sábado, 25 de mayo de 2013

AZNAR, NAPOLEON, DE GAULLE, LANCELOT, JOSE ANTONIO, ESCIPION.






Hace unos días, José María Aznar (ex-Presidente del Gobierno de España con el PP, años 1996-2004) ha salido por la tele en una entrevista larguita y mucha gente hace como que se sorprende de lo que ha dicho. A simple vista, hay cierta unanimidad en cuanto a que sus declaraciones no apoyan precisamente a quien fue su sucesor en el partido y actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

   Para los españoles por el mundo y para los vegetarianos les daremos un mínimo resumen de lo ocurrido hasta hoy: Aznar gobernó durante dos legislaturas; se había comprometido a no presentarse a una tercera elección porque lo había visto en las películas de Estados Unidos y estaba trabajando duro, así que designó a Rajoy como sucesor clon estilo mini-yo pensando que saldría elegido sin despeinarse y continuaría el aznarismo sin Aznar; tres días antes de las elecciones (previstas para el 14-Marzo) ocurrió el atentado más terrible (11-M) y menos y peor investigado de la historia de España, la población se conmocionó, el PP y el PSOE actuaron ambos de una manera errónea en esos tres días –a mi juicio muchísimo peor el PSOE, pero eso sólo me convierte en candidato a recibir pedradas-; alguna mano invisible –y seguramente internacional, Francia es la primera candidata, aquí no tenemos lumbreras de tal calibre- debió manejar aquellos hilos para que la España que iba tremendamente bien encaminada para estar saneada ante tiempos difíciles cayera en manos de un gobierno bananero que dejó España para Eurovisión, gracias a un personaje llamado Zapatero y a los millones de españoles que le rieron la gracia porque entonces todo nos hacía gracia, qué gracia; la España harta de degradarse eligió por fin al sucesor conservador de Aznar, a ver si éste recomponía el Titánic con el agua ya por el salón de baile; más vale tarde que nunca, diría Aznar, a ver si ahora mi sucesor ya puede seguir mi legado.

   Y entonces empezó a ocurrir lo que nadie esperaba: Rajoy tampoco había preparado los deberes, aunque por descontado era –y es- diez veces mejor un Rajoy despistado que un Zapatero despistado (Rajoy cuando se despista falla, Zapatero cuando se despista acierta). Empezó a incumplir su programa, lo que a nadie de sus votantes importa mientras nos saque de la crisis, y todos sus no votantes repiten incansablemente como si eso fuera la única forma de hacer mejores a sus propios lilliputienses.

   Y en ese momento aparece Aznar. Aznar, quizá el mejor de los presidentes de la democracia hasta ahora (incuso con sus bastantes fallos), llevaba ya tiempo siendo el peor de los expresidentes, al revés que Zapatero que asombrosamente se ha convertido en el mejor de los expresis. Pero lo de la entrevista del otro día es algo más: le ha convertido en un presidenticida. ¿Qué quiere José María Aznar? ¿Volver a gobernar? ¿Hacer de acerico como Mourinho para atraer la atención y que sus chicos sigan tranquilos? ¿Defender su honor?

   Los comentarios periodísticos no han faltado desde el primer momento. David Gistau, al que admiro por su tino y sobriedad, le ha comparado con el Napoleón que vuelve del presidio de Elba y retoma el poder para un sueño de 100 días que acabó en Waterloo. Hoy he visto en El Mundo otra comparación que pretende superar a aquélla: la de De Gaulle, cuando después de haberse retirado en 1946, volvió en 1958 hasta 1969 para recuperar el timón perdido en Argelia y promover la Quinta República.

Por supuesto que no voy a discutir esas comparaciones, como tampoco rectificaría las Vidas Paralelas de Plutarco. Todas son brillantes y todas hacen reflexionar. Sin embargo, a mí me gustan más otras. La de Napoleón me chirría porque Napoleón realmente no se había ido nunca voluntariamente; lo habían hecho prisionero tras la batalla de las Naciones y finalmente se rindió en las jornadas de Abril de 1814. Su vuelta no fue una decisión que rectificaba una retirada previa, sino un remolino más de quien nunca se había rendido.

En cuanto a De Gaulle, le pondría el pero de que, tanto en la primera como en la segunda fase, se trata de un militar en guerra; lo fue en la II Guerra Mundial y lo fue con la guerra de Argelia. No se trata de una carrera política de partidos por vías democráticas, sino más bien luchas en las que se busca representar la unidad de Francia en momentos de violencia internacional. Que además sirviera para gobernar Francia con buen pulso en tiempos de paz no deja de ser la anécdota de un verdadero militar, como lo fue el gobierno de Aníbal en Cartago tras la Segunda Guerra Punica cuando demostró que podía ser tan gran gobernante civil como general en la guerra.

Yo añadiría tres nombres a esta ensalada de cotejos. El primero es el de Lanzarote del Lago, Lancelot du Lac, el caballero de la carreta… Lanzarote. Es el mejor caballero, o al menos él lo cree así, porque es el más leal y el más apasionado. Está enamorado de Ginebra/España pero es leal al rey del momento Arturo/Rajoy. Querría estar al lado de Ginebra/España pero debe alejarse de ella por bien de Arturo/Rajoy, no debe quitarle protagonismo ni debilitarle con su pasión por la soberana. España, la gran amante de Aznar, está ahora con otro y cualquier sombra de duda debilitaría al actual presidente y ello redundaría en perjuicio del reino, lo que Lanzarote no se perdonaría.

   No puedo entrar ahora en la complejísima figura de Lanzarote, quien quiera que se lea El Caballero de la carreta, La Muerte de Arturo, los Ciclos del Grial, etc., y las cuatrocientas interpretaciones. Yo me quedo con El Regreso de Lanzarote: al final, según las versiones, Lanzarote no puede más y piensa que debe volver, para salvar al reino, tragándose todos sus orgullos y sus respetos y sus cilicios de no ver más a Ginebra. Llega tarde, como siempre, Rajoy ha muerto, España lo mismo, y Lanzarote acaba de ermitaño. ¿Vuelve Aznar porque, aunque se había prometido a sí mismo alejarse para no sufrir y no hacer sufrir, se siente obligado a volver por lealtad a su amor por Ginebra una vez visto que Arturo Rajoy no sabe hacer los deberes ni defender el reino?

   Me atrae también José Antonio Primo de Rivera como modelo para Aznar. José Antonio dejó entrever en varias ocasiones que su entrada en política se debía al intento de defender la memoria de la gestión de su padre Miguel, el cual había sido dictador de España entre 1923-1929. Las exigencias de responsabilidades tras la llegada de la II República por los posibles desfalcos y corruptelas de Don Miguel es lo que incitó a su hijo a participar para impedir lo que para él era una difamación de una labor mucho menos torpe y sucia de lo que se quería presentar. ¿Es eso Aznar? Hay quienes entienden que Aznar pasa totalmente de lo que haga Rajoy, pero no pasa de que en estos días se estén metiendo todos con la boda de su hija, con la lista de invitados en la que se salvan muy poquitos, con los costes de iluminación de la boda en El Escorial que pagó el Bigotes… y además lo de su querida esposa Ana Botella alcaldesa de Madrid a la que no hacen sino perseguir con el escándalo del Madrid Arena, y nadie la defiende al menos abiertamente. ¿Es lo de Aznar un intento de defender el honor de su familia y de sí mismo, mucho más que el de sostener una batalla política? No lo sé, quizá no tendría tanto problema familiar si no hubiera metido a su hijita en el Palacio de todos y a su mujer en el Ayuntamiento de todos, pero en fin, él sabrá.

Me queda Escipión, que dejo para el final ya que también antes hablé de Aníbal. Escipión fue un magnífico salvador de Roma, de hecho es quizá el personaje al que Roma más debe, como defensor en el peor ataque de su historia y como fundador de unos valores que convencieron a Roma de que ella debía ostentar la hegemonía del mundo. Escipión, como Aznar, provenía de una familia que ya había prestado servicios a Roma; fue hábil en superar una crisis en mucho menos tiempo de lo que parecía necesario; fue mejor que sus enemigos; habló con ellos en la intimidad no sé si en catalán o en cartaginés; y sobre todo: ACABÓ MAL. Acabó acusado de corrupción y se entablaron juicios contra él, quizá injustos, quizá premeditados por los mediocres que le rodeaban para minar su posible vuelta, quizá justificados. Quién lo sabe; si no podemos hoy aclarar lo que pasó en el 11-M mucho menos podemos aclarar lo que pasó hace 2.200 años.

   Lo que sí está claro es que Aznar se cree igual que alguien, no sé quien pero alguien, porque muchas veces parece que recita un guión más que piensa, quizá el de Juana de Arco, quizá el de Ortega y Gasset, o Don Pelayo. Que se aclare, que yo me pierdo. Y me aburro.

viernes, 24 de mayo de 2013

GIBRALTAR EN LA UEFA



   La UEFA acaba de aprobar la entrada de Gibraltar como miembro, y se abre la posibilidad de que su selección compita internacionalmente.

   Hermoso país, España. Mandamos orgullosos al Chikiliquatre a Eurovisión, pero al mismo tiempo nos mosqueamos porque no nos votan y decimos que no nos quieren. “Quién querrá ser el amigo del enemigo de sí”, dice una frase que ya no sé si la leí o la soñé, pero sirve ahora, para Eurovisión y para Gibraltar.

   He buscado en Internet los estatutos de la UEFA, pero en mi nivel cortito de Internet me ha sido imposible; si alguien los encuentra que me lo diga. Buscaba los de ahora (de 2001, que al parecer impedirían la entrada de Gibraltar al no ser una nación reconocida por la ONU), pero según parece la petición se había presentado antes de esa fecha, y conforme a los estatutos anteriores sí habría entrado. Eso es lo que ha determinado el TAS (Tribunal de arbitraje deportivo).

   España ha dicho que agotará los recursos jurídicos, pero si lo hace como de costumbre, más bien habría que decir que “se agotará ante los recursos jurídicos”, porque no he visto país más cretino en la defensa de sus derechos que España. También ha dicho la UEFA que España no debe preocuparse, porque nunca tendrá que enfrentarse a Gibraltar (Hombre, es un consuelo, aunque es posible que visto nuestro papel internacional el medio de lograr que no se enfrenten sea excluir a España de la competición para que Gibraltar pueda intervenir tranquilamente sin traumas morales y sin “estrés postcolonial”). Pena.

   Ya les digo que mi idea era buscar las cosquillas al asunto jurídico, como si nuestro gobierno necesitara ideas técnicas para defender el asunto:

1.- El argumento de que reunía las condiciones bajo el anterior estatuto puede que no sea válido, pues una cosa son los requisitos para tramitar la entrada, y puede que otra sean los requisitos para permanecer en la UEFA; es posible que reuniera aquellos requisitos, pero si no los reúne para permanecer conforme a los nuevos estatutos debería denegarse en todo caso su permanencia.

2.- Seguramente la decisión del TAS es recurrible con fundamento. Lo que no entiendo es cómo España ha permitido que se someta al TAS, pues un arbitraje es una resolución entre dos partes legítimas. Si Gibraltar no existe técnicamente como ente jurídico, no debería admitirse un arbitraje entre un ente (La UEFA) y otro que no existe jurídicamente (Gibraltar). España habrá estado fina, seguro.

3.- Aunque se resolviera a favor de la inclusión de Gibraltar, no debería admitirse la inclusión de su selección pues, parea empezar, la UEFA debe comprobar que puede ejercer el deporte con ciertas condiciones, y la primera de todas es que su campo de fútbol esté en un sitio legal, y el gibraltareño no lo es, pues es suelo español, como todo lo que hay una vez termina la pura roca (todo el llano es legalmente español sin duda pues no se incluye en el Tratado de Utrecht).

   El campo de fútbol gibraltareño está sobre suelo ilegal; es suelo español según el tratado de Utrecht y Gran Bretaña lo ocupó ilegalmente, pues siendo inicialmente de España, y una vez que fracasaron diversos intentos de España de recuperarlo militarmente, hubo después un acuerdo medio tácito de dejarlo como neutral para que nadie lo ocupara ni mucho menos edificara, pero más tarde Gran Bretaña definitivamente lo ocupó ilegalmente: España dejó que entraran para instalar un campamento humanitario por una epidemia (realmente lo hicieron en dos veces seguidas, en 1815 y 1854), con la especialidad de que al poco se fueron los virus pero se quedaron los ingleses, grandes amigos de España. O SEA, QUE EL CAMPO DE FUTBOL DE GIBRALTAR ES SUELO INVADIDO DE ESPAÑA, LA UEFA SABRÁ LO QUE HACE SI LO PERMITE. ESPAÑA POR SUPUESTO YA LO PERMITE Y SE CALLA.

4.- Dice la UEFA que este asunto no debe entenderse como interferencia en lo político sobre Gibraltar. A ver, señores de la UEFA, en Gibraltar TODO ES POLÍTICO, cada piedrecita que se toca tiene consecuencias políticas porque no se sabe si es una cagarruta de mono gibraltareño o es un trozo de la muralla española y la Torre del Diablo que volaron los ingleses en 1810 bajo pretexto de su alianza con España, así que Señor Platini déjese de tonterías.

   Habría más argumentos jurídicos para impugnar esa admisión de Gibraltar, y para revolver el asunto de fondo, pero sinceramente me aburre. Como corsario prefiero lanzar frascos de fuego –lo que ahora es políticamente incorrecto y además la violencia es una vulgaridad si es para parchear la insustancialidad de un gobierno-, pero tampoco quiero ya molestar a mi cautivo leguleyo, el licenciado Monsieur Bonne-nouvelle de la BaixMarine; para qué hacerle gastar neuronas, papel y tinta, si no sólo no le van a hacer caso las autoridades de Aduanas sino que ni siquiera se lo van a leer.

   Si pensara que alguna autoridad española tiene voluntad de ejercer su deber, me arriesgaría a acercarme a tierra soto riesgo de ser detenido, todo sea por el honor de España; pero acercarme a tierra para que se rían de mis pliegos y provocar que me detengan a mazmorras como al señor de Malaspina y a las pocas cabezas pensantes como el señor Jovellanos, todos encarcelados, me disuade, ya lo haré otro día, que aún no entrego mi libertad de morir como yo quiera –única cosa que me queda-.

   Lo que sí me ha dicho Monsieur de Bonne-nouvelle es que esto nos podía servir de lección. Dice que lo de Gibraltar viene de cuando España se sumió en una guerra civil en 1701-1713 por causa sucesoria; que seguimos perdiendo territorio cuando los ingleses se aprovecharon de nuestras divisiones en 1815; que en la guerra civil de 1936-39 volvimos a perder territorio giraltareño, pues los ingleses aprovecharon nuestra lucha interna para construir un aeródromo en suelo hispano.

  En fin, que la lección está clara: DIVISION INTERNA = DEBILIDAD EXTERIOR. Ahora, en 2013, Gran Bretaña vuelve a sacar provecho, una vez más, de nuestra división interna. No en vano habrán tomado nota de nuestras críticas feroces a la foto de nuestro presidente con el suyo (Aznar y Blair, aunque en este punto las divisiones españolas son más complejas y comprensibles), o de las –estas sí, catetas e insufribles- polémicas españolas sobre las “selecciones nacionales vasca, catalana, etc.”. ¿Cómo puede un país oponerse a la selección de Gibraltar si está emocionado de la muerte con las selecciones vasca, catalana, y la del Reino de Patones? (no incluyo a las restantes, pobrecicas, como la valenciana, canaria, y otras “autontómicas” porque en su candor no hacen sino seguir como Caperucita el caminito de baldositas amarillas que le ponen delante.

   Como diría Forges: “País”. La verdad, si yo fuera gibraltareño, también preferiría ser británico. Imaginen lo que deben pensar cada vez que miran hacia acá.

   En todo caso, si llegara el caso de poder leerme los estatutos de la UEFA alguna vez y que resultara que en algún sitio se deduce que la pertenencia a la misma es por tener algún carácter de nación o algo así, España debería reivindicar una vez más la restitución pues es el efecto inmediato si la Corona Británica enajenara la propiedad. De hecho, ya lo ha hecho cuando pasó la decisión al parlamento, y luego cuando el parlamento pasó la decisión al pueblo gibraltareño, argumentos ambos que nunca se han esgrimido por España, como tantos otros. Les dejo para meditarlo el resumen de ese trocito del tratado, para que lo lean por sí mismos, que es siempre lo mejor:


Tratado de Utrecht. Cesión de Gibraltar a Inglaterra Articulo X. 13 de Julio de 1713:
"El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero…..que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. ………Si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender, enajenar de cualquier modo la propiedad de la dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción antes que a otros para redimirla."

viernes, 17 de mayo de 2013

LA DIGNIDAD DE UNA INFANTA






   A donde no llega la obligación, llega la dignidad. 

   La dignidad es aquello que nos mueve a hacer las cosas que nadie nos puede imponer. En el caso de una Monarquía Parlamentaria, además, toda Familia Real tiene que hacer más cosas por dignidad que el resto de la gente, porque así contrarresta cualquier sospecha de que la ley le obliga a menos que al resto. En el siglo XXI, la dignidad es casi la única razón que puede sustentar a un Rey en el trono.


   En estos días, la autoridad judicial legítima y democrática ha decidido que no se va a obligar a la Infanta Cristina a declarar en juicio. Pues bien, ya que no está obligada por ley ni por juez alguno, debería hacerlo por dignidad. Debería ser ella la que compareciera voluntariamente para dar cuenta de todo lo que las autoridades de su país consideren oportuno. Ahora que las propias leyes la liberan de sombras, es ella la que debería asomarse para traer la luz, demostrando que no teme a nada y que se somete totalmente a las leyes y a las autoridades de ese Estado del que ella, a pocos golpes de mala fortuna que se sucedieran, podría llegar a ser Reina.


   No entraré a valorar, por supuesto, el asunto judicial de fondo, que es de lo más lamentable que se ha visto en mucho tiempo. Sí entro a valorar la cacería que se ha abierto contra la Monarquía de forma interesada y bastante injusta en muchos aspectos sin perjuicio de la crítica que todo merezca. Pero al margen de todo eso sí es triste la imagen de una infanta de España escondiéndose de los periodistas, de sus conciudadanos, de sus críticos. Es una pena que no salga a dar la cara, para defenderse, o para que se la afeen si realmente es culpable de algo. La misma ley que nos aplican a todos no debe ser tan mala como para que una persona inocente se enfrente a ella, y más si pertenece a la institución que es la máxima garante de la ley.


   Por descontado, no confío en absoluto en el pueblo español como ente digno de responder a esa dignidad de la Infanta si ella tuviera ese gesto. Quizá por eso tampoco ella se digna declarar, “para qué”, -pensará-, “si diga lo que diga me van a considerar culpable y me van a asaetear por todas partes”. Pero eso ya es tarde para calibrarlo; haberlo pensado antes de meterse en el sarao que se ha fabricado y que no nace de la noche a la mañana.


   Pero, la cutre conducta previsible de los españoles no es motivo para dejar de hacer los deberes. Hubo una Infanta, Dona Isabel de Borbón, la Chata, que actuó con dignidad cuando las leyes la habían dejado en paz. Fue al proclamarse la Segunda República. Ella rondaba ya los ochenta años y las autoridades le permitieron –pues era una mujer muy popular- quedarse en España a diferencia del resto de la Familia Real, a la que directamente se mostró el camino del exilio. Sin embargo, ella prefirió marcharse voluntariamente, marcando claramente una línea de familia que no quería favor alguno. A los pocos días de cruzar la frontera de Francia se murió, no sé si de pena.


   Hubo otra Infanta que hizo al revés, Luisa Fernanda, hermana de Isabel II y casada con el duque de Montpensier. A ésta y a éste quizá les encaje mejor el traje de Urdangarín, pues el esposo fue acusado de negocios turbios, e incluso de promover la ruina de la monarquía española por su propia ambición de ostentarla, llegando a instigar la revolución de 1868 o el asesinato de Prim, se dijo. Luisa Fernanda sería una Infanta cuya dignidad quedó por debajo de sus obligaciones legales, no por encima como la Chata. Ya ven que hay modelos para todo.


   En cuanto al caso actual, pocas veces tendrá una Infanta de España una ocasión tan clara para demostrar su compromiso con España. Y no lo digo con gusto, yo que soy corsario monárquico por la gracia de la Historia y que no espero nada bueno de su visita a los juzgados, pero menos bueno será aún que nos quede la imagen de una sucesora al trono de España bajando la cabeza cada vez que sale de su coche y se mete en La Caixa, acelerando el paso. Una Infanta que no es capaz de quitarse las gafas de sol y mirar cara a cara a su pueblo, para bien o para mal, lo tiene realmente difícil en el siglo XXI.

jueves, 16 de mayo de 2013

LA CONSTITUCION CATALANA, ¡¡POR FIN!!









¡Bien! El gobierno catalán ha encargado ya la redacción de la Constitución Catalana, y es una gran noticia, lo digo en serio. A diferencia de lo que opinan muchos, especialmente en la Derecha, yo creo que a los nacionalistas (y a los independentistas) hay que ponerles siempre un micrófono en la boca: no hay modo mejor de desenmascarar la cretinez que dejándola hablar.

   Ah, y conste que no critico que hagan lo que quieran, cada uno es libre de degradarse en público como prefiera.
 

   Por supuesto, me niego al cansino ritual –tantos años ejercitado- de los cinco párrafos previos diciendo todo aquello de mis respetos a los catalanes, que si el gobierno y el pueblo no son lo mismo, que si lo mejor es la unidad y la comprensión entre los pueblos, etecé etecé; cada uno ya se sabe lo que es un discurso inteligente y lo que es un discurso inútil, así que cada uno que se lo recite antes de acostarse y déjenme ir al grano que la depresión sólo me da diez minutos de energía al día.


   Ahora van a redactar su Constitución. Bien, tendrán que mojarse y por fin les oiremos hablar de algunas cosas.


   Vaya por delante que no es la primera vez. Para quien no lo sepa, y al margen de las anécdotas históricas de la segregación napoleónica, la previa de 1641 en que a los pocos días de independizarse se entregaron al Rey de Francia, o la más previa de 1462 en que se entregaron al rey de Castilla Enrique IV, y la más seria de 1873 en la Primera República, Cataluña ya se declaró independiente dos veces en la idílica Segunda República.

  
   Lo hicieron en la mañana del 14 de Abril de 1931 antes incluso de que se declarara la República Española; en la tarde de ese día, por acuerdo con Madrid e inspirados en el pacto de San Sebastián firmado entre el PSOE, los republicanos catalanes y algunos más, se proclamó la República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica. Hermoso principio de una llamada legalidad democrática (nacida de unas elecciones municipales, no legislativas ni constituyentes, y en las que los partidos monárquicos obtuvieron 22.150 concejales frente a los 5.875 republicanos –cuatro veces menos- pero en las que ya se sabe que una cosa es la legalidad jurídica y otra la legalidad democrática de la calle especialmente si es la de las ciudades).


   Volvieron a proclamar el Estado Catalán el 6 de Octubre de 1934, en lo que fue un verdadero golpe de Estado llamado la Revolución de Octubre, y que consistió en que la tan traída legalidad bucólica de la Segunda República no podía soportar que gobernara la Derecha Republicana, a la que había que impedir entrar en el juego democrático como fuera: en las elecciones de noviembre de 1933 –las primeras con verdadero sufragio universal en el que votaron las mujeres- habían ganado las elecciones con el partido de la CEDA (3.365.700 votos fueron para partidos de derechas, 2.051.500 para partidos de centro y 3.118.000 para los partidos de izquierda), pero no había manera de que el ganador de unas elecciones republicanas fuera conservador porque eso no molaba; hubo varios cambios de gobierno y, cuando al final de casi un año la CEDA pidió –y obtuvo- que se incluyera en el día 4 de Octubre de 1934 la impresionante cifra de TRES MINISTROS de su partido en el Gobierno de la nación (por supuesto, de Presidencia nada) en la que había arrasado electoralmente, no pasaron ni 48 horas y el día 6 de Octubre ya teníamos a la Esquerra Republicana de Cataluña, al PSOE de Largo Caballero y a la FAI, la CNT y algunos más levantándose en Huelga General y alzando la revolución por las armas en multitud de lugares del país (sólo triunfó en Asturias y en Cataluña, pero el movimiento había sido orquestado para toda España como se comprobó para cualquier espíritu imparcial) y, por descontado, declarando el Estat Catalá independiente y generando un baño de sangre. A eso se le llama legalidad democrática republicana e “integradora” y a esa bandera se le rinde hoy jolgorio como si no fuera una de las más sectarias, excluyentes y violentas que ha conocido la Historia de España, pero será que me hago mayor (más o menos como le ocurrió a Unamuno, a Marañón, a Ortega y Gasset o a Baroja, gente rarita y antisistema, vamos).


   Hoy se retoma el asunto y de momento ya han hecho su liturgia de declaración de independencia, rasgamiento de vestiduras, letanía de agravios castellanos, cultos al Sol y al Grande Oriente por si acaso, falta aún el “momento quema de libros y de archivos” y otros igual de sublimes… La verdad es que muchas cosas ya no hacen falta, porque el Gobierno de todos (el de España) es LELO, y los restantes partidos nacionales están encantados de ser megafashion con la República Federal con lo que el Estado Catalán, en el más suave de los casos, existirá dentro del engendro España País de las Cuatro Esquinitas que durará menos que la CEI Soviética, y en el menos suave será como… yo qué sé, si es un rollo.


   Pero disfrutemos mientras podamos. La constitución catalana.


  Tengo gran curiosidad por ver cómo regula esa constitución algunos puntos. Parece que van a descubrir al redactar su Constitución lo que ya tenían con la española, va a ser precioso. 

   Tendrán que aclarar en imprenta:


- Quiénes forman el pueblo soberano de Cataluña. A ver a quién excluyen, qué hacen con los inmigrantes de todas partes, qué hacen con los valencianos y mallorquines, cómo tratan a los franceses catalanes, a los italianos catalanes, a los marcianos catalanes… cada frase será un millón de callos pisados y unas cuantas embajadas así que va a estar guapo el tema.


- Quiénes pueden votar en ese pueblo soberano para decidir la independencia y para organizarla después. Habrá que ver qué hacen con todos los pasaportes catalanes dados a pie de patera, todos los sainetes de banderitas regaladas con dinero de rescate, etc.


- Qué lengua va a ser la oficial de Cataluña. A ver qué le cuentan a todos los charnegos que han votado como lerdos a los partidos separatistas.


- Cómo van a regular la relación de Cataluña con la Iglesia Católica. ¿Serán laicos y se enfadará el obispo de Solsona y las casullas de Montserrat, o serán respetuosos y se enfadarán los postmodernos más los okupas más Ada Colau?


- Cómo van a recoger aquí su famoso DERECHO A DECIDIR, que tanto les enamora, para ver si lo incluirán en los derechos que la sagrada Cataluña concede a Lérida, a Tortosa, a Llibia, a L´Hospitalet, a Tarrassa, a Reus… ¿Van a dejar a los demás lo mismo que ellos ahora consideran irrenunciable para sí?


- Cómo van a hablar de las Fuerzas Armadas Catalanas y cuál será su misión y a ver quién se afilia a las mismas y qué requisitos se exigen para integrarlas.


- Qué requisitos se van a establecer para obtener la nacionalidad catalana.


- Qué requisitos se exigirán para ejercer cargos públicos en Cataluña… Seguro que muchos votantes a favor se quedarán fuera del grupo selecto de mandamases, ahora lo verán.


- Qué van a decir respecto a Andorra


-Qué declaración de derechos fundamentales van a hacer para mejorar la que ya tienen en la Española, a ver a quién le conceden derechos fundamentales y a quién no, especialmente en cuanto a educación, sanidad… visto lo que han hecho con una simple Autonomía, imaginen lo que harán con una Constitución.


- Qué harán con la libertad de empresa, de comercio, de circulación… Va a estar bonito.


- Qué van a decir sobre la pérdida de nacionalidad catalana.


- Qué van a decir sobre reforma de la Constitución, quiénes podrán decidirla y cuántos años tardarán en poder solicitarla –es decir, durante cuántos años estará blindada para impedir que nadie la remueva-, sobre la firma de tratados internacionales, sobre la firma de concordatos…


- Cuántas cámaras representativas van a tener, si una como tienen ahora o dos como España y que tanto les gustaba como lugar para hablarse con intérprete, y así dar voz a las comarcas o los territorios, y veremos discutir a la Conca del Tremp, el Pallars Sobirá, Urgell, los exiliados del Rosellón y la Cerdaña… los compañeros valencianos, los camaradas de la LAPAO… Agárrense que vienen curvas.


- Qué van a hacer con los jueces, los funcionarios, los maestros, los miles y miles de no catalanes ni catalanistas…


- Qué régimen de competencia judicial van a establecer para los no catalanes españoles.


- Qué van a decidir sobre los matrimonios mixtos o hijos de doble filiación catalano-española


- Et Cetera… Si ponen lo que quieren poner, se quedarán solos porque no quedará nadie que cumpla el baremo. Si no lo ponen, se quedarán solos porque parecerá un texto tan de la Señorita Pepis que la gente se reirá. PERO A ELLOS LES DA IGUAL, POR SUPUESTO, Y A MÍ A ESTAS ALTURAS TAMBIÉN.



   Son muchas cosas que nos van a divertir a los que ya pasamos de preocuparnos con la voluntad suicida de un Estado. Dicen que el chimpancé es inteligente porque es capaz de reconocerse a sí mismo en un espejo; Bueno, de momento la Constitución Catalana es un espejo que se van a poner delante los mismos catalanes, que de esa manera empezarán ¡¡POR FIN!!!!!! a ponerse verdes entre ellos, y nos dejarán a los demás en paz, ya veremos si con cuestiones inteligentes o simplemente tribales. 

  Ya no hará falta ver SÁLVAME por las tardes, bastará con conectar por WebCam con la comisión de redacción de la Constitución Catalana, si es que nos dejan verlo.