En la Ciudad Imperial
llamada Valladolid
ha insultado su adalid
a la vid ministerial.
Siendo mujer la agraviada
y yo aliviador de entuertos,
reprenderé sus asertos
con la siguiente rimada:
¡Qué pena que no haya gorros
para tapar la bocaza
de los que hablando de morros
provocan aún más engorros
que los rufianes de plaza!
Por la boca muere el pez
y por el morro un alcalde,
pues no habrá de irse de balde
quien quiere ser, a la vez,
quien la pifie y quien la salde.
Alcaldes hablan con tino,
y poetas con bobada,
pero en este desatino
el alcalde es el cretino
y el poeta es quien agrada.
Digo, pues, al que no calla:
Aquí, o en Valladolín,
tanto morro morroriza
sea de reina o rabiza.
¡Dejad a Leire Pajín,
y no deis más la paliza!
Pues parece ser que el alcalde no ha muerto por el morro, que sigue en su puesto y con apoyo de su partido.
ResponderEliminarLa política española no tiene solución, está demasiado sectarizada en derechas e izquierdas sin que razonen ninguna de las partes. Y como gusta tanto eso de volver a la guerra civil de nuevo para seguir con la historia de progres y fachas la cosa irá a peor. No se reflexiona, no se analiza en profundidad, se repiten consignas sin saber muy bien si tiene sentido o no. Uno se pone la etiqueta grupal ideológica -la más guay en su medio- y tira para adelante como un autómata.
Es difícil encontrar a personas que tengan un criterio propio fuera de la enconada lucha de descalificaciones automáticas.
Ah, se me olvidaba, el poema es ingenioso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar..no hubo rima mas afin
ResponderEliminarni cornada mas certera
que la pluma navajera
del Corsario Sarafin...
Cícero, coincido en que no hay solución.
ResponderEliminarIñigo, estás que te sales
Perdonad que no conteste siempre pero es que me hace cosas raras el blog y no me deja.
;)