martes, 1 de febrero de 2011

EGIPTO Y LAS COMUNICACIONES

   Hace unos 50 años, Egipto estuvo a punto de paralizar las comunicaciones del mundo. Hoy, son la comunicaciones del mundo las que pueden paralizarlo a él.

   La crisis del Canal de Suez demostró que Egipto era algo así como el cuerpo de una mariposa muy grande, cuyas dos alas son el norte de Africa y el Oriente cercano y medio; no era la primera vez que los europeos reconocían la importancia de este país, como se vio con Julio César, los cruzados de San Luis y la quinta generación, o el mismo Bonaparte, por no hablar de los británicos. Si Pitágoras y Heródoto fueron a Egipto fue por algo. Antes el Nilo y luego el Canal, los puertos de paso, el comercio de Alejandría, las rutas de esclavos, tantas cosas y quizá los neanderthales. 

   Hoy, sin embargo, son las comunicaciones las que están poniendo en vilo a la autoridad egipcia. Ignoro cuál es el trasfondo último de tanta rebelión, pero parece que lo superificial sí nos suena a algo:  a libertad, lucha por la democracia, acaso el pluralismo... Jugar a aprendiz de intérprete de lo que piensan los africanos es siempre arriesgado, ya lo intentó el judío José con los sueños del faraón y acabó en un hoyo.

   Pero, ocurra lo que ocurra, está pasando ante nuestras narices y va a ser más trascendente de lo que pensamos. Internet, las redes sociales, los jóvenes instruidos y los acoplados están saliendo a la calle, el ejército está hablando, y si no fuera por los turbantes parecería una revuelta de las de más arriba, Portugal, Berlín, Praga... No poseo ninguna información privilegiada pues mi barco sólo pasa por Abukir de vez en cuando a por dátiles y agua, pero si en algo puedo advertirles les diría que estén muy atentos a Libia y a Marruecos que aún no han dicho nada, a Israel que tiene frontera, a Turquía que aspiraba a la exclusiva del islamo-demócrata, a la OTAN. No escuchen lo que diga la Unión Europea porque si se quedan esperando puede que antes de oir una reacción "con sustancia" se hayan formado los 17 miniestados de Aznar. A veces las buenas noticias se vuelven malas, recuerden cuando en nombre de la libertad llegó Jomeini, o cuando se apoyó a Sadam como paladín de los occidentales. Esto puede se un enjambre, y si genera miel, resultará sabrosa y con muchas picaduras. El problema es que la tenemos muy cerquita.     






2 comentarios:

  1. Las revoluciones suelen tener una embriaguez romántica que, además, vistas desde internet, en directo, mientras uno se toma un café o escucha música les confieren una fascinación y un atractivo sin límites. Además a los occidentales nos gustan mucho y sólo solemos recordar lo bueno de las revoluciones, no que por desgracia, en esos tiempos revueltos, los líderes que se hacen con el poder muchas veces son personajes sin escrúpulos, tanto o más que el que estaba antes. No auguro nada bueno-democráticamente hablando- para ese pueblo, por desgracia. Los islamistas no son una fuente de democracia, precisamente, y esa revolución es, en gran parte, una reacción de la oposición islamista. La gente tiene hambre y se agarra a lo que sea, también es comprensible. Pero es su decisión y hay que dejarlos hacer, una vez que los islamistas estén en el poder ya tendrán ocasión de aborrecerlos, mientras no lo estén son un ideal frente al depravado occidente.

    A nosotros nos afecta, claro, aunque quizás de otra manera a la temida. Es posible que no sea tan malo para nosotros que ellos estén gobernados por islamistas que recién llegados al poder deben llenarse las arcas para el enriquecimiento personal -porque me temo que la corrupción no se acaba con esto- y estarán muy ocupados en ello, más que en el terrorismo. Quizás amenacen con cerrar el canal de Suez, con lo que se pueden encarecer los productos, lo cual acentuaría aún más la crisis mundial, pero acabarían abriéndolo porque no van a renunciar tontamente a tantos ingresos. Israel es un problema, siempre lo ha sido -no tiene visos de soluciones satisfactorias para ambas partes por ningún lado-, y vamos a vivir, posiblemente, con la sombra de una tercera guerra mundial, como en la guerra fría. Ayer miraba yo en internet información sobre la operación Croosroads y pensaba que quizás, de alguna forma, vuelven esos tiempos de muros y amenazas como temores que posiblemente no se concreten nunca.

    Pero ellos tienen que vivir su historia y es posible que a la larga les ayude todo esto. A la larga, a la muy larga, las grandes revoluciones dejaron su fruto y su enseñanza, a pesar de las muertes, los totalitarismos y las desgracias. Aunque quizás tengan que pasar cien años o doscientos o...

    Cicero

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  2. Como suele ocurrir, no tengo nada que discutirte. Pero me has hecho pensar más cosas que pongo en una entrada nueva (iba a ser larguito)
    salu2

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