Hay fraude en el IVA, pero el fraude no es nuestro sino del Estado.
Ya sé que Hacienda somos todos, como la Inquisición. Y que hay que pagar
impuestos. No soy un antisistema. Lo único que pido habitualmente –y últimamente
en exceso- es que si me roban lo hagan con clase.
Por eso me molesta, no por mí sino por Ustedes que viven en tierra, que
el Ministro de Hacienda español Don Cristóbal Montoro nos riña por el fraude en
el IVA y nos diga que debe subirlo por culpa nuestra ya que no lo pagamos. “Como
habéis sido malos no pagando el IVA, ahora Papá Pitufo os lo subirá”. Vamos, es
como cuando el cura echa el discurso a los que van a misa quejándose de los que
no van.
En realidad, todos sabemos que lo sube porque se lo han dicho en Europa,
y yo en parte me alegro, es una suerte que en algún lugar alguien sepa lo que debemos
hacer, y nos lo imponga, que si por nosotros fuera… Lo que hace mal Montoro es
hablar; no sé por qué dicen que el PP hace mal por no comunicar, si cuando más
lo estropea es cuando habla. Esta vez le ha tocado a Don Cristóbal, que tiene
la exasperante costumbre de querer sonreir mientras da las malas noticias y
acaba riéndose él sólo y en forma conejil, se ve que le dieron el manual equivocado
de oratoria.
Lo que no haré será llamar mentiroso al PP, me parece una crítica
absurda. Le llaman mentiroso porque después del 11-M y de la negación de la
crisis, parece que llamar “mentiroso” a un Gobierno es lo que más rédito da a
la oposición. Allá cada uno, todos sabemos por qué se suben los impuestos, y
quién tiene más porcentaje de culpa, y sabemos también que tomar una medida no
significa que a uno le entusiasme hacerlo ni que lo tuviera planeado. Así que
en esa crítica al gobierno no me encontrarán, ya tengo yo bastante con otras.
Respecto
al IVA, señor Montoro, cóbrenos Usted lo que nos deba cobrar, por las buenas o
por las malas, persiga a tanto defraudador de los grandes guantes blancos con
la misma saña que muestra contra los de uñas negras, pero no nos dé lecciones
de honestidad fiscal con el IVA, y le voy a dar algunas ideas al respecto que
sirven tanto para el PP como para el PSOE, y con los restantes que se callan
sobre lo siguiente:
El Estado, el Gran Leviatán, nos enchufó el IVA allá por el 1986 cuando
España se hizo por fin Europea (ése era el discurso de nuestros ignorantes felipistas de entonces, como si antes fuéramos australianos). Una de las
bellezas del impuesto era que nos equiparaba a la fiscalidad europea, y que un
1% del mismo servía para financiar el gran proyecto europeo (o sea, para becas Erasmus
y cafelitos en Estrasburgo). Se dijo –primer fraude- que en realidad era una
racionalización fiscal pues venía a sustituir a otros “impuestos caducos” españoles.
Lo cierto es que la equiparación fue algo parecido a lo que ocurrió con el
Euro, en el que de golpe nos equiparamos con un encarecimiento súbito de todo
al albur del redondeo (díganme qué hay de redondeo en subidas de un 160% como
todo lo que de valer 100 pesetas pasó a valer 1 euro, o de costar 5.000 pesetas
pasó a pagarse con billetes de 50 euros).
Pero permítanme arriesgarme conforme al título: el fraude del IVA
El fraude principal viene de 2 vías. La primera es que tenemos un buen número
de cosas importantes gravadas con IVA. Electricidad, agua, comunicaciones… Esas
cosas, antes apenas pagaban nada. Eran servicios públicos, y los prestaba
directamente el Estado a través de sus tan mal vistos funcionarios (que solían ser
unos señores con aspecto de Agustín González y Pepe Sacristán, con manguitos y
gafas). Esos señores cobraban la luz, el agua, y punto.
En esas condiciones, el Estado nunca habría podido cobrar el IVA por
consumos tan de primera necesidad y tan monopolizados por el Estado. Pero entonces
descubrió otro argumento fraudulento allá por los anglosajonizados años ochentas:
que la cosa pública no funcionaba tan bien como la privada, y que había que
introducir el modelo de gestión privada en la cosa pública. Eso sólo sirvió
para que funcionara todo igual de mal pero: 1) pudieran dar de comer a
nosécuántos notarios creando sociedades anónimas en lo que antes eran oficinas
funcionariales, 2) pudieran crear cientos de consejos de administración con
miles de consejeros ficticios para hacer lo mismo que antes hacía el Señor
Cifuentes (nombre al azar) o peor, y 3) poder utilizar el siguiente FRAUDE: al
ser empresas societarias, podían cobrar el IVA porque la ley del IVA dice que
sólo debe pagarse a profesionales o empresarios.
Díganme Ustedes si el Estado o una comunidad autónoma es empresaria o
profesional. La respuesta es “no”. Pero nada salvo la honradez impedía que
estos entes públicos constituyeran una empresa de ellos mismos con ellos mismos
para hacer lo mismo pero cobrándolo “a lo privado”, es decir, con IVA. Han de
saber que una sociedad anónima o limitada es considerada directamente como
mercantil, y que una sociedad mercantil por el mero hecho de serlo ya es
considerada como empresaria o profesional a efectos de IVA.
De un plumazo los entes públicos se inventaron cientos de entidades que
empezaron a hacer el mismo servicio de toda la vida, pero ahora emitiendo
factura y clavando un IVA que antes no era preciso. Maravilloso aumento de
impuestos ante nuestras narices.
La electricidad, con IVA. El agua,
con IVA. Las autopistas, con IVA, etc. Por supuesto, todas las revisiones periódicas, los
certificados, y tantas cosas que antes sólo pagaban un importe por la tasa o
precio público que fuera, pasaron a pagar ese mismo importe en forma de pago
por un servicio y además se incrementaba con IVA. Las autopistas tienen gracia:
las comunicaciones son un servicio público, y un monopolio, como tantos. El
Estado podía otorgarlas en concesión, pero en tal caso el concesionario debe
ponerse en el mismo lugar que el Estado, porque se trata de que preste el
servicio (ya que el Estado tiene dificultad para prestarlo) y no de que además se
enriquezca. Concesión significa cesión, y nadie cede más de lo que tiene (nemo
dat quod non habet). Por eso es inaudito que, por el mero hecho de una concesión,
se vea incrementado el coste con un concepto que no existía: el IVA. En lugar
de pagar al Estado 100 euros por el peaje, hay que pagar 116 (luego 118, y pasará a 121) porque el Estado
no quiere llevarlo él y prefiere dejárselo a una empresa concesionaria; o sea
que el Estado no se gasta un duro en arreglar la autopista pero cobra su
IVA más el IRPF o impuesto de sociedades a la concesionaria de autopistas que
también se debe llevar su beneficio para seguir siendo viable después de pagar
los arreglos de la autopista más todos los demás gastos; la consecuencia es que
somos el Tercer Estado quien paga todo eso y les engorda a todos ellos. ¿No es
eso un fraude?
Todos los conceptos que proceden más o menos de un monopolio y que
obedecen a servicios y productos en los que el Estado mantiene cierto control
tarifario y de infraestructura, nos están generando un IVA que en mi opinión es
totalmente injusto, ilegal e inconstitucional, pues dar el carácter de prestación
profesional a lo que es fruto de un monopolio es absurdo; ¿dónde está el valor
añadido del agua, o de la electricidad? ¿Es que la empresa pública ha cogido de
otro la electricidad y la ha mejorado para mí? ¿Cuál es la cadena de producción
y servicio en la que el Estado se pone al final para que yo sea el consumidor
último? El Estado está la principio y al final de la cadena porque, sencillamente,
no hay cadena, o la que hay es ficticia.
La segunda vía de FRAUDE es más sangrante. Miren un recibo de
electricidad, o uno de agua, y no sigo. Verán que les ponen un listado de
conceptos tales como consumo, alquiler de contador, etc., todo chapucillas para
aparentar control. Sí, muy bonito, pero entre los conceptos se intercala además
algún tipo de impuesto, como el “impuesto sobre electricidad”, o el “canon de
saneamiento”, o en otros sitios incluso meten la tasa de alcantarillado en el
recibo del agua… Y a la suma de todos esos conceptos la llaman “base imponible”
y le aplican el IVA. ¡¡O sea, que pagamos el IVA -que es un impuesto- sobre
otros impuestos!! Me parece tan pasmoso que algo debe fallar en mi razonamiento,
porque es de cárcel con Doctrina Parot.
Una cosa es que nos traguemos que
el consumo del agua que antes me cobraba el funcionario Cifuentes ahora me lo
cobre una empresa y me cobre además el IVA, pero que encima me suba el IVA
aplicándolo sobre conceptos que no tienen nada que ver con mi consumo sino con
otros impuestos que también estoy pagando, es una subida de impuestos por la vía
de mirando a Cuen, y una doble imposición como una casa de las de no tengo cash.
Yo creo que ya está bien, señor
Montoro. Luego se queja Usted de que la gente pregunta si en blanco o en negro,
pero es que Ustedes se ponen morados o morados a nuestra costa. Si no me
indigno en Sol Mayor es porque, además de tener que bajar a tierra, sé de sobra que
si no nos lo cogen por esa vía lo harán por otra, así que no me considere un ingenuo.
Lo único que le pido, repito, es que me robe Usted con clase.
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