jueves, 19 de abril de 2012

MARCHEMOS FRANCAMENTE Y YO EL PRIMERO POR LA SENDA DEL SENTIDO COMUN


   Su Majestad el Rey de España ha dicho públicamente “Lo siento mucho, me he equivocado, y no volverá a ocurrir”. Se refería al desafortunado escándalo provocado por acudir a una cacería en Botswana. 

   Aunque hay comentarios para todos los gustos e interpretaciones, entiendo que la mayoría de la población coincide en que lo desafortunado fue el haber dado, con su viaje, una imagen de distanciamiento respecto a la penosa situación actual de muchos españoles. 

  Hay ya quienes consideran insuficiente este gesto del monarca, y están en su derecho. Por mi parte, me parece magnífico el gesto del Rey, especialmente si comparamos esta conducta con la de la inmensa mayoría de responsables públicos y privados que cometen errores o directamente tropelías dolosas. Es verdad que a un rey se le puede exigir más porque no está sometido a votaciones, pero no crean que –en mi opinión- eso sea muy diferente de tantos políticos a los que veo empotrados en las listas desde pequeñitos y que ni con salfumán porque ya sus papás o abuelos les forjaron un nido antivoto casi tan hereditario como el de un Borbón, o que están adheridos al aparato sin que sus propias democracias internas sepan cómo librarse de ellos, o que mantienen atrapado al cotarro por miedo, por atavismo, por pago. Aquí purezas las mínimas. Pero sigamos.

   El discurso de once palabras de ayer me parece (díganme si exagero) la segunda intervención más importante del monarca en toda su carrera. La primera sería la del 23-F, hace 31 años. En el golpe de Estado, Don Juan Carlos salió por la tele a decir lo que la inmensa mayoría de españoles necesitaba oír. Ahora ha hecho lo mismo, y creo que así se recordará dentro de unos años cuando se hagan reportajes sobre su relevancia pública. 

   Habrá también quien crea que su gesto no sólo es insuficiente sino falso, condicionado, hipócrita... ya lo veremos en la siguiente ocasión, pero no hay por qué dudar de una sinceridad mientras no haya base para ello. Esas dudas me han recordado a aquella otra frase magnífica (por lo escénico y carpetovetónico) que profirió el abuelo del bisabuelo de nuestro Juan Carlos. Me refiero a Fernando VII cuando, tras el alzamiento de Riego en enero de 1820, se vio obligado en un Manifiesto de 10 de Marzo del mismo año a jurar la Constitución de Cádiz de 1812 que él mismo había abolido. El rey Fernando dijo en aquél manifiesto que “marchemos francamente y yo el primero por la senda constitucional”. No sé si alguien le creyó, pero lo cierto es que tardó unos dos años en demostrar que no era sincero. En los primeros dos años se comportó como lo que entendió que le pedían que fuera, un rey relativamente decorativo y complaciente. Riego no era su enemigo mortal pues convivieron durante el trienio liberal de forma más o menos tolerable, llegando Riego a desempeñar cargos de Capitán General de Galicia y Aragón y de Presidente de las Cortes. Tampoco era Riego republicano, pues como se vio lo único que pretendía era que el monarca dejara impregnarse al país de principios liberales, y ello a pesar de que el sector republicano se haya apropiado de la imagen y del mito de Riego y hasta de su himno (que en ningún momento alude a la República ni a la necesidad de derrocar a ningún rey).

   El Rey de España ha hecho una declaración que para muchos podrá ser equiparada a la de Fernando VII, pero yo sólo quiero recordar una cosa: Fernando VII hizo lo posible para alejar el liberalismo de España. Por el contrario, Juan Carlos I es quien ha pilotado este país para que disfrute de una democracia que al llegar él no existía (no quiero decir que haya sido él quien trajo la democracia porque sería despreciar a los millones de españoles que se dejaron la piel o algo más para conseguirlo). Fernando VII usó la corona contra los más demócratas; Juan Carlos se jugó la corona por los demócratas. 

   Esto no es un alegato en pro de la Monarquía (otro día lo haré, conste, por puro snobismo). Es una valoración y un mensaje para aquellos que nunca están contentos, para decirles que se alegren un poquito de que hoy las instituciones de España están un punto más sanas que anteayer.

3 comentarios:

  1. Precisamente por el asco que da la clase política española es por lo que, siendo teóricamente contraria a tener una institución como la monarquía, en la práctica prefiero tenerla. La española de toda la vida, claro. Profesional, discreta, eficiente, representativa... (o eso me parecía, igual nos tuvieron tan engañados como dicen). Si su matrimonio funciona o es pareja profesional solo, a mi me da igual.

    Pero si la monarquía va a ser otro nido de corrupciones y desfalcos, noticias escandalosas, gentes ricas disfrutando sus millones como les da la gana sin importar imagen y opinión pública... entonces deja de tener gracia. Y llevan una temporada... que lo que le faltaba, disfrutar regalos carísimos de gentes oscuras con quién sabe qué intereses, con sangre derramada por medio y todo, con amantes consortes oficiales,... Como para creerse luego lo de "me quita el sueño el paro de los jóvenes". Te quita el sueño la rubia, majestad. Y pensar dónde va a meter el próximo regalito, a lo mejor. Pero eficiencia si les exijo, que es su trabajo.

    Ya veremos si este "lo siento" significa cambios de verdad. Sino, mal futuro le auguro a Felipe y corona en general, porque si no se hacen sentir necesarios y representativos del país de verdad, no tienen justificación de ser.

    Yo, personalmente, me alegro del "lo siento". Más que si hubiera sido con discurso oficial precocinado. Pero me ha defraudado mucho ultimamente esta monarquía... y no siendo monárquica de fondo, corre el riesgo de que deje de parecerme que el gasto compensa. Creo que como yo hay muchos. Y otros muchos que ni siquiera se creen lo del 23F, menos lo del "lo siento".

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  2. Anda, lo de "eficiencia les pido" se me cambió de sitio, no sé cómo. Iba detrás de lo de que me da igual si son un feliz matrimonio o solo pareja laboral.

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    1. Masxus, haces un análisis y llegas a conclusiones que por mi parte suscribo, gracias por la extensión, y ya veremos qué pasa en el futuro inmediato. Besitos

      Zarafin.

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