miércoles, 26 de enero de 2011

LA LISTA DE SINDE

      Sinde tenía que haber hecho una lista, como la hizo Schindler, una lista que hacía falta para salvar algo.

   Cuando preparó su borrador de ley, la lista de Sinde se pasó de ídem. Tenía que haber apuntado en un papel el nombre de todos los partidos con los que podía haberse reunido de antemano. Y tendría que haberse apuntado también en la lista aquellas cosas que era aconsejable incluir, si es que quería salvar algo para el BOE. Nos hubiéramos ahorrado el hacer el ridículo sacando a la palestra un texto que se echó al barro, gastando luz, taquígrafos y pixels de internet.

    Ahora la ministra Sinde ya tiene su ley, como el oro, y ya veremos con el tiempo si se trata de una ley Sinde-fensa, Sinde-cencia, o Sinde-terioro. Alex ya está en la Iglesia, la "Menistra" en su ensalada y Alejandro en su Sanz, y a funcionar con canon de Fidias o de Rubalcaba. Arrieritos somos.

    Sí, pero... los que criticaban a la ministra de "La patada en la tecla" y han conseguido que el control sea judicial no saben muy bien en dónde se han metido. Conste que soy un defensor de las libertades, pero fiarlas todas a la tutela judicial puede ser el Malagón de una Málaga que ni San Quintín. ¿Se imaginan a un Juzgado adoptando una medida urgente para cerrar una página web? Llega la orden, y el Juzgado de huelga; el funcionario de baja por depresión y al final la orden llega al montón adecuado, que es el quinto por la derecha detrás de la pila del armario de los que están por notificar, el ordenador sin el programa porque la autonomía de turno lo ha cambiado y están todos haciendo el cursillo de hoja de cálculo, el secretario concursando y el juez en una academia de autoestima, al final el juez resuelve pero hay un error en la notificación y cierran la página de Carmen Lomana en lugar de la del Wikilís, vamos lo normal en un juzgado celtibérico, si no está conforme recurra y en cinco años a Madrid y en doce a Strassssburgo, para entonces ya ni habrá ordenadores ni música creada por humanos... mejor hubiera sido dejar a la Sinde sacar Sinde-mora su ley; total, los Reglamentos ya los hará la SGAE.  

jueves, 20 de enero de 2011

PERDON, SEÑORA MERKEL


Estimada Señora Merkel,

    Llámandose Usted Angela espero que actúe como tal y sea benévola. Quiero pedirle perdón, en mi nombre y en el de los cuatro españoles que nos preocupamos por nuestra imagen ante Europa.

Lamento escribirle en español, pero es que hoy el Gobierno no me ha mandado ningún traductor al alemán, dicen que sólo hay dinero para los del Senado. Y de eso precisamente quería hablarle.

Supongo que ya se habrá enterado de que en nuestro Senado se van a destinar cientos de miles de Euros al año para pagar traductores que nos digan en regional lo que ya entendemos todos en estatal. Imagino cómo se habrá puesto Usted ante tamaña noticia cuando desde aquí le estamos pidiendo que nos rescate, que nos perdone por lo del déficit, que no nos echen del euro, de Europa, o del planeta… que nos sigan pagando las subvenciones de pobre, las autopistas de rico, los planes hidrológicos que luego tiramos al arcén. Quiero que sepa que no todos los españoles aprobamos ese gasto cuando por disponer de ese dinero están eliminando cheques bebé, becas a estudiantes, pagos a empresas que se arruinan por morosidad de la Administración… soy de esos españoles a los que suben la electricidad, el IVA, los IBIS, las tasas, y a los que nos bajan las pensiones, las prestaciones, la seguridad y todo lo demás para poder pagar televisiones autonómicas, traductores vernáculos y parásitos de partido. Si de mí dependiera no se hubiera hecho eso, y le ruego que transmita este pesar al Banco Europeo, a los especuladores que nos piden reformas y a todos los que no compran nuestra deuda porque nos ven RIDICULOS con la que está cayendo.

    Claro, que algo debo decir en descargo de mi pais, para que Usted pueda entenderlo mejor. Debe Usted saber que España tiene regiones con lenguas propias muy queridas (no como Alemania, que tiene las mismas o más pero que Ustedes no las quieren); que hemos pasado una guerra civil con muchos problemas (no como Alemania, que sólo pasó dos mundiales, que es mucho menos grave); que en nuestro suelo no nos gusta mucho hacer las cosas bien (no como Ustedes, que no saben vivir la vida); que en España el Senado no tiene nada que ver con Senior, sino con Senil (no como Ustedes, cuyas palabras no vienen del latín, y cuyo equivalente se llama Bundesrat, o sea, “consejo de la unión”, y en España ya sabe Usted que no necesitamos consejos). Usted no sabe lo que es una España dividida en 17; sólo tiene Usted la experiencia de un país dividido en dos, y eso no tiene mérito. Además, el país original de Usted (la RDA) ya no está, y eso no son formas de ahorrar, ¿o acaso quiere Usted que hagamos lo mismo?

En todo caso, no se preocupe Usted, que seguramente los pinganillos del Senado son de tecnología alemana, y lo que se acuerde en nuestra cámara seguirá siendo tan ininteligible como cuando se entendían entre ellos. Yo de todas formas le sigo pidiendo disculpas en nombre de la minoría. Y por cierto, en caso de que me planteara cambiarme de país… ¿Cómo cúanto viene a ganar un corsario en Alemania? (es sólo por curiosidad, de momento)

martes, 18 de enero de 2011

¿VIOLENCIA INDUCIDA?


Decía Lou Salomé que los amores correspondidos mueren de éxito, y los no correspondidos mueren de hambre. Esto puede aplicarse a cualquier otra cosa, pues viene a significar que aquello que nos hace triunfar es lo mismo que provocará nuestra caída. Algo así decía C. M. Cipolla en su libro sobre el auge y decadencia de los Imperios.

Hoy quiero referirme a la violencia política que hemos conocido en la última semana. Vivimos tiempos malos, es verdad; la crisis es una lluvia que ha hecho germinar nuevas peleas, delincuencia, malos tratos, suicidios… hemos visto casos de gente que asalta oficinas de banca, que se sube a grúas, gente desesperada.

Pero también, y esto es lo peor, estamos viendo violencia provocada por gente que tiene sueldos de funcionario, subvenciones, gente paniaguada o en vías de paniaguarse. Se ha dado una paliza a un político del PP en Murcia; se ha atacado con pintura una sede del PSOE en Valencia. Todo esto no debería tener que ver con la crisis. Y por supuesto que no me sumo a los que hacen responsables directos a los partidos o a los sindicatos de la violencia que estamos viendo aparecer, porque la idiotez es culpa sólo de los idiotas.

Pero sí me sumo a los que creen que los políticos y los politizados tienen “algo que ver” con esto. El nivel del lenguaje y el de la educación ha bajado a unos mínimos que ni en tiempos de Nerón. Y lo siento, pero creo que la izquierda tiene aquí mucha más culpa que la derecha, no me vale eso de que “todos tienen su parte de culpa, luego todos tienen la misma”. Es imposible ver un debate ideológico sin que a uno le empiecen a llamar fascista, ultraderechista, o franquista, simplemente por tener otra idea democrática distinta que la que sustenta la izquierda divina. Hace muchos años que no oigo a nadie llamar a otro “comunista, rojo, maoista” en un debate con gesto insultante, y menos aún hacerlo a gritos con la vena marcada en el cuello y el ojo encendido como vemos a algunos mientras el regidor del programa empieza a aplaudir para que se arranque el público y cortar la palabra al otro dando paso a publicidad. Pero fascista es lo primero que empiezan a decirles a unos que hablan calladito y sonriendo, sin que haya un solo día en que no ocurra. Hace muchos años que no veo a policías detener a afiliados de izquierda cuando se agrede o se llama asesino a un político del PP, pero no así al revés. Hace muchos años que no veo a un partido democrático conservador organizarse para asediar sedes de la izquierda, pero sí he visto lo contrario unas cuantas veces. Hace mil años que no veo en la tele a nadie con responsabilidad pública cantando el “Cara al sol” ni levantando el brazo, pero veo todos los días a gente con responsabilidad pública con el puño cerrado y cantando el himno por el que también se mató a miles (en España, en otros sitios a docenas de millones) al grito de “la lucha final”, o el “buen golpe de hoz”. Sinceramente, debe ser muy aburrido ser tan respetuoso con las ideas de gente que jamás lo sería con las de uno. Los que nacieron en la guerra tienen ahora 75 años, y los que entonces tuvieran 15 años para empuñar un arma tienen ahora 90. ¿A qué estamos jugando? ¿Cuántos fascistas quedan hoy en España? ¿Son fascistas los 10 millones que votan a un partido cuya única culpa es no llevar la boina de Pablo Iglesias? Y claro, es posible que idiota haya sólo 1 de cada 100, que tome el mensaje por donde no es y tire una pedrada, pero en un país de cuarenta y tantos millones de habitantes un 1% de idiotas es muchísimo como para darles ideas.

No digo esto como crítica; la crítica se la harán ellos mismos cuando se miren al espejo, si tienen capacidad para ello. El PSOE de Felipe ganó por su fuerza moral, y se hundió cuando la perdió. El PSOE de Zapatero llegó al poder por una emoción, y parece que sólo sabe sostenerse en el gobierno apelando a las emociones, cada día una, porque lo que es gobernar ya ha demostrado lo que entiende por ello. “Hay que incrementar la tensión”, que dijo ZP por lo bajinis; de lo que no se dan cuenta es de que, una vez destapada la tensión, es un ventilador que tira para todos lados. Y ahora, que me llamen fascista a mi también.



lunes, 10 de enero de 2011

DRACULA EN VALENCIA

Drácula está en Valencia, colgado en una pared. Sólo por unas semanas.

Ahora lo diremos en largo: El retrato de Vlad Tepes III, el Empalador, inspirador del personaje de Drácula, figura en una exposición instalada en el Museo del antiguo Convento del Carmen (Barrio del Carmen) de Valencia. La exposición trata del dorado libro del siglo XV Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, y de su mundo de caballerías y amores.

Entre las piezas reunidas se encuentran tres retratos que han viajado desde muy lejos. Contienen las imágenes de cuerpo entero del héroe húngaro Juan Hunyadi (que luchó contra los turcos y es reputado como modelo para Tirant), el guerrero y rey de Albania apodado Scanderberg, y nuestro querido Vlad Tepes, voivoda de Valaquia y caudillo terrorífico de frontera (este último no fue retratado en vida, sino pasados unos doscientos años pero con referencias documentadas). Estos personajes, en su lucha contra el imperio otomano durante el siglo XV, actuaron en mayor o menor medida bajo la autoridad religiosa del Papa valenciano Calixto III y el apoyo del Rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo, del que Scanderberg fue además vasallo. Ello justifica su inclusión en la muestra, pues las aventuras de Tirant se desarrollan parcialmente en Bizancio.

Es una gran ocasión para visitar el precioso Convento del Carmen con sus dos claustros gótico y renacentista, digno éste de cualquier amante de los espacios decadentes de ese Barrio valenciano y mágico. Pero hay algo que vale la pena destacar, y que no va a durar sólo los tres meses de la exposición: se refiere al guerrero Scanderberg y a su hijo, del que se indica que está enterrado en Valencia, en otro Convento, el de la Trinidad.

Y es cierto. El Convento de la Trinidad está muy cerca, basta cruzar el –hoy no- río. Allí está la lápida del hijo del rey de Albania, aunque cuesta encontrarla como los bellos tesoros. También allí descansa la princesa María de Aragón, hija de los Reyes Católicos que fue casada con un rey portugués siendo madre de la Emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, bellísima mujer que enamoró a Francisco de Borja antes de ser santo. En una capilla lateral encontramos la lápida de la cripta de la familia Santángel, aquélla que financió el viaje de Colón. Y aún hay otra mujer insigne que descansa en el Trinidad: la reina María de Castilla, reina de Aragón por esposa de Alfonso V el Magnánimo, descendiente de todos los reyes de Castilla y de Aragón, y de Leonor de Aquitania. Esta reina es una de las grandes desconocidas de los valencianos, y por supuesto del resto de españoles. Era poco agraciada, desgarbada, alta, fabulosa mujer. Con apenas veinte años se hizo ya cargo del reino de Aragón hispano pues su marido partió a las conquistas de Italia, entre 1420 y 1424; y volvió a hacerlo definitivamente cuando Alfonso marchó en 1432 para no volver jamás hasta su muerte en 1458. Ella apenas le sobrevivió unos meses porque lo amaba mucho, sólo ella a él. Cuando le dieron la noticia cayó al suelo en lágrimas y así lo cuentan. Ella fue la reina que de verdad estaba en la Valencia del XV, aunque la fama se la lleva el ausente Alfonso que estaba en Nápoles con el bibliotecario Panormita y tantos genios. Fue la reina María la que abonó y disfrutó durante treinta años la Valencia de Ausiàs March, Jaume Roig (que fue también su médico), Joanot Martorell, Jordi de Sant Jordi… Convirtió el hospicio de la Trinidad en Convento de Clarisas en 1444, mantenido hasta hoy en régimen de clausura. Sor Isabel de Villena, prima de la reina María y autora de la Vita Christi, fue allí abadesa y tuvo a su cargo la tutoría de la princesa María de Aragón, ya citada. La Iglesia está abierta para los oficios religiosos, que se comparten con las monjitas, y allí puede uno mirar lo que queda del medievo; puede ver también esas proporciones del barroco que se hacían grandes para hombres pequeños y nunca encajan; puede uno callarse… Todo eso ya no está en la exposición del Barrio del Carmen, por eso lo digo yo aquí, pero acudir es un comienzo. Al final, el retrato de Drácula es lo menos espectacular.
  

DRACULA EN VALENCIA

Drácula está en Valencia, colgado en una pared. Sólo por unas semanas.

Ahora lo diremos en largo: El retrato de Vlad Tepes III, el Empalador, inspirador del personaje de Drácula, figura en una exposición instalada en el Museo del antiguo Convento del Carmen (Barrio del Carmen) de Valencia. La exposición trata del dorado libro del siglo XV Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell, y de su mundo de caballerías y amores.

Entre las piezas reunidas se encuentran tres retratos que han viajado desde muy lejos. Contienen las imágenes de cuerpo entero del héroe húngaro Juan Hunyadi (que luchó contra los turcos y es reputado como modelo para Tirant), el guerrero y rey de Albania apodado Scanderberg, y nuestro querido Vlad Tepes, voivoda de Valaquia y caudillo terrorífico de frontera (este último no fue retratado en vida, sino pasados unos doscientos años pero con referencias documentadas). Estos personajes, en su lucha contra el imperio otomano durante el siglo XV, actuaron en mayor o menor medida bajo la autoridad religiosa del Papa valenciano Calixto III y el apoyo del Rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo, del que Scanderberg fue además vasallo. Ello justifica su inclusión en la muestra, pues las aventuras de Tirant se desarrollan parcialmente en Bizancio.

Es una gran ocasión para visitar el precioso Convento del Carmen con sus dos claustros gótico y renacentista, digno éste de cualquier amante de los espacios decadentes de ese Barrio valenciano y mágico. Pero hay algo que vale la pena destacar, y que no va a durar sólo los tres meses de la exposición: se refiere al guerrero Scanderberg y a su hijo, del que se indica que está enterrado en Valencia, en otro Convento, el de la Trinidad.

Y es cierto. El Convento de la Trinidad está muy cerca, basta cruzar el –hoy no- río. Allí está la lápida del hijo del rey de Albania, aunque cuesta encontrarla como los bellos tesoros. También allí descansa la princesa María de Aragón, hija de los Reyes Católicos que fue casada con un rey portugués siendo madre de la Emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, bellísima mujer que enamoró a Francisco de Borja antes de ser santo. En una capilla lateral encontramos la lápida de la cripta de la familia Santángel, aquélla que financió el viaje de Colón. Y aún hay otra mujer insigne que descansa en el Trinidad: la reina María de Castilla, reina de Aragón por esposa de Alfonso V el Magnánimo, descendiente de todos los reyes de Castilla y de Aragón, y de Leonor de Aquitania. Esta reina es una de las grandes desconocidas de los valencianos, y por supuesto del resto de españoles. Era poco agraciada, desgarbada, alta, fabulosa mujer. Con apenas veinte años se hizo ya cargo del reino de Aragón hispano pues su marido partió a las conquistas de Italia, entre 1420 y 1424; y volvió a hacerlo definitivamente cuando Alfonso marchó en 1432 para no volver jamás hasta su muerte en 1458. Ella apenas le sobrevivió unos meses porque lo amaba mucho, sólo ella a él. Cuando le dieron la noticia cayó al suelo en lágrimas y así lo cuentan. Ella fue la reina que de verdad estaba en la Valencia del XV, aunque la fama se la lleva el ausente Alfonso que estaba en Nápoles con el bibliotecario Panormita y tantos genios. Fue la reina María la que abonó y disfrutó durante treinta años la Valencia de Ausiàs March, Jaume Roig (que fue también su médico), Joanot Martorell, Jordi de Sant Jordi… Convirtió el hospicio de la Trinidad en Convento de Clarisas en 1444, mantenido hasta hoy en régimen de clausura. Sor Isabel de Villena, prima de la reina María y autora de la Vita Christi, fue allí abadesa y tuvo a su cargo la tutoría de la princesa María de Aragón, ya citada. La Iglesia está abierta para los oficios religiosos, que se comparten con las monjitas, y allí puede uno mirar lo que queda del medievo; puede ver también esas proporciones del barroco que se hacían grandes para hombres pequeños y nunca encajan; puede uno callarse… Todo eso ya no está en la exposición del Barrio del Carmen, por eso lo digo yo aquí, pero acudir es un comienzo. Al final, el retrato de Drácula es lo menos espectacular.