domingo, 7 de noviembre de 2010

EL VIAJE Y EL VIRAJE PAPAL



El Papa ha venido a España y ya se ha ido. Como en el reciente viaje a Inglaterra, se anunciaban tormentas y los carros de Ramsés II se apostaban al borde del Mar Rojo, los caballos de Atila babeaban caliente y la fumata más que blanca se ponía morada.

Al final, tanto aquí como en Albión, y como en tantos sitios, el Papa llega y se va sin que ocurra nada, algo así como cuando el Correcaminos pasaba mientras el Coyote aún seguía preparando su TNT marca ACME y se quedaba con cara de tonto cuando le explotaba sólo a él.

Es muy posible que eso sea lo que ocurra también en la realidad. Los supuestos intelectuales del “ácido crítico” pueden empezar a buscar otro enemigo para proyectar su angustia, poque la Iglesia desde hace tiempo les lleva la delantera. En el Vaticano podrán quedarse en cuadro, pero desde hace años están rectificando, pidiendo perdón por cosas, y mostrando una capacidad de adaptación mucho mayor que la de sus exquisitos detractores, que parecen anclados muchas veces en consignas que ya en el 68 se cayeron al Sena, y que aparte de con la Iglesia no saben ser exigentes con nadie más. Una vez rectificado lo de Galileo, lo de la pederastia, y tantas otras cosas, algunos se van a quedar sin saber qué achacar. Por supuesto, subsisten temas más que espinosos y esenciales, pero la Iglesia debe tener el mismo derecho a sostener su posición como los demás, y a ocupar de vez en cuando la calle igual que lo hacen los celebrantes del Madrid-Barça, las ovejas que cruzan la Castellana o los autobuses del orgullo gay.

La Católica España es un semillero de grandes anticlericales. Esos tipos simpáticos, barojianos, galdosianos… a veces valleinclanescos (aunque de éstos los hay que por exceso y narcisimo regresan a la sacristía). No molestan los anti-todo, siempre que al menos tengan gracia y a ser posible cultura.

Los últimos dos Papas, además de viajes, están haciendo virajes. A algunos les parecerán insuficientes, pero mirado desde dentro no lo son. Me contentaría con que todos los partidos políticos, sindicatos, asociaciones, movimientos culturales y sociales, se sometieran a la mitad de autoexamen y virajes que viene haciendo la Iglesia; y que sus miembros hicieran un viaje de vez en cuando, que siempre ayuda.


8 comentarios:

  1. Me ha encantado. Cómo lo has escrito y lo que has escrito. Felicidades, sigue así

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  2. La Iglesia ha rectificado porque no ha tenido más remedio que hacerlo debido a la evolución de la sociedad y a los escándalos que, por desgracia, ha habido en su seno. No es que estos virajes sean voluntarios, es que los necesita para sobrevivir. Negar a Galileo a estas alturas sería profundamente estúpido y un escándalo como el de la pederastia en una institución que se basa en la moralidad es algo gravísimo, creo que se hace necesario en este caso pedir perdón. La Iglesia está en horas bajas y no tiene el poder que tuvo.

    Pero, aún teniendo en cuenta que la Iglesia comete y ha cometido grandes errores es parte de nuestra cultura y negarla de esa forma tan visceral es un error. Son siglos de templos, de música, de historia que han hecho que las cosas en este viejo mundo sean tal y como son hoy. Incluso los movimientos de izquierdas tienen una gran influencia del cristianismo -nuestra base cultural- y curiosamente, reaccionan igual, culpabilizando en lugar de comprendiendo. Claro, no se pueden quitar dos mil años de historia de un plumazo.

    Al margen de creer o no, que es un asunto de fe muy personal, creo que la Iglesia es importante por ser un referente cultural. Todas las culturas tienen sus creencias, sus religiones y curiosamente a ellos sí se las respetamos, cuando a veces esas creencias (en realidad son irracionales todas las religiones, no sólo la nuestra) conducen a atrocidades mientras rechazamos la base de nuestra cultura. Y eso nos pasará factura con la desculturización, ese limbo amorfo.

    Curiosamente, en países lejanos a veces a los viajeros la gente local les pregunta si son católicos o protestantes (o de origen, aunque no sean practicantes). Para ellos es importante porque hay una diferencia cultural evidente, esos matices que nosotros no percibimos, inmersos como vivimos en sociedades que pretenden no tener anclas en el pasado. Pero las tenemos.

    El artículo está bien y estoy de acuerdo en parte, aunque con matices. De todas formas, es interesante leerlo.

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  3. Hola, me gusto la simpatia y la finura del articulo, aunque pienso que el viaje tendra unas repercusiones a largo plazo que ahora no vemos, es cierto que los anticlericales tienen que formarse y adoptar otras posturas pero también los católicos tenemos que formarnos y estar inmersos en la cultura de hoy.

    de todas formas sin dejar de ser un sugerente analisis , este tema da para mucho hablar siempre que aprendamos a dialogar las diferentes posturas, lo que hecho de menos es que no hayas recogido la defensa en el mensaje en la acción del Papa y más aun del cristianismo por la persona humana desde el primer momento de su nacimiento hasta el final, su dignidad inalterable en todo momento algo que subrayo Benedicto XVI en este viaje y siempre.

    un saludo.

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  4. Hola a los comentaristas y gracias por intervenir

    A Cícero: prácticamente puedo suscribir todo lo que dices y hacerlo mío; como sé que el tema admite matices para treinta folios sólo de índice, me he contentado con manifestar mi pequeña protesta contra la crítica fácil que se hace a la Iglesia muchas veces y que ya resulta un poco cansina cuando se pretende hacer una Historia de buenísimos y malísimos. Es una pena que no podamos tener una tertulia en condiciones y comentar todo esto tomando una buena chocolatada.

    a Anónimo: también coincido contigo, ojalá todos hiciéramos el autoanálisis ese que dices, y fuéramos exigente con nostros mismos antes de serlo con los demás. Sobre lo que echas en falta, sinceramente te digo que no pretendía hacer una crónica de todo lo que ha dicho el Papa porque para eso ya está la prensa y lo hacen mejor que yo; si te refieres a que emita un juicio sobre el tema que indicas, puedo decir aquí sin ningún problema que creo que una de las aportaciones principales de la Iglesia a la Historia es el haber puesto la dignidad humana y el amor como elementos esenciales (a partir del Nuevo Testamento), y eso muy pocas religiones o ideologías lo tienen. Yo estoy además en contra del aborto como principio general, si también te refieres a eso, pero no quería convertir esto en un debate sobre ello (ni sobre ninguno de los otros puntos a que se ha referido el Papa,: la familia, el laicismo, la mujer, etc.), aunque tampoco me parece mal que lo aludas y que quien quiera lo comente o discuta, incluso yo.
    Un saludo a todos

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  5. Con lo de los matices me refería a que el esfuerzo que hace la Iglesia tiene más que ver con los escándalos y con su pérdida de poder que con la voluntad de hacer cambios profundos. En lo esencial no ha cambiado gran cosa, sigue estando contra el aborto, a favor de la familia tradicional, los curas son célibes etc.

    De todas formas, estoy de acuerdo en que hay un crítica demasiado fácil a la Iglesia. En los años posteriores a la dictadura puedo entender esa animadversión -una catarsis frente a lo que pudo significar una atmósfera demasiado pesada en cuanto a imposiciones religiosas-, pero ahora se trata más bien de hacer leña del árbol caído. Si la Iglesia no tiene poder ni interfiere en nuestras vidas no veo razón para concederle tanta importancia como para estar todo el día criticándola de una forma insultante muchas veces. Y de hecho, en esa crítica visceral, sin pensar, en esa crítica narcisista que tiene más que ver con el "qué guays soy, que rechazo a la Iglesia", se pierden los beneficios que pudiéramos sacar de la Iglesia en el sentido de raíces culturales.
    Porque podemos no estar de acuerdo con los dogmas, no ser creyentes y no hacer caso de los que dicta la Iglesia (yo no soy creyente, de hecho, y no estoy de acuerdo con la Iglesia en la mayoría de las cosas, debido, principalmente a que me influye mucho más la ciencia que cualquier otra cosa), pero son nuestras raíces y no en vano una gran civilización como la nuestra tiene una enorme influencia de ella. De hecho, la izquierda que tanto la rechaza tiene un comportamiento curiosamente parecido cuando se empeña en culpabilizar todo el rato -de tener que demostrar la bondad en competiciones por ver quién es más solidario y sacrificado- y en establecer una especie de "pecado original" por el el hecho de ser occidental (que menuda desgracia, ser occidental, como si fuéramos diablos cornudos por haber nacido aquí y no en otra parte).

    En fin, como dices, se puede hablar largo y tendido sobre el tema, aunque no creo que estuviéramos de acuerdo en todo porque creo que yo hablo desde la perspectiva "no creyente" y he llegado a esas conclusiones por derroteros relacionados con la antropología.

    Tengo costumbre de participar en debates en foros y blogs, por lo que para mí el medio escrito es cómodo. Una tertulia con chocolatada me parece original -creo que normalemnte son con café o té o cerveza- aunque ¿No es un poco pringosa? :P

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  6. Bueno, Cicero, a la tertulia virtual que cada uno se lleve lo que quiera y será mejor.

    Me cuesta encontrar lo que nos diferencia y tampoco quiero exagerarlo para justificar una discrepancia.

    No obstante, es cierto que en algo no coincidimos: yo sí soy creyente, de aquella manera, pero eso para mí no significa dejar de ver claras algunas cosas y tener mi propio criterio para pensar que hay cosas que no se sostienen, como en todas partes. La Iglesia es una creación humana y como tal puede tener todos los defectos de los hombres, qué vamos a decir que no sepamos.
    En lo que no estoy de acuerdo es en que la Iglesia sólo cambie a bastonazos. Muchos de los cambios a mejor que ha tenido la humanidad también han sido por la labor de la Iglesia (Iglesia en pequeño, la de los seres humanos, y muchas veces también la de la jerarquía), cuando el resto de la Humanidad era mucho más bárbara y dura. El día que se estudien las cosas desapasionadamente, se verá que el modelo de la Iglesia para ciertas cosas era mucho mejor que el de los Estados o Reinos (por ejemplo, la Inquisición sería mala, pero para su época era un sistema procesal mucho más benévolo que cualquier otro de los reyes; la colonización sería mala, pero era mucho mejor que toda la restante que hacían los civiles y es una pena que no les dejaran continuar; muchas de las aportaciones del derecho internacional, derecho de gentes, derechos humanos, etc., ha venido por estudios de los religiosos, teólogos; los modelos agrícolas y de propiedad fueron mucho más "sociales" mientras duraron que los que luego introdujo "el progreso" de la burguesía y el capital; la paz religiosa en ciertos días, caminos, lugares, iglesias, etc., fue una salvaguarda en tiempos de guerras totales y crueles y era a veces la única esperanza de las gentes frente a las tiranías de los más fuertes...en fin, no quiero ponerme pesado, pero creo que además de la tradición, la cultura, la identidad y todo lo que tú aprecias y en lo que coincido, existe también una labor interna que en muchísimas ocasiones ha sido diez veces mejor que la de los supuestos críticos, aunque todo eso reconozco que es una opinión personal y no pretendo convencer a nadie ni me van a pagar un duro en la Nunciatura)
    Al mismo tiempo, han sido cientos de miles los cristianos que también han ido pidiendo ciertos cambios desde abajo, y de hecho las escisiones protestantes y otras semejantes se han producido por buscar mayor pureza, depurar cosas, humanizar... ASí que ha habido también muchísimos movimientos internos que han ido exigiendo a la Iglesia que fuera cambiando, no sólo las presiones jacobinas o los palos de los adversarios.
    Y por último, no todo cambio tiene por qué ser siempre un progreso, y por eso no se puede decir que la Iglesia se queda atrás por no aceptar ciertas cosas; en tiempos de Hitler y Stalin parecía que el progreso era entregar todo al "EStado eficaz", en Italia de Mussolini se acuñó el "Futurismo" como lo más fashion y menos mal que algunos se quisieron quedar anticuados siendo demócratas.

    En fin, no quiero exagerar más nuestras diferencias porque no dan para tanto, casi seguro que si tú estuvieras diciendo lo que yo, empezaría yo a decir lo que tú. ;P

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  7. Creo que tienes razón en lo de la gestión de la Iglesia y el progreso que también se debe a ella. No conozco en profundidad cómo funcionaban los sistemas a los que aludes -me suenan-, pero sí recuerdo el papel fundamental que tuvo en la Edad Media para la conservación de la cultura y el hecho de que se ocupara de la gente más pobre con al creación de hospicios, hospitales, beguinajes, labor que sigue haciendo hoy en día.

    No me resulta pesado, sino interesante porque me hace pensar y recordar asuntos que estudié en su día pero por los que pasé de una forma superficial. Nuestra época de "sabihondos suficientes" -me refiero que es una época donde pareciera que la humanidad ya lo sabe todo, aunque no es así- tiene también sus prejuicios y resulta tan difícil como a otras épocas revisar la historia de una forma objetiva, sobre todo, si esto va en contra de la propia ideología. La ideología ha sutituído a la fe y se tienen dogmas de ideología, antes se rezaba y ahora se repiten consignas como si se rezara el rosario. Creo que es una cuestión de supervivencia, la gente necesita creer en algo.

    De todas formas, con esto no quiero decir que yo no tenga mis propios prejucios, por supuesto que los tengo, no me libro de ellos y mis opiniones, aunque intento que sean objstivas, tambien tienen una parte de subjetividad que tiene que ver con lo que he vivido, leído, y mis observaciones particulares.

    También estoy de acuerdo en que hay cambios que no necesariamente son para bien y también creo que no se le puede pedir a la Iglesia que no sea la Iglesia en el sentido de que más o menos piden que la Iglesia sea una institución de ideología progresista, lo cual, evidentemente, no sería la Iglesia.

    Pero, aunque parezca que mis opiniones son más cercanas a la derecha en realidad me influye más la izquierda - puede parecer una contradicción, sí, lo reconozco, aunque bien explicado, lástima que no tenga tiempo ahora, quizás sea más comprensible -, lo que ocurre es que no me gusta esta izquierda. Creo que se ha desvirtuado por completo la izquierda. Ya no es la izquierda que surgió debido a unas desigualdades sociales muy profundas sino otra cosa. Y un problema fundamental que le veo a la izquierda es que se entretiene en chorradas, en consignas gritonas, y estudia muy poco al ser humano, se basa en lo que el ser humano debería ser y no en lo que realmente es. La izquierda condena y grita, pero no comprende.

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