Hace justo 400 años que se publicó la historia del
Licenciado Vidriera, dentro de las Novelas
Ejemplares de Cervantes (1613, editado por Juan de la Cuesta).
El relato cuenta la historia de Tomás Rodaja (suena
como Rajoy), joven instruido que marchó a Italia y allí, tras ser víctima de un
filtro de amor, se convenció de ser de vidrio y rehuyó el contacto de los
hombres por si le rompían.
“Imaginose
el desdichado, que era todo hecho de vidrio, y con esta imaginación, quando
alguno se llegava a él, dava terribles vozes, pidiendo y suplicando con
palabras, y razones concertadas, que no se le acercasen, porque le quebrarían,
que real, y verdaderamente el no era como los otros hombres, que todo era de
vidrio de pies a cabeça. …Dezia, que le hablasen desde lejos, y le preguntasen
lo que quisiesen, porque a todo les responderia con más entendimiento, por ser
hombre de vidrio, y no de carne, que el vidrio, por ser de materia futil, y
delicada, obrava por ella el alma con más promptitud, y eficacia, que por la
del cuerpo pesada, y terrestre.”
Bueno, pues ya tenemos la explicación de por qué
Rajoy prefiere el plasma: Rajoy es un hombre culto y ha leido a Cervantes. Del
vidrio hemos pasado al plasma por milagro del siglo, pero el personaje es
inmortal y español. La antítesis del capitán de Tercios que se mete aun donde
no le llaman, es la de este lumbrera que huye del propio miedo y enloquece a
gusto con tal de amagar.
Hay una diferencia entre Vidriera y Pantalla:
Vidriera seguía apareciendo a los demás en su forma humana aunque aturdida;
Pantalla ya no aparece sino en su forma prodigio, apantallado, plasmado en
plasma, plano como un sello, o como una Verónica taumatúrgica que refleja a
quien creyeron Mesías. Si alguien dijera mañana que Rajoy se ha vuelto holograma
y que se fue con Hugo Chávez no habría pajarito que pudiera desmentirlo.
En la misma novela encontró el Presidente la base
cuando dijo eso de que a él no le gusta la notoriedad de aparecer mucho en público,
que eso es de narcisos:
“…el Caballero
un dia, le dixo: Sepa el Licenciado Vidriera, que un gran personage de la Corte le quiere ver, y envía
por el. A lo qual respondio: Vuessa merced me escuse con esse señor, que yo no
soy bueno para palacio, porque tengo verguença, y no se lisonjear.”
Y en cuanto a que tenga miedo de hablar por si en su
propia sede le miran mal, tomemos otro párrafo de la famosa novela: “El respondio: No quiero, porque no me le
paséis a Genova”.
En fin,
me temo que debemos acostumbrarnos a que nuestro Presidente se haya convertido
en un cristal; tendremos que hacerle un traje especial de saco y ponerle a
dormir metido en paja hasta la cabeza como a Rodaja, le veremos andar por en
medio de las calles por si le cae una teja y lo rompe, y lloraremos por lo que
fue el buen muchacho y en qué quedó, todo por culpa del vidrio, pobre Rajoy,
digo Rodaja.
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