Dice el ministro De Guindos que por fin van a ahorrarse 45.000
millones de euros con la UNIDAD DE MERCADO INTERIOR EN ESPAÑA. Eso significa
que van a hacer algo ((por fin!)) para que las empresas españolas no se vean
paralizadas a la hora de salir del gueto autonómico respectivo.
Ojo, que de momento es sólo un proyecto de
ley, o sea que para cuando el calendario maya prediga el siguiente fin del
mundo puede que la ley esté en el BOE.
No sé si se ahorrarán esos 45.000 protones,
pero sí habrá un ahorro en aspirinas importante. Por mí que el ahorro puede ser
aún mayor. Tanto, que lo que me sonroja es que el PP no haya tenido ese
proyecto en el cajón de salida para cuando ganara las elecciones (no las de
ahora, sino aquéllas del 11-M que ya iba a ganar Rajoy). Pero en fin, buena sea
la música si la dicha es sonora.
Lo malo es lo
de siempre: que cuando Leviathán se despierta es para pisar al ciudadano, y
cuando Calibán abre la boca es para espumararnos (parolibero marinettiano) a
todos. La letra. La letra lo que dice es que la igualación vendrá dando validez
estatal a las licencias empresariales que se otorguen en la autonomía de
origen. Vamos, que si a Usted le han dado la licencia en Castilla León puede ya
funcionar en Canarias sin pedir licencia expresa en ésta última (habrá que ver
cómo se articula eso en la letra pequeña, que hasta las frases más brillantes
se encenizan (otro parolibero marinettiano) al reglamentarlas.
En principio la idea es buena, tanto que ya
la he pedido yo antes en estos mares. Pero no la he pedido así, por una razón: conozco
España y el rasero de sus gobernantes, que suele terminar donde acaban sus
propios intereses -salvo bellas excepciones- y no por maldad sino muchas veces por
mera insensibilidad pues sus umbrales de percepción llegan a lo que llegan, es
lo que hay y el único remedio sería una empatía que no existe o ni sabe qué
cosa sea empatía.
El problema es que si se deja a las
autonomías dar una licencia que sirva para toda España quien perderá es el propio
Estado, pues pese a la buena intención de darle una unidad, ésta será una unidad
en la chapuza. Mientras no se remodele el sistema autonómico, seguiremos
teniendo autonomías en las que para obtener la licencia seguirá siendo
suficiente pagar un 3%, o presentar el impreso en catalán, o con la biografía
firmada de Sabino Arana, o con un ladrillo de regalo. Total a ellas les dará
igual porque cobrarán sus tasas y ancha es Castilla para echar el vertedero.
No me sirve que dejen a cada autonomía
extender sus defectos sobre las otras, es mucho mejor que el Estado garantice lo
que debe garantizar: la unidad de mercado la componen los mercaderes pero
también los usuarios, y éstos no pueden quedar en Valencia al albur de lo que decida
el sátrapa de Galicia, ni los de la Rioja al capricho del califa de Andalucía, por
poner ejemplos conejochistereados (parolibero marinettiano). Lo que debe hacer
el Estado es sacar pecho y defendernos a los ciudadanos del Estado, a todos,
gobernando para todos fijando unos mínimos que deben regir para todos en todas
partes y dejarse de tonterías. Es lo que hace un territorio con vocación de
Estado como es Europa, y es lo que debería hacer un Estado con vocación europea
como es España (teóricamente).
Como siempre,
cogerán la solución peor, y saldrán a venderla como la mejor. Y mientras, la
competitividad llegando al núcleo NIFE del centro del planeta.
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