miércoles, 16 de febrero de 2011

LOS TRES PLEYEL DE ESPAÑA


El otro día se dictó una sentencia referente al piano de Chopin que está en Valldemosa. Según parece, existía controversia sobre dos pianos ubicados en las celdas 2 y 4 de la Cartuja mallorquina, a los que se atribuía el haber sido acariciados por las manos del genial polaco. El piano de la celda nº 4 es un Pleyel, y es el que hasta ahora se exhibía como el de la verdadera celda donde Chopin, George Sand y los dos hijos de ésta pasaron el “Invierno en Mallorca” entre Diciembre de 1838 y Febrero de 1839. He intentado resolver el galimatías que se montan algunos cuando intentan hablar de leyes y sentencias, y cuanto más se busca en internet es peor pues cada sitio lo dice al revés del anterior, pero creo haber deducido que –según la sentencia, que no siempre es la verdad- ni el Pleyel ni la celda 4 tuvieron que ver con Chopin, sino la celda 2 y su otro piano. Eso ha dicho un juzgado de lo mercantil, que es el lugar adecuado para hablar de música. La base de la decisión estriba en que el modelo de Pleyel existente en Valldemosa es posterior –incluso- a 1849, año de la muerte del compositor nocturno.

¿Qué es un piano Pleyel?

Pleyel fue un músico tan trascendental como poco conocido y nada agradecido. Nacido en Austria en 1757, fue alumno de Haydn en la corte de Esterhazy, después marchó a Italia y Londres, y recaló en Estrasburgo donde fue nombrado maestro de capilla de la catedral en 1789. Estrasburgo era ciudad de frontera y se vio afectada por la Guerra de la Primera Coalición contra la Francia asesina de reyes (1792-3), al igual que pasó con Maguncia a cuyo asedio asistió Goethe acompañando al duque de Weimar y quedó reflejado en un librito amarillo de la amada Austral. Según algunas fuentes, Pleyel compuso entonces una música que se incorporó a un canto patriótico promovido por el alcalde de la amenazada Estrasburgo; el alcalde convocó a su casa a varios oficiales franceses entre los que figuraba Rouget de Lisle, el cual presentó una letra para dicho canto y al que generalmente se atribuye también la música. La letra de Rouget y la música –quién sabe si- de Pleyel pasaron de Estrasburgo a Marsella, y de ahí a París convirtiéndose en La Marsellesa. Pleyel se instaló en París, y en 1807 creó un tipo de piano que sustituía el punzado de las cuerdas con pluma de ave por su percusión con martillos (en curiosa analogía con la Europa que pasaba de las plumas de Versalles, Schönbrunn, Sanssouci o Aranjuez a los martillazos de los cañones de Napoléon). Quizá fuera Pleyel el primero en idear el sistema pues lo patentó y en 1809 fundó una fábrica de pianos que se haría famosa durante todo el siglo XIX, tras tomar el relevo su hijo Camille (al que algunas páginas de internet convierten en chica porque no saben que antes de Camille viene Joseph Etienne). La fábrica aún existe. Cuando Chopin fue a Mallorca pidió un piano a París, se dice que un Pleyel, lo cual encaja con la devoción que el pianista profesó hacia dicha marca, sin cuya sonoridad no se entendería la obra de aquél. El piano llegó a Mallorca donde tuvo que pasar unos quince días en el puerto y aduana por burocracias a la española, no me extraña que George Sand (Aurore Dupin) se hartara de nuestro país, aunque yo le recordaría que su hartura debía venir del subconsciente pues ya de muy niña su papá la torturó haciéndole viajar en calesa por España en medio de un calor sofocante, cuando el general Dupin bajaba por Burgos con su familia en el tórrido mediodía de 1808 para someter a los hispanos. El piano –supuesto Pleyel- le llegó a Chopin en Mallorca, por lo que no entiendo qué es lo que han peritado ahora los del juicio de lo mercantil balear, ni qué pasó con el verdadero Pleyel que sí existió, ni qué pintaba la aduana mezclada con los Preludios.

En todo caso, fuera o no el de Chopin, fuera de 1838 o de 1849, lo cierto es que en la Cartuja de Valldemosa hay un Pleyel de pared, y que un Pleyel es un piano de leyenda.

Hay otro Pleyel en Madrid. Está en el que antes se llamaba Museo Romántico, y ahora es el  Museo del Romanticismo, desde 2009. Odio el cambio, porque del romanticismo puede haber muchos museos, pero románticos no los hay tantos… ahí está la pistola del suicidio de Larra, ¿no es eso romántico? Está en la calle San Mateo, que es una de ésas vías torcidas como las neuronas de los del XIX. En un caserón del XVIII. En el susodicho museo hay un piano Pleyel, esta vez de cola. Hay una reseña en internet de la conservadora del museo, es muy interesante y doy por hecho que veraz (la reseña). El modelo de Madrid es de 1848-1854, y está en la sala de baile.

Pero hay un tercer Pleyel visitable en España, y no aparece en internet. Ni siquiera aparece en ninguna otra publicación que yo conozca, empezando por la propia guía escrita del lugar donde está. Seguramente habrá más pianos de esta marca en nuestro suelo, pero no muchos de ellos estarán a la vista de mortales como Ustedes y delincuentes como yo.

Ese tercer Pleyel está en Valencia. Está en un palacio muy cerquita del río que ya no es río. El palacio fue residencia de reyes porque no había uno mejor desde que los valencianos derribaron su propio Palacio Real de las casas de Aragón, de Trastamara, de Austria y de Borbón para que no sirviera a la de Bonaparte. En el palacio del Pleyel se alojó el genial y odiado a la fuerza Mariscal Suchet, y su rey y el nuestro a palos José I, estuvo Fernando VII firmando la abolición de la Constitución de 1812, estuvo Isabel II con su madre, Amadeo de Saboya… en sus muros se reunió una biblioteca de miles de volúmenes y otra que se le donó, los estucados florecían y los azulejos cubrían los suelos de folklore. En sus salones se celebraron tertulias de seda, y a punto de matarnos contra Francia reía allí con sus rizos la loca inglesa Lady Holland que se hacía retratar de rojo como bacante con el pecho derecho desnudo y antigua amante de Nelson el que nos destrozó en Trafalgar, en sus patios se aclamó la Independencia Nacional tras el 2 de Mayo, a sus puertas se cortó la cabeza del Barón de Albalat y se clavó en una pica paseándola por la plaza de Santo Domingo al estallar la francesada, en sus escaleras la hija del Conde dueño se tragó un papel que comprometía a su padre cuando una masa enloquecida quería arrastralo por traidor a España… entre las dovelas del portón hay un escudo con un ciervo, el mismo escudo que encontramos en el pueblo turolense de Alcañiz en la casa de la nieve junto a la plaza, porque pertenecía al mismo señor cuando había señores; esos señores supieron emparentar adecuadamente cuando la familia Castellví cayó en desgracia tras la guerra de Sucesión Española por apoyar –sincera u obligadamente- al bando austracista, se exiliaron con los perdedores y a partir de la Paz de Viena de 1725 pudieron regresar y recuperar con Matrimonios lo que perdieron a pedradas.

Hoy el palacio es un archivo, el Municipal de Valencia, y contiene un pequeño museo con importantes retratos, grabados y mapas. El Palacio es el Palacio de Cervellón y por eso el ciervo de la puerta. El Pleyel está ahí, basta con ir a verlo, aunque creo que nadie va.



3 comentarios:

  1. Zarafin, antes de publicar un blog entérese un poco de lo que va la noticia y como usted dice no se fie de internet.

    A ver: el piano falso y la celda falsa son la número 2 de la Cartuja de Valldemossa. El Pleyel de la 4 si es de Chopin y es el piano más documentado que existe del compositor polaco. Además, este instrumento se encuentra en la Celda que si que residieron Chopin y G.Sand.

    El que es falso es el de la Celda núm.2 porque es un piano mallorquín pero que no es de 1838. Se sabe que Chopin en Mallorca tocó dos instrumentos: primero un piano mallorquín y luego el Pleyel que le llegó desde París y que estuvo tres semanas retenido en la aduana de Palma y que se conserva en la Celda 4.

    El piano mallorquín expuesto en la Celda 2 es un Oliver i Suau Hermanos y esta maraca ni siquiera existía en 1838. Además, si usted observa sus características es imposible que fuera un instrumento de 1838 ya que por tesitura, cuerdas, martillo, ebanistería,... y falta de documentación hacen imposible que así sea.

    Seguramente usted debe ser aficionado a la música y a Chopin, pero antes de escribir en un blog, por favor documéntese bien.

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  2. No sabe Usted lo que agradezco toda esta información, pues denota que es Usted una persona que tiene un contacto bastante directo con el tema, así que doy por buena mi entreada si con ello he conseguido obtener esta información tan cercana.
    En cuanto a la amistosa regañina, la acepto encantado aunque la relativizo: ya apunto que lo que aparece en internet sobre la sentencia de Mallorca es muy lioso y contradictorio según qué páginas y por ello nada fiable (a diferencia de lo que apunto sobre la nota del Pleyel de Madrid, cuya infromación proviene de la conservadora del museo y doy por veraz). No soy nada amigo de informarse por Internet, pues soy de la vieja escuela de los libros, pero hasta que este tema aparezca en un libro serio y no interesado pueden pasar muchos años, así que de momento hay que aludir a lo único que aparece. Por desgracia, mi profesión no es la de periodismo de investigación, y como corsario perseguido no puedo bajar a tierra a hacer entrevistas.
    Lo único que yo quería, y en eso creo que no se puede poner objeción, era resaltar que, con independencia de cuál sea el piano que tocó Chopin y la celda que ocupara, y de mis dudas acerca de lo que diga la sentencia, lo cierto es que en la cartuja de Valldemosa hay un Pleyel y se puede ver, y ahí es a donde yo quería llegar a parar. No he pretendido "informar" de cuál es el "verdadero" (porque percibo el lío existente) sino sólo afirmar que "hay un Pleyel" y que sobre él se ha dictado una sentencia cuyo texto, por desgracia, no tengo y que sería el único que me valdría para poder "informar" de algo sguro, sea o no veraz.
    De todas formas, de verdad que estoy muy agradecido por su comentario porque me hace saber más, y espero que me siga corrigiendo cuando Ud. lo considere: como digo a veces, "nada me hace más feliz que cuando alguien me demuestra que estaba equivocado".

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  3. y por cierto, ya que le tengo a mano para poder preguntar y parece que Usted conoce muy bien el tema, me gustaría saber si conoce cómo ha resuelto la sentencia la siguiente cuestión: yo tengo claro que Chopin pidió un Pleyel y le llegó, y así lo he escrito; el Pleyel lleva su marca bien visible; por tanto, entiendo que pudiera haber dudas sobre cuál fuera la habitación (al parecer cambió de número en tiempo posterior y de ahí venía la confusión), pero ¿de dónde nace la duda acerca de si Chopin tocó ese Pleyel? ¿Es que alguien lo sustituyó por otro Pleyel después? La duda podría ser sobre si tocó también el mallorquín, pero nunca debería dudarse de que el Pleyel sí fue tocado por Chopin, ¿no es así? Le agradeceré cualquier aclaración al respecto, o que me remita si la tiene a disposición el texto de la sentencia. Muchas gracias

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