miércoles, 3 de abril de 2013

ESPAÑA TIENE HOY UNA INFANTA DE ROSA Y GRIS








El título lo saco de Oscar Wilde. En su cuento “El natalicio de la Infanta” hablaba Wilde de una infanta española vestida de rosa y gris (perla). Siempre he creído que esos colores los debía haber visto el escritor en su visita a Madrid, en el Museo del Prado, donde debió quedarse instenso de spleen ante el vestido real de la Infanta Margarita retratada por Velázquez toda ella de rosa y perla.


   Hoy tenemos otra Infanta que está quedando para la prensa Rosa, y cuyo futuro presente está más que Gris, quizá porque su compañero de juegos ha resultado ser –como en el cuento de Wilde- un ser “especial”. 


   Para los españoles por el mundo: Sabed que hoy la Infanta Doña Cristina ha sido imputada penalmente en el caso Noos, que hasta ahora afectaba a su marido el hasta ahora duque de la hasta ahora rambla de los duques de la hasta ahora Palma. Ha sido citada en concepto de imputada, que técnicamente significa que el juez (=juez) que instruye (=investiga) ha encontrado indicios (=pruebecillas) de que hay posible actividad punible (=choriceo).


   Para quien me lea, que sepa que soy monárquico aunque sea por fastidiar, por desconfianza hacia el ser humano y especialmente hacia los españoles, y sobre todo por respeto a quien me dio la patente de corso –ya caducada- que fue Don Carlos IV y aquí estoy aún dando guerra a la pérfida Albión y la ínclita Galia según España firme tratados engañada contra una o contra la otra. Que nadie me discuta que si la República es más racional porque a mí lo racional a estas alturas me suena a burgués de tierra y yo soy un loco del mar. Pero no hablemos de mis fidelidades sino del Juez Castro que es quien ha imputado a la Infanta.


   Hoy España ha dado un paso más hacia cierta grandeza que no sé cuál será, pero ahí está. El que un miembro de la Familia Real comparezca ante un Juez es signo de una salud democrática fantástica. Yo hubiera preferido que nunca tuviera que ocurrir, pues la Familia real no debería jamás haberse visto implicada en ningún asunto judicial, ni siquiera como testigo. Pero las cosas vienen ahora pintando Bastos por haber querido pintar Oros sin darse cuenta de que las Copas ya no son de las Espadas. El mal ya está hecho, y en tal caso hay que resolverlo de la manera más digna, que es, sencillamente, cumplir la LEY, que es igual o debe ser igual para todos.


   Hasta ahí iba bien la cosa. Felicito al Juez por haber tenido el coraje (en otros blogs maleducados usarían otra expresión) de citar a la incitable, ha vengado a Calomarde que no fue capaz de devolverle una bofetada a la infanta Carlota, hermana de la Reina María Cristina.

   
   Lo malo para mí es otra cosa. Como casi siempre mi crítica es distinta de la general; la decisión del juez será aplaudida por los antimonárquicos o simplemente los hastiados de las corruptelas, y será criticada por los monárquicos por haber arañado uno de los pilares supuestamente intocables de nuestro sistema. Pues bien, yo monárquico aplaudo la imputación por higiene democrática, pero critico el Auto de imputación porque, en mi opinión, es ilegal.


   La imputación es ilegal porque en su motivación el juez no está actuando conforme a las reglas procesales penales, sino para pinchar la burbuja que le exigía un infanticidio. No ha actuado como Juez sino como Sálvame. Si de verdad fuera un Juez serio, la imputación debía haberla hecho hace mucho tiempo (cuando hizo la de la otra esposa, la de Diego Torres), y basándose en haber encontrado indicios de posible criminalidad que exigían su investigación. Lo que ha hecho es lo contrario: ha imputado a la Infanta al final de la instrucción, y basándose no en cuestiones internas que vayan a ayudar a la búsqueda de la verdad sino por la finalidad puramente didáctica (=para la galería) de demostrar que la ley es igual para todos. Ha dicho, más o menos, que ahora imputa a la infanta para que no se metan con él, no para hallar elementos de delito. Una vez más, se han pasado a Cesare Beccaria por el forro de las togas.


   O sea, que el Juez ha sobreactuado sobre lo que debe ser un juez, ha querido ser políticamente correcto con los indignados después de ser jurídicamente incorrecto con los afectados. Pues vaya. Para ese viaje no necesitábamos sobres.


   Bueno, es posible que me haya equivocado. Por eso les dejaré que lean ustedes mismos las afirmaciones del Juez, a ver si no llegan a las mismas conclusiones que yo. Aquí me despido dejándoles el texto que saco de la red sin hilos:

 


http://www.publico.es/453087/el-rey-ataca-a-la-independencia-del-juez-castro


Razones del Juez


En su auto, el juez Castro explica que ha decidido imputar a la Infanta Cristina antes de finalizar la instrucción de esta pieza, dado que, en caso contrario, se hubiese dejado que "se perpetúe la incógnita" de su supuesta implicación en esta causa, lo que, en su opinión, sería un "cierre en falso en descrédito de la máxima de que la Justicia es igual para todos y una clara contradicción a la práctica cotidiana de los juzgados y tribunales que en casos similares es muy escasamente probable que prescindieran del trámite". De ese modo, el juez de Palma parafrasea al rey, sin citarlo, al emplear la misma frase que pronunció el monarca cuando se refirió al caso Urdangarin en su mensaje de Navidad de 2011.


Castro afirma que a partir de la declaración de Diego Torres, exsocio del Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, en el Instituto Nóos, y de los numerosos correos electrónicos que aportó en su curso, así como después de escuchar la versión dada por el secretario de la Infantas, Carlos García Revenga, "surgen una serie de indicios que hacen dudar" que la Infanta Cristina "desconociera la aplicación que su esposo diera a su mención como vocal de la Junta Directiva de la Asociación Instituto Nóos y en la mercantil Aizoon S.L.".


Por ello, ante los "indicios" existentes, el juez considera "inevitable" que la hija del Rey preste declaración, al objeto de despejar "cualquier duda", dado que "hallándonos en la recta final de la instrucción, no parece procedente que ésta se ultime gravitando la más mínima sombra de sospecha sobre la intervención que haya podido tener y si fuere otra la valoración que su versión arrojara, se depuren las responsabilidades que procedan".



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