jueves, 10 de mayo de 2012

MERGIMUR IN PROFUNDUM




Déjenme decirlo entero. Y traducir.

Surgunt indocti et ropiunt regnum coelorum, nos, autem, cum nostris litteris, mergimur in profundum”.

“Surgen los indoctos y arrebatan el reino de los cielos, mientras ¡ay! nosotros con nuestras letras nos precipitamos en lo profundo”.

 Léanlo otra vez, incluso en latín. Gracias.

   Esto se escribió en el año 430. Lo escribió un señor bastante anciano que estaba en una ciudad africana cercada por los bárbaros, concretamente los vándalos de Genserico. El señor era San Agustín y la ciudad Hipona. Agustín oía los golpeos de los vándalos en las puertas de la muralla, sabiendo que éstas apenas resistirían pocas horas –o días- más y todo sería el fin en aquella punta del África mediterránea culta, la última en resistir.

   Toda Europa se había perdido años antes. En esos lustros de caída del Imperio de Occidente (quedaba el llorado de Oriente) San Agustín había tenido ocasión de ver en primera fila la liquidación de un mundo, el suyo. Fueron los años en que escribió “La Ciudad de Dios”, creando la imagen de la Jerusalén Celeste como idea platónica cuya sombra sería la Jerusalén Terrestre. Agustín se negaba a pensar que toda su civilización debiera desaparecer por obra de cien mil orcos, y decidió que él dejaría por escrito cómo debía ser una verdadera ciudad, una sociedad humana y política, por si acaso no quedara nadie vivo para dar razón a los hombres futuros.

   La frase del inicio es la de un intelectual que ve una catástrofe pero no sabe a quién culpar más por ello. Por un lado están los indoctos que roban, esto es los abyectos, ésos son los que han dirigido una nave al abismo por su egoísmo y torpeza. Pero junto a ellos, los otros, los propios, “nosotros con nuestras letras”, precipitándonos a lo profundo. Culpa repartida. Los ladrones por destrozar, y los ilustrados por no mirar, y que una vez que miran sólo sienten la tentación de bajar los brazos y dejarse arrastrar.

   Casi peor los segundos, porque pudieron haberlo evitado, pudieron avisar, enseñar, protestar, renunciar, exigir. Cuando los ilustrados ceden durante mucho tiempo la iniciativa a los indoctos, el resultado sólo puede ser una ruina anunciada, ya sea de proporciones bíblicas o aztecas.

   El sabio Agustín barría –eso sí- para casa. Estableció que toda sociedad humana será correcta si es reflejo de otra superior divina que ya está organizada por un supremo Creador, el cual no es un mero arquitecto masónico sino un organizador moral. En resumen, los Estados futuros que nazcan tras la avalancha goda sólo serán viables si repiten el modelo de orden moral divino. De eso tomará nota, unos años más tarde, el maravilloso San Isidoro que se dice de Sevilla aunque era de Cartagena, quien teñirá de agustinismo la formación de la España Goda y pondrá las semillas para que ésta sea, en muy pocos años, un verdadero Estado moderno -lo más posible para su época, otro día hablamos-.

   Ahora estamos en el mismo sitio, en Europa y en la misma España, donde llevamos entregando el poder a demasiados estúpidos durante demasiado tiempo, no sé de qué nos quejamos los supuestos alfabetos, si hemos mirado al fondo del hoyo como un avestruz mientras los más lo más hacían el cíclope mirándolo todo con un único ojo, el que mira por ellos mismos sin importar mañana. Es verdad que la tentación para un observador idealista es sumergirse en lo profundo cuando a su alrededor sólo campea el sectarismo, la burricie, la violencia verbal y la otra, lo chusco; pero ahí está la lección: las cosas nunca ocurren de repente, las crisis nunca dan la sorpresa a los que se paran a pensar, otra cosa es que hagamos dejación durante decenios. Y punto. Y coma.

9 comentarios:

  1. He visto a los rusos salir adelante de cosas peores, mucho peores, de verdadera miseria, sólo que en España estábamos demasido enfrascados en la dolce vita como para darnos cuenta. Evidentemente, no creo que sea el fin, si ellos pudieron con la que les cayó encima, ¿por qué no nosotros?

    Creo que la confianza en el propio país y las capacidades que tiene, ayudará más que pensar que todo está perdido. Eso es lo que falta, confianza en nosotros mismos. Y hay razones para confiar, no es que la cosa esté tan mal ni seamos tan incapaces. Ningún país tiene un pasado perfecto ni la gestión es absolutamente maravillosa. Mientras más sensación de derrota y desesperanza demos a los perfectos amigos del norte más hostias nos caerán.

    Se agradecen lso latinajos.

    Saludos

    Cicero

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  2. Está bien, ¡SURSUM CORDA! (levantemos el corazón)

    Hola Cicero, llevas razón con que "más se perdió en Cuba", está claro que no estamos tan mal como con Genserico, pero yo quiero centrarme más en el por qué se ha llegado a esto y no tanto en el cómo estamos ahora o cómo se sale. En mi opinión, una vez que un caballo se desboca es muy difícil arreglarlo y sólo hay que esperar a que se agote él solo y no caerse mientras, por eso lo que hay hacer es pensar qué hacer para que nunca se desboque. Ahí hemos estado muy torpes los españoles, hemos ejercido de nuevos ricos idiotizados por cuatro ideas caducas y hemos prescindido de las personas sensatas.
    Estoy seguro de que, si de repente apareciera petróleo en Cuenca y nos hiciéramos multimillonarios, nos olvidaríamos de todas las reformas que sabemos que debemos hacer y volveríamos a gastarlo todo en amiguismo y corrupción.

    Se agradecen tus visitas. Eso si, CAVE CANEM.

    Salu2
    Zarafin

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  3. Ah, "Cave Canem" era un blog de prueba. Hace años que no escribo en un blog.

    Pero no te pienso morder, no te preocupes. Aprecio lo que dices y de alguna manera creo entenderlo, sólo que yo estoy muy lejos de todo esto y no sólo físicamente. Mi mentalidad es de postguerra, más parecida a la de los que las han pasado canutas,a la gente dura que sobrevivía a pesar de todo y volvía a reconstruir que a la de los felices universitarios erasmus. A mí me emociona leer las historias de la gente que ha sobrevivido en unas condiciones terribles y ha sido capaz de construír algo y hay tantas, tantas historias anónimas de esfuerzo. Mi vida fue dura en su comienzo aunque desde hace ya mucho es un paseo cómodo y fácil, pero no olvido y sé que sólo el esfuerzo lleva a conseguir una vida mejor. A veces, incluso, la vida tan fácil que llevo no me gusta porque me parece demasiado fácil y veo mayor mérito en muchas personas que tienen que luchar por su día a día. Esas personas me inspiran enormemente y me ayudan a seguir esforzándome -como la campeona olímpica siberiana que, de adolescente, iba a los entrenamientos sin haber comido porque no tenía nada, eran los peores años Yeltsin, y a veces se desmayaba de hambre-. Esas historias existen y esas personas sobrevivieron y se esforzaron, no sólo ella, que es una persona conocida, sino muchas otras. Por eso creo que es mejor, en lugar de caer en la desesperanza intelectual, intentar salir del pozo confiando en que se puede. La corrupción existe y va seguir existiendo, los amiguismos también, y no sólo en el sur -por el norte existe aunque más dismuladita y disfrazada de perfección-. Pero, a pesar de todo ello, se puede si se da una imagen de esfuerzo y de confianza en las propias posibilidades.

    Desde mi cierto aislamiento en tierra extraña veo a los españoles a veces quejarse mucho, quejarse de todo todo el rato, y no sólo por lo importante, mayormente por tonterías, pero son quejas sin un esfuerzo detrás por cambiar lo que no funciona. Lo mismo me equivoco y no es así, pero es la impresión que me da, de niños mimados. Yo no creo que tú seas así, eres bastante más inteligente y por eso te leo, lo digo por si acaso piensas que muerdo, pero no es mi intención.

    De todas formas, se asocia a la inteligencia mucho pesimismo -hay mucha pose de ese tipo porque piensan que siendo pesimimitas serán inteligentes-, pero yo no estoy de acuerdo: los ciéntíficos, grandes genios, son optimistas y confían en descubrir, en saber, en lograr.

    Disculpa por la filípica. Saludos.

    Cicero

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  4. Qué va, Cicero, gracias por la filípica, coincido bastante con ella.

    Sobre el Cave Canem, el mío era un chiste al agradecer tu visita y lo del latínajo, y me refería al cartel que en Roma avisaba a las visitas de que tuvieran "cuidado con el perro", como los de hoy, o sea no me refería a que mordieras tú, sino a que no te mordiera el perro de mi supuesta casa si la visitabas. No creo que tengas ganas de morder a nadie, hombre.

    Estoy de acuerdo en que mucha gente que se queja no ha conocido realmente situaciones catastróficas, empezando por mí. Pero tampoco hay que irse al Pacífico para vivir un tsunami y estar legitimado para sentirse agobiado, porque a cada uno hay que mirarlo en su dimensión. Los de Lorca que estçan sin casa hace un año se deben reír de los del pueblo de al lado que se quejan de la subida del pan. Pero creo que hay que ponerse en lugar de cada uno y ver de qué punto partía y a dónde creia ir para opinar sobre su frustación. Los que vivieron una guerra, o una postguerra, tenían un punto de partida de zona cero, lo pasaron muy horrible pero todo su esfuerzo tenía un sentido porque sólo era para mejor. La mentalidad de ahora es que vamos hacia atrás de donde empezamos, y que da igual lo que hagas porque cada día aunque mejores en uno te van a decir que debes dos más que ayer. una cosa es que tengas un pan para comer y lo repartas entre dos, y otra cosa es que te digan que ese pan lo tienes que dar para pagar hipoteca e impuestos y que si te lo comes hoy mañana tendrás que pagar el doble por el mismo pan.

    Es normal que la gente esté desmoralizada, especilamente porque no se ve una vía de solución porque parece que naide sabe de verdad lo que hay que hacer ni quién lo puede hacer. lo primero, Una cosa es que no se sepa lo que hay que hacer, porque aunque hagamos los deberes todo depende de lo que pasa fuera, en Grecia, o en Frnacia, o si tal banco resulta que es expropiadoo, o si resulta que... etc., ningún plan tiene la estabilidad necesaria para poder llevarse a efecto,. Y lo segundo, los que tienen que arreglar esto son los mismos que nos han traido aquí, ha cambiado el gobierno pero la gente identifica a todos los políticos como una casta, y en parte llevan razón porque durante muchos años han creado un sistema que ahora es una costra impermeable y no es cosa d eun partido sino de un "pacto" de todos para beneficiarse del sistema y sacale todo el jugo posible en lugar de reforzarlo, por eso ahora etamos tan débiles y todo nos afecta.

    Luego vienen los niñatos, etc., en eso también estoy de acuerdo, me dan risa estos niñatos comparados con mi época, pero también la mía era de risa comparada con la de mi padre, etc.,... en tal caso creo que hay que ponerse en su mentalidad porque sería injusto juzgar a unos por la época de los otros. Yo estoy dispuesto a eso si a cambio ellos se olvidan de tanto rasgarse las vestiduras y tanto gritar en las calles como zombies que les estuvoeran arrancando las uñas, tienen todo el derecho a protestar y buena parte de razón pero no con la agresisividad que tienen porque primero deben reconcoer que los que recibimos sus gritos os hemos dejado mucha piel para que ellos ahora tengan sus erasmus y sus plays y sus nike para correr delante de la policía.

    Bueno, filípica la mía. Me alegro de que tengas una situación personal apacible, ¡no sabes lo que eso vale ahora!

    Salu2
    Zarafin

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  5. Ah, sobre el pesimismo, no me gusta sumarme a los puramente pesimistas, yo no lo soy (creo) pero sí de los que se llaman "realistas" cuando tienes delante una situación grave.
    A veces una persona reflexiva puede aportar soluciones, y en muchoas entradas lo intento, pero con la conciencia clarísima de que toda lagente que aportamos solucioens somos los últimos a quienes nos van a hacer caso, no porque los que mandan sean más sordos, ni porque sean más tontos (todo lo que yo diga estoy seguro que ellos ya lo saben) sino porque no les interesa pues les quitaría el chiringuito y el chollo para los amigos, y ahí sí hay pesimismo, por la sensación de que vives en una comunidad en la que un 15% se ha cofabulado para ocupar el poder y bloquear cualqueir cambio, con el agravante de que es un poder que vive del trabajo del resto.

    Mi optimismo se limita al "ya dejará de llover", no hay mal que cien años dure y a mal tiempo buena cara, pero mucho tienen que cambiar las cosas en el ssitema político españolpara que yo me sienta optimista de que ésto lo pueden cambiar mis gobernantes.

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  6. Sobre el pesimismo, había escrito ahora un segundo comentario pero el programa me lo ha borrado por no sé qué error de internet, y fíjate si eso me ha ayudado a alegrarme...

    no soy pesimista crónico, pero hablo del pesimismo. yo soy optimista porque sé que hay una salida, pero tmabién soy pesimi-realista en el sentido de que esa solución está muy lejos de adoptarse en mi sociedad (la española), porque los que mandan no están interesados en ella, así que decide tú qué soy, dejémoslo estar, me limito a explorar.

    En muchas entradas presento ideas y soluciones, pero sé que los que mandan también las conocen y no las aplican porque no les interesa y no porque sean tontos, eso es todo, y eso es un poco deprimente (no es grave cuando todo va bien, siempre hay parásitos en todas partes, pero cuando todo está escaso y encima viene el matón a cobrar su parte es cuando te subleva más)

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  7. Buenoo, ahora ha vuelto el primer comentario sobre el pesimismo, dejo los dos, ale, para que alguien pueda divertirse buscando contradicciones.


    Salu2
    Zarafin

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  8. Yo he dicho que tengo mentalidad de postguerra, pero en realidad no soy de esa época, nací en los años 70, con lo que la postguerra me pilla muy lejos. Sin embargo, siento que no acabo de entender a mi generación y a las posteriores y comprendo mejor a los que sobrevivieron a la II guerra mundial, a la guerra civil, a la postguerra misma, a las dictaduras comunistas y al cambio brutal de sistema. Pero sospecho que debe ser, más bien, un problema mío, quizás por llevar ya muchos años en otra historia distinta a la española.

    Pero desde la distancia, si bien no se ven algunas cosas del desgaste del día a día -que es lo que tiene al ciudadano medio indignado-, sí se ven otras. Y yo puedo estar de acuerdo con que la gente salga a la calle a protestar cuando hay razones para protestar, pero les veo cierta sinrazón en las propuestas y sobre todo, algo que me parece deplorable, ese gusto por el victimismo maniqueísta tan usado por la izquierda y tan lejano a la realidad.

    Para un sistema social que cubra tantos gastos como se pretende los que trabajen deben pagar unos impuestos bestiales, del orden del 55% del salario bruto, que es lo que se paga aquí y en la mayoría de países modélicos -que no lo son tanto-, (aparte de otros impuestos, por ejemplo, aquí pagamos impuestos por aparato de televisión y la televisión es de pago, por cable, aparte de eso la sanidad es de copago). Pero eso, lo del impuesto tan alto sobre el salario, genera tensiones sociales bastante fuertes que hacen que la extrema derecha suba, lo cual es muy peligroso. No hay más mirar cómo va la extrema derecha en países que sufrieron la II guerra mundial para darse cuenta de que hay algo que no funciona.

    Por otra parte, las evasiones de capitales son moneda corriente -por algo los paraísos fiscales están al ladito- y los chanchullos para pagar menos impuestos. Aquí los belgas se hacen sociedades hasta para comprarse la vivienda con el fin de pagar menos. Cierto que se pasan mucho con los impuestos y que todo eso va para pagar una seguridad social en la que hay personas que viven de ella sin plantearse otro futuro más que ese. En Inglaterra, el verano pasado, gente que vive de esas ayudas salió a las calles el verano pasado protagonizando actos vandálicos porque iba a haber ciertos recortes. Es decir, se acostumbran a ello de una forma demasido fácil, pero lo pagn los otros. Y esa es la realidad que ocurre en gran parte de Europa y la razón por la que la ultraderecha sube, por un fuerte malestar social.

    Por eso, cuando escucho las propuestas de los indignados no es que me parezcan soluciones.

    No tengo más tiempo ahara para explayarme, pero sí que pienso muchas más cosas al respecto, entre otras cosas la de la falta de identidad nacional, que se ha eliminado en gran medida sutituyéndola por identidad regional e ideológica, lo cual genera contradiciones y problemas a la hora de unirse para solucionar un problema que afecta a todo el territorio.

    También decirte que creo que sí aportas soluciones como ya te he dicho otras veces. Ah, y si eres optimista o pesimista no lo sé, imagino que lo sabrás tú mejor. Yo me considero optimista, siempre lo he sido. Es un sentimiento irracional, evidentemente, pero me ha servido bastante y es lo que cuenta. Los sentimientos irracionales son más importantes de lo que parece porque así como la razón aporta el análisis -totalmente necesario-, la irracionalidad da la fuerza y se complementan. Sé que es difícil de entender esto, ando con prisas y tampoco es que me explique muy bien hoy.

    Saludos

    Cicero

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  9. Pues te has explicado perfectamente, y suscribo todo lo que has dicho, así que me alegro de que te hayas explayado tanto y te lo agradezco.

    Seguiremos informando.

    Salu2
    Zarafin

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