jueves, 27 de diciembre de 2012

UNIDAD DE MERCADO INTERIOR DEL PP: QUE GRAN MUSICA PARA TAN MALA LETRA




Dice el ministro De Guindos que por fin van a ahorrarse 45.000 millones de euros con la UNIDAD DE MERCADO INTERIOR EN ESPAÑA. Eso significa que van a hacer algo ((por fin!)) para que las empresas españolas no se vean paralizadas a la hora de salir del gueto autonómico respectivo.

 Ojo, que de momento es sólo un proyecto de ley, o sea que para cuando el calendario maya prediga el siguiente fin del mundo puede que la ley esté en el BOE.


   No sé si se ahorrarán esos 45.000 protones, pero sí habrá un ahorro en aspirinas importante. Por mí que el ahorro puede ser aún mayor. Tanto, que lo que me sonroja es que el PP no haya tenido ese proyecto en el cajón de salida para cuando ganara las elecciones (no las de ahora, sino aquéllas del 11-M que ya iba a ganar Rajoy). Pero en fin, buena sea la música si la dicha es sonora.


   Lo malo es lo de siempre: que cuando Leviathán se despierta es para pisar al ciudadano, y cuando Calibán abre la boca es para espumararnos (parolibero marinettiano) a todos. La letra. La letra lo que dice es que la igualación vendrá dando validez estatal a las licencias empresariales que se otorguen en la autonomía de origen. Vamos, que si a Usted le han dado la licencia en Castilla León puede ya funcionar en Canarias sin pedir licencia expresa en ésta última (habrá que ver cómo se articula eso en la letra pequeña, que hasta las frases más brillantes se encenizan (otro parolibero marinettiano) al reglamentarlas.


   En principio la idea es buena, tanto que ya la he pedido yo antes en estos mares. Pero no la he pedido así, por una razón: conozco España y el rasero de sus gobernantes, que suele terminar donde acaban sus propios intereses -salvo bellas excepciones- y no por maldad sino muchas veces por mera insensibilidad pues sus umbrales de percepción llegan a lo que llegan, es lo que hay y el único remedio sería una empatía que no existe o ni sabe qué cosa sea empatía.


   El problema es que si se deja a las autonomías dar una licencia que sirva para toda España quien perderá es el propio Estado, pues pese a la buena intención de darle una unidad, ésta será una unidad en la chapuza. Mientras no se remodele el sistema autonómico, seguiremos teniendo autonomías en las que para obtener la licencia seguirá siendo suficiente pagar un 3%, o presentar el impreso en catalán, o con la biografía firmada de Sabino Arana, o con un ladrillo de regalo. Total a ellas les dará igual porque cobrarán sus tasas y ancha es Castilla para echar el vertedero.

   No me sirve que dejen a cada autonomía extender sus defectos sobre las otras, es mucho mejor que el Estado garantice lo que debe garantizar: la unidad de mercado la componen los mercaderes pero también los usuarios, y éstos no pueden quedar en Valencia al albur de lo que decida el sátrapa de Galicia, ni los de la Rioja al capricho del califa de Andalucía, por poner ejemplos conejochistereados (parolibero marinettiano). Lo que debe hacer el Estado es sacar pecho y defendernos a los ciudadanos del Estado, a todos, gobernando para todos fijando unos mínimos que deben regir para todos en todas partes y dejarse de tonterías. Es lo que hace un territorio con vocación de Estado como es Europa, y es lo que debería hacer un Estado con vocación europea como es España (teóricamente).

   Como siempre, cogerán la solución peor, y saldrán a venderla como la mejor. Y mientras, la competitividad llegando al núcleo NIFE del centro del planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario