesto la marcha atrás empieza pasando otra vez sobre la misma víctima, igual que cuando atropellas a alguien y para liberarla te retiras echando marcha atrás pisándola otra vez, vaya salvación.
Es muy evidente la cantidad de miles de personas qeu sólo están en sus cargos de designación a dedo como favores políticos o porque no se sabe cómo quitarlas de en medio, y sus sueldos son de muchísimo dinero que parece que nadie se cuestiona, y no hacen nada salvo calentar un asiento, si lo calientan. Es apabullante la cantidad de dinero que se ha malgastado en chiringuitos artificiales drante años, mientras que todo ese dinero bien aplicado durante años podría haber renovado totalmente este país, y dejarnos con la deuda a cero, pero no, había demasiada gente que colocar, y encima dejando de pagar a todos los privados qeu han trabajado desde fuera para encumbrar a esos privilegiados. Donde vayas te contarán historias parecidas, y así hemos llegado hasta hoy, sin reservas y sin moral, sintiendo que los que mandan van a hacer lo mismo que los del Titánic, encerrar en los sótanos a los del Tercer Estado para que no les molestemos cuando se suben a las barcas salvavidas.
Otra cosa es que hay muchos más culpables de todo esto, claro, pero el timonel es el timonel.
Feliz Año para ti también, Zarafin. He estado de viaje unos días.
ResponderEliminarNo hablas de revoluciones en ningún momento (de hecho lo del barco lo veo como una metáfora de libertad, no como una incitación a la revolución), pero me refiero en general al clima que hay con respecto a los políticos, no sólo en tu post, en le que tiras con bala, sino en lo que leo en otros sitios. Ciertamente, cuando lo leo en tu blog te respondo porque me das la oportunidad para ello y sé que eres razonable en la discusión, algo que yo valoro mucho.
Existe una rabia y una indignación generalizada que a las malas puede acabar en eso, en revuelta. Se despotrica contra lo políticos de tal forma que se produce una progresión geométrica, cada vez más rabia e indignación. Y eso es lo que me preocupa, porque tal decepción en la clase política, si se produce un estallido ¿qué derroteros tomaremos? No hay una directriz, un camino de esperanza a seguir como hubo en otras revoluciones (la rusa, por ejemplo). Lo que ofrecen los indignados no es algo sólido como hubo con la ideología de Marx y Engels,( cuyo Manifiesto Comunista, por cierto, lo redactaron el la Grand Place de Bruxelles, en un precioso edificio que entones era sede de un gremio y hoy es el restaurante de lujo "Le Cygne"). La ideología comunista y socialista, en su tiempo, era una esperanza y una ilusión ante los abusos de la Revolución Industrial y la miseria que ahogaba a gran parte de la población. Otra cosa es que no resultara ser en la práctica lo que se esperaba de ella. Actualmente, volver a ello de la misma forma no conduce a una evolución porque las cosas han cambiado mucho y los problemas no son los mismos.
Pienso que hay razones para la rabia y la decepción sobre la actuación de muchos políticos, y más teniendo en cuenta lo que me dices sobre los casos que tú conoces a pie de calle, pero creo que también se esta echando la culpa a los políticos como si fueran la única causa y no estoy de acuerdo. El sistema ha fallado tanto en lo político como en la población. No todos, evidentemente, hay personas que se lo van a tragar sin haber cometido ningún error, simplemente por estar ahí. Pero ha habido mucha gente que ha entrado a saco en la burbuja inmobiliaria, gente de a pie. Conozco unos cuantos casos de especuladores de a pie, personas "normales", no potentados ni rentistas, que en su momento tuvieron suerte porque estaba subiendo el precio de la vivienda y vendieron alto, que pensaban que era el negocio del siglo y animaban a comprar a precios exhorbitantes pisos míseros porque "siempre sube". Decía Rockefeller que cuando su limpiabotas comenzaba a hablarle de la bolsa y que era momento para comprar él lo vendía todo, justo en lo alto de la pirámide. Pero creo que se fiaban más del limpiabotas que de Rockefeller. Y yo, sin tener nada en contra de los limpiabotas y respetando su trabajo, me fío más de Rockefeller, que sabía lo que se estaba jugando.
Cicero
También, leyendo hace unos días a personas de izquierdas, hablaban de que habían pedido la solicitud de ayudas sociales que en realidad no necesitaban, pero que como tenían el derecho se cogían el dinero que, al fin y al cabo, ya habían cotizado antes (se supone que ese dinero es suyo porque lo han cotizado y se lo pillan de vuelta, como si fueran los ahorros del banco, no que es algo que también va para solidaridad con los demás, para las carreteras, para...). Que lo hagan uno o dos no pasa nada, pero es que no son uno ni dos, sino cientos de miles, millones diría. Funcionamos así. Hay cantidad de gente que no busca trabajo hasta que se le acaba el paro, que piden que sea la empresa quien los despida...
ResponderEliminarY no sigo porque los tejemanejes de ese tipo son infinitos. Supervivencia, sí claro, no lo voy a condenar porque sucede en todas partes: sucedía ya en época de los romanos (¡cómo se aficionaban enseguida al trigo de las Galias!), sucede aquí, en la archiperfecta Holanda -sí, no te lo vas a creer pero también sucede, lo que pasa es que son mucho más discretos-, en los países del norte donde se divorcian para los padres de familia para obtener más ayudas sin que termine en realidad la relación... Pero la "corrupción" está dentro de la sociedad entera.
Por eso no estoy de acuerdo con la imagen del pueblo como víctima absoluta. Lo estaría si se tratara de siervos o si hablarmos de otras condiciones terribles que llevaron a otras revueltas, pero creo que vivimos de las rentas de glorias pasadas y que en este caso el pueblo tiene también lecciones que aprender, no sólo los dirigentes, aunque estos últimos, por supuesto, tengan su gran parte de responsabilidad.
Saludos
Cicero
Bueno, Cícero, yo creo que decimos más o menos lo mismo, pero tú en el grado 3 de la escala Richter y yo en la 5. En mí nunca verás a un extremista, ni un revolucionario violento o instigador a nada, huyo de los términos absolutos y de los dogmas porque sí. Otra cosa diferente es que a base de paños calientes con el bosque nunca se acaba de ver ni un sólo ábol.
ResponderEliminarGandhi, o Luther King, huyeron de todo extremismo y revuelta, pero no podían dejar de decir lo que veían como obvio, y yo creo que en esa misma posición se encuentra mucha gente. Está muy bien ser prudentes, pero esto es como lo del Titánic que tanto se usa ahora como imagen: si alguien estaba viendo que se iban a chocar y el capitán no reaccionaba, al final hay que decírselo cada vez más clarito, porque en sus manos están las vidas de todos. Y por no decírselo nadie acabaron como acabaron.
Yo creo que las señales de malestar deben guardar todas las formas, pero no tienen por qué ser tan prudentes en cuanto al fondo, porque ya se ve que por la vía prudente lo único que se consigue es que se crean que no nos damos cuenta y que pueden seguir tomándonos el pelo durante decenios y que ya nos cansaremos de protestar. Creo que es el momento de hablar más clarito, de todo. Yo soy el primero que creo en el valor estabilizador de las instituciones a las que hay que respetar de forma casi reverencial, pero cuando ese respeto es usado por las propias instituciones para perpetuarse en un abuso irracional, algo habrá que hacer para que reaccionen en beneficio de todos, y mejor decírselo de palabra antes que vengan otros con pedradas, a ver si estamos a tiempo. La situación en España es desesperada para mucha gente, a la que la prudencia le suena ya un lujo de salón como a los sans-culottes de París les podían sonar las llamadas a la calma de Versalles, cuando se estaban muriendo de hambre.
La frase de M.Antonieta de "¿No tienen pan? pues que coman bollos" parece ser falsa, pero no por ello resulta muy gráfica.
Si en lo que uno denuncia se le pone al lado un impresentable diciendo lo mismo, no es culpa mía si yo creo que lo que digo se sostiene.
En cuanto a los políticos, creo que hay muchos de buena fe, pero están atrapados en el propio sistema partidista y la falta de demoicracia interna, de forma que si no hay una presión desde fuera eso no se va a corregir nunca y seguirán actuando com casta: una casta es aquel grupo en el que sus miembros defienden antes a sus adversarios del grupo frente a los de fuera del grupo, se protegen y se perdonan unos a otros con tal de mantener el status de todos, pactan sólo para sobrevivir ellos y tienen muy claro que en caso de crisis ellos son los últimos en caer; en una casta se tiene a favor el paso del tiempo porque los de fuera no tienen la capacidad ni el timpo ni el dinero de aguantar enfrentarse a lac asta, y la casta siemre te arrollará porque además controla la formación de la ley y su aplicación, de forma que sólo muy pocos pueden oponerse a ella en solitario, y si lo hacen en grupo acaban siemndo fagocitados por la propiacasta que es muy lista y antes los apropia para que no le hagan daño; una casta es, desgraciadamente, algo que normalemtne sólo se elimina por una revolución porque la propia casta no tiene ganas ni cabeza de reformarse desde dentro, porque está supercómoda donde está y piensa quelas reformas ya las hará el próximo que venga. Cuado esta casta sirve al común, se la obedece y respeta incluso, pero cuando se separa cada vez más del resto, al final la gente reacciona y se ve como el Tercer Estado totalmente marginada de la toma de decisiones. Yo me limito a observar lo que pasa, no digo que me guste, y ojalá no me pidiera el cuerpo decir todo esto porque me gusta más hablar de Boticcelli y de Bach, pero la gente está buscando comida por los contenedores y los enfermos están siendo muy desatendidos, mientras algunos no tienen ganas ni de hacer gestos para la galería, la sensación de desprotección es total, y la de indiferencia.
Bueno, yo creo que no decimos más o menos lo mismo. No es que yo tenga más moderación que tú, sino que lo veo de forma diferente, es posible que por la distancia, pero también por las influencias que yo recibo aquí, que son distintas.
ResponderEliminarVoy a hacer varios apuntes: Yo no respeto a las instituciones de forma reverencial ni creo que haya que hacerlo. De forma reverencial respeto muy pocas cosas, pero no tienen que ver con las instituciones ni con las leyes ni con el poder, sino que son cosas más cercanas a la vida y la muerte. Las instituciones cumplen una función y si no sirven hay que cambiarlas. En la historia de la humanidad ha habido muchos cambios: desde la tribu al Estado hemos pasado por muchas vicisitudes, hemos ido cambiando, evolucionando a base de inventos y guerras, pero ha habido muchas muertes y tragedias inútiles en el camino. Revoluciones y revueltas ha habido muchas, pero sólo las que han tenido una idea clara detrás han "triunfado" (y eso que en el camino dejaron miles de muertos). Con triunfar me refiero a que, a pesar de las muertes, se impuso el cambio que esa revuelta pedía. La Revolución Francesa, hasta que se logró estabilizar con Napoleón, pasó unos cuantos añitos entre la guerra de Vandea, el Reinado del Terror y demás conflictos, ejecuciones etc. La Revolución Rusa, con guerra civil incluída, también la conocemos y el coste en vidas fue enorme: se habla de millones de muertos.
Si hablamos de revueltas, de revoluciones, desgraciadamente el coste en vidas está ahí. Ahora, ciertamente, a veces pueden ser necesarias porque la situación es insostenible, pero a la gente, que tiene un gran romanticismo con las revoluciones eso se le olvida muy rápido, lo de las desgracias humanas.
Cicero
Por otra parte en este caso no hay ideas. Hay odio contra la casta de lo políticos, pero no he leído en estos últimos tiempos nada que me parezca factible desde el punto de vista indignado, si se desea crear estabilidad, que es lo que traería empleo -he leído, más bien, muchas tonterías porque los sistemas sociales de Europa, presentados com ideales, son bombas de releojería(como ha oacurrido con Cameron y los jóvnes de las blackberrys) aunque por razones diferentes a la española-. Un odio contra los políticos podría crear revueltas, pero si no hay ideas ¿qué resultados habría? Yo entiendo que haya protestas y de hecho aquí se nos colapsa la ciudad a menudo con las diversas protestas, pero no creo que un odio visceral vaya a solucionar problemas de fondo. Puede destruir, pero no ayudará a cambiar las cosas a mejor si no hay un plan mejor.
ResponderEliminarPorque, por ejemplo, si hablamos del aeropuerto fantasma de Castellón, un pifia política de despilfarro y amiguismos, mientras se construía creaba empleo y no creo recordar que hubiera protestas por ello. La gente de a pie no protestaba, pensaba que le convenía, ahora, cuando se ha demostrado que ha sido un despilfarro inútil es cuando se protesta. Igual que con tantas otras cosas. Yo he volado mucho a aeropuertos pequeños de sitios un poco recónditos. Para que un aeropuerto funcione lo fundamental es la seguridad, el servicio técnico, la pista en buenas condiciones... Pero el edificio no tiene que ser de lujo, con un edificio funcional decente es más que suficiente, no hacen falta arquitectos de renombre: la Terminal 4 de Barajas, remonísima, es un enorme despilfarro. No hace falta tanta columna, tanto cristal ni tanta madera. Su coste pasó de 240 millones de euros en su presupuesto inicial a 6.000 millones euros al final -no sé cómo se equivocan tanto con las cuentas y les cuesta tanto hacer un presupuesto en condiciones siendo de ciencias, en fin... -. Pero seguro que en su momento dió trabajo a mucha gente y mientras hay trabajo la gente no suele protestar.
Yo pienso que a los políticos hay que atarlos corto siempre, tenerlos bajo control, pero no creo que un odio contra ellos solucione nada:cumplen una funcion en el sistema tal y como está. Ese sistema, mal que bien -y a pesar de sus enormes defectos, es el mejor que se ha tenido en nunca en cuanto a libertades y derechos y evidentemnte necesita reformas, pero es mejor que sean meditadas antes que revueltas sin un sentido claro. Si hubiera razones de peso para una revolución yo lo entendería, pero creo que en este caso perderíamos más de lo que ganaríamos porque no íbamoa a encontrar ahí la estabilidad generadora de empleo.
Saludos
Cicero
Hola, Cícero,
ResponderEliminartus comentarios merecen que me centre en poder dar una respuesta más o menos organizada, así que intentaré un día de éstos sintetizar un puñado de ideas que yo creo que sí están en la "desafección pacífica", para que no pienses que esto es sólo visceralidad.
Por hoy me quedo con una de ellas, en la que coincidimos: políticos tenerlos pero atarlos corto,
lo cual no es ninguna cosa rara puesto que si se tratara de un administrador privado se diría exactamente lo mismo y así lo previene el Código Civil, así que nuestros políticos no deberán molestarse porque pidamos lo mismo para nuestros administradores públicos que lo que la ley nos permite exigir a un privado e incluso nos penaliza si no lo hacemos.
Salu2
Zarafin
No, si visceral no te veo, más bien te veo racional y razonable. De hecho, hubo unas propuestas que escribiste cuando lo de los indignados que estaban muy bien, de lo mejorcito que he leído sobre las reformas que serían factibles y necesarias.
ResponderEliminarEn realidad, pienso que tienes tus razones para escribir lo que escribes y también para la indignación, pero más que eso mi respuesta se debe a un sentimiento general de leer a muchas personas profundamente decepcionadas con los políticos. Me preocupa eso porque pienso que puede dar al traste con un sistema que necesita reformas y control, pero que tan malo no es. Desde hace años hay una gran decepción con el sistema, pero yo he estado en algunos sitios terribles y he visto las consecuencias de otros sistemas por lo que no puedo despreciar éste a pesar de sus defectos.
Saludos
Cicero