Quédense con este nombre, WIKILEAKS, y con el de JULIAN ASSANGE, su creador. Casi nadie lo conocía hasta hace unos días, incluido yo, aunque pronto saldrán los enterados que lo frecuentaban de toda la vida y hablaban catalán con él en la intimidad.
Wikileaks (que significa wiki-fugas) está convirtiendo el Derecho ala Información en el Hecho de la Información. Desde su escondite virtual está poniendo en jaque a toda la (no)inteligencia mundial, levantando faldas y alfombras, colgando muñequitos de inocente en las espaldas de los jefazos y riéndose del mundo. Como corsario siento cierta admiración y envidia del piratilla Assange, el nuevo Pimpinela Escarlata que atraviesa fronteras para hacer justicia; el Robin Hood que roba a los ricos para hacer reir a los pobres; el Dioni de los papeles…
Dentro de poco harán una película sobre él, ya lo verán, Internet vende y eso vale para el del Facebook y para Meg Ryan. Cuando al jefe del Pentágono le dicen ahora “tienes un e-mail” se pone a temblar, y casi echará de menos a Bin Laden, otro que tampoco saca ya sino la vocecilla trucada, como Assange.
Los piratas de la red son como los del mar, y ambos navegan de noche, sin márgenes que respetar. El pueblo sin dientes ríe como en una película de Buñuel, sin sospechar que quizá ese rompepuertas puede ser otro señuelo dela CIA creado para soltar la tinta de calamar que con la boca grande no puede, o ser un producto del marketing que mañana aparezca anunciando desodorantes, o quizá ni existe y es otra pifia de Aznar. Veremos lo que dura; el oficial Christian de la Bounty también quiso descansar después de su motín, a ver lo que hace Assange porque -salvo el Viejo de la Montaña y alguno más- son pocos los outsiders que aguantan en la cueva de Alamut, al final el narcisismo le hará cometer un error, lo convertirán en guión y luego en serie, hasta pasarlo a comic, águila roja y cromos, empieza el espectáculo, que llamen a James Bond.
Espero que no le pillen tan pronto y nos divierta por un rato, parece que existe desde 2006. Lo que no sé es lo que le harán cuando lo agarren. A William Prynne, enla Inglaterra de 1632, le cortaron las orejas por publicar libelos sediciosos, y al reincidir en 1637 le cortaron el muñón que le quedaba de orejas y le grabaron a fuego en la mejillas las iniciales S.L. (que no significaba Sociedad Limitada sino Seditious Libeller). Será una buena ocasión para ver si hemos avanzado algo, no sé no sé...
Wikileaks (que significa wiki-fugas) está convirtiendo el Derecho a
Dentro de poco harán una película sobre él, ya lo verán, Internet vende y eso vale para el del Facebook y para Meg Ryan. Cuando al jefe del Pentágono le dicen ahora “tienes un e-mail” se pone a temblar, y casi echará de menos a Bin Laden, otro que tampoco saca ya sino la vocecilla trucada, como Assange.
Los piratas de la red son como los del mar, y ambos navegan de noche, sin márgenes que respetar. El pueblo sin dientes ríe como en una película de Buñuel, sin sospechar que quizá ese rompepuertas puede ser otro señuelo de
Espero que no le pillen tan pronto y nos divierta por un rato, parece que existe desde 2006. Lo que no sé es lo que le harán cuando lo agarren. A William Prynne, en
La película ya existe: "Wikileaks, la película - The social leak"
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=zzCprVzmbRg
Qué bueno! gracias!!
ResponderEliminarHay que tener un punto importante de locura para hacer eso. Es hombre muerto.
ResponderEliminarAunque en realidad, lo que están publicando son los cotilleos, cotilleos que dañan seriamente la imagen de USA al ponerlos en una situación muy incómoda. Es curioso, porque vivimos en la época del cotilleo, de los programas de corazón y esto se ha convertido un poco en eso. Le Monde Diplomatique se ha convertido en Le Cuore Diplomatique. A los diplomáticos les va a afectar mucho y si ya tenían antes los teléfonos pinchados -es práctica común- ahora van a vivir en una constante paranoia.
No tengo ni idea de qué va todo este montaje, pero no envidio a Assange, es posible que bajo su imagen de altruista informador haya otros asuntos. Por otra parte, prefiero el denostado imperio de USA -con todos sus defectos, bueno, todos no, algunas cosas de torturas y muertes que ya se sabían no-, que la alternativa de los enemigos de USA.
Escuché decir a alguien que esto es como el caso Dreyfuss de nuestros tiempos, pero creo que hay que salvar las distancias con Zola.
Cicero