Lleva razón el portavoz del PP:
Rajoy ya ha dado explicaciones sobre Bárcenas. El otro día sin ir más lejos,
cuando le hicieron dos preguntas y la segunda era sobre este asunto, contestó
un maravilloso: “La segunda ya… tal”
Hace mal en insistir la oposición
pidiendo nuevas explicaciones. ¿Para qué queremos más? ¿Es que hay algo que
pueda superar el “la segunda ya… tal”? Es más, quizá si Rajoy compareciera
repetiría la misma contestación, posiblemente sin los puntos suspensivos, mostrando
ya más firmeza (como le pedimos los españoles, dando muestras de que escucha a
la calle).
Hace años, el Ministro felipista de
Asuntos Exteriores (“Morán” para los mayores, sobran explicaciones; “uno” para
los menores, sobran explicaciones) recordaba una contestación que le dio una
vez un diplomático, el cual para dar una evasiva dijo “lo más probable es que
quién sabe”.
Bueno, pues en la colección de
evasivas yo creo que el “la segunda ya tal” es incluso mejor que la de Morán,
porque tiene gracia, no sólo incluye un subterfugio sino directamente una
greguería, es digna de Gómez de la
Serna y eso ya justifica toda una legislatura.
A mí, qué quieren, ya me da igual
si Rajoy es bueno o malo, si es corruto o no corruto, si nos sacará del
crecimiento negativo o nos meterá en el decrecimiento positivo… pero le
agradeceré para toda la vida que me haya dado ese recurso lingüístico que, no
les quepa duda, usaré siempre que pueda. Aznar jamás nos dio un poema como éste,
se limitó a hacernos reir con su música (la del acento texano) pero nunca con
su texto.
He querido dejarlo reflejado en
este blog a ver si la nube esa cibernética que vuela por Raticulín lo guarda,
antes de que se me escacharre la computadora (toque vintage).
En definitiva:
Gracias, Mariano.
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