miércoles, 27 de octubre de 2010

CORNADAS DE REFLEXION

El día anterior a unas elecciones se dedica a la “Jornada de reflexión”, que ya sabemos que es el día más divertido del año porque o te vas a la playa o te vas a destrozar sedes. Como falta un año para eso, nuestros políticos nos entretienen con sus sustitutas, las ”Cornadas de reflexión”.

Desde la Crisis de Gobierno (que no es lo mismo que el Gobierno de la Crisis), al PP le han dado ya varias cornadas y se lo tendría que hacer mirar, o sea, reflexionar. Se estaba durmiendo leyendo encuestas y se ha despertado con una tromba de orcos golpeando la puerta. El pobrecico alcalde de Valladolid no ha sabido reaccionar y aprovechando que el Pisuerga pasaba por Soytontoelhaba se ha lucido y aún van a más las cornadas. Pepiño no quería quedarse atrás y entre plumero y rumbero le ha lanzado un nardo a Rajoy, al ojo, ete. Y por si había dudas, “Rubal, ¡acaba!” ha lanzado un guiño a los nacionalistas apuntándose al RH y los genes. España está volviendo a ser divertida en tiempos de crisis, como con Quevedo.

Esto no ha hecho más que empezar, y el PP debería reflexionar porque, como no se zafe de las cornadas que le están cayendo, sus 14 puntos de ventaja se van a convertir en 14 puntos de sutura.

Lo lamentable es que las bases empezarán a decir: “¡hay que contestar con la misma moneda!”, y nos deparen una pelea de gallos para el año que queda, que es lo que creo que pretende el PSOE y lo único que parece que sabe/quiere/puede hacer el PP, en lugar de librarnos a los mortales de las cornadas de los bancos, de Hacienda, del paro… qué desastre. Mejor no reflexionar nosotros…tampoco.

3 comentarios:

  1. Los romanos arreglaban la política a navajazos. En realidad, hemos evolucionado a un sistema más limpio e higiénico. Ahora ya no hay sangre.

    Nada nuevo bajo el sol. Bueno sí, que manchan mucho menos y hay menos ropa para lavar, lo cual es muy ecológico.

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  2. ..por venir de un Evangelio
    que ho anda en purgatorio
    es certero y meritorio
    al usar el improperio...

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  3. Nihil novum sub solem, Marco Tulio
    Iñigo, estás lanzado!

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