La noticia se va extendiendo: Mubarak ha dimitido.
Punto y aparte.
La revolución parece haber triunfado, aunque aún no sabemos muy bien qué revolución es, ni qué es lo que triunfa. Lo que sí está claro es que hoy es un día histórico -como cualquier otro, por cierto- y que eso merece que nos paremos un momento para tomar aire, mirar a nuestro alrededor y memorizar alguna imagen, ¿dónde estabas cuando mataron a Kennedy, o cuando las torres gemelas...? etc.
Egipto es un lugar común, nunca mejor dicho. Es algo así como de todos, una cuna como Persépolis, el monte Ararat o la mona Lucy. Napoleón dijo a sus hombres "Cuarenta siglos os contemplan"; a partir de ahora deberíamos decir: "Cuarenta siglos os esperan". ¿Podemos estar confiados en lo que va a cocurrir en Egipto en los próximos días? ¿y meses? ¿años?
Todo va a depender de cuál haya sido el motivo que ha hecho que Mubarak dé su brazo a torcer y se le quede tan doblado como los de las pinturas egipcias. Ayer mismo se aferraba al trono de faraón. ¿Ha sido Obama (Barak contra Mubarak)? En tal caso podemos estar un poquito tranquilos, porque Estados Unidos es Israel e Israel es Europa a estos sólos efectos. ¿Ha sido el ejército? En tal caso podemos estar seguros mientras el jefe del idem se mantenga lúcido y haga reir a las masas, lo que me da un poco de repelús y caducará pronto. ¿Han sido los radicales? Entonces ya sabemos lo que nos espera, escalada piso a piso por el zigurat de la tontería y el desorden hasta que se abra el Mar Rojo otra vez... ¿Ha sido Internet? ¿los jóvenes? ¿los Saudíes? ¿...?
Hace quince días estábamos todos comprando el diccionario de chino, cuando nos tuvimos que pasar al de alemán para irnos con la Merkel, y ahora resulta que hay que aprender Egipcio (es broma, que no salga ningún listillo) porque la cosa va para rato. Lo que sí estarán comprando algunos en algún país vecino serán billetes de avión, porque no parece viable que esto se pare aquí, un clavo quita otro clavo y Tahrir ha limpiado a Tianammen, de plaza a plaza y ahora a mirar debates de la tele para seguir las pistas...
Una sóla cosa me parece segura sobre este tema: es la primera revolución en la que un país del entorno musulmán hace una revolución más o menos pacífica, pidiendo libertad, impulsada sin burkas, bañada por internet, con corbatas y turbantes dándose la mano y con tanques llenos de flores, Europa inició su Renacimiento a los 14 siglos de su era, el mundo árabe está también en su siglo 14. De lo que ahora ocurra puede que dependan los próximos cuarenta, quizá no siglos, pero sí años, y lo que acabamos de ver no ha sido el principio del fin, sino el fin del principio.
La mona Lucy... "Lucy in the sky with diamonds", con nombre de canción de los Beatles, no es de todos. Los creacionistas no van a estar de acuerdo con este ejemplo. :-P
ResponderEliminarInteresante tu análisis. Y yo tampoco sé a dónde iremos, ojalá abra puertas a un cambio en el mundo árabe. Me he alegrado porque por fin se ha ido y por el momento no hay más muertes. Me he alegrado por muchas cosas, y por ese romanticismo revolucionario que tenemos los ocidentales cuando se consigue doblegar una dictadura. Y es que nos encantan las revoluciones en las que el pueblo sale victorioso aunque no se sepa muy bien á dónde conduce esa victoria y quién sacará tajada de ella.
Lo paradójico es que sea internet y más concretamente Facebook, un medio americano, creado para estudiantes americanos muy americanos -tan odiados por los radicales y los progres- lo que haya tenido tanta influencia. Porque venga a quejarse de USA, pero están todos ahí, dispuestos a ser espiados por la CIA en sus perfiles mientras despotrican porque el invento no va todo lo bien que es gustaría y se quejan de censuras. Es hasta hilarante.
Histórico, sin duda. Lo malo es que vamos a querer una revolución por mes vivida en directo pero sin sudor ni sangre, sentados cómodamente mientras saboremos un café. Esto es adictivo.
Cicero
Tianammen no debe olvidarse, ni limpiarse, la sangre debe segir en la memoria de la plaza, como otros santuarios del horror. Es parte de nuestra memoria colectiva y a la vez que nos pertenece le pertenecemos.
ResponderEliminarTu análisis resulta pertinente y oportuno, si, estamos observando cómo se abre un abanico de opciones que no habíamos contemplado para la evolución del sistema que impone orden y desorden en el acontecer cotidiano de las naciones. Lo que más nos puede inquietar: ¿dónde nos ubicamos si todo el Norte de África se ha convertido en "arenas movedizas". Resulta entretenido mientras venga turisno y suceda allí.
Mónica Torres te saluda desde costas rubias demasiado cercanas al Sahara.
Cicero.- Adictivo para nosotros, es verdad, aunque de momento creo que nos contentamos con el morbo de prolongar la revolución, y no la violencia, es el síndrome de Lord Byron en Grecia. Para ellos, no es adictivo sino contagioso: Yemen, Argelia, Irán...en 15 días hablamos.
ResponderEliminarMónica.-Te correspondo al saludo y me solidarizo con tu recelo hacia el "qué puede pasar" por ahí si todo se tambalea, las cosas se suelen ver muy diferentes en la península y eso no es justo. El edificio de nuestra seguridad es realmente un trampantojo, y nuestra única posibilidad estriba en recordar los errores pasados y anticiparse a los nuevos, y aun así lo tenemos difícil porque todo se cuece demasiado lejos y arriba.
Mi costa ya no sé si es rubia, porque le han puesto demasiados gorros