Hasta ayer el mundo hablaba de la SPANISH REVOLUTION , pero desde hoy tiene que hablar de la SPANISH RESOLUTION , una vez visto el zarpazo de las elecciones municipales.
Cuando la Spanish Revolution la estaban haciendo unos 8.000, decía Zapatero que eran pacíficos, dignos de respeto y que había que escucharles; claro, que era cuando estaban con el orinal en la puerta de Gallardón. Ahora han sido 8.000.000, creo que pacíficos también, pero parece que ZP no los considera tan dignos de respeto o que no hay que escucharles tanto, porque según muestra no se da por aludido, todo ha sido por la crisis, Aznar y las Azores, los malos de los bancos y el odioso Kapital, y España le necesita más que nunca.
Por si alguien aún no sabe de lo que hablo, el Partido Socialista ha perdido todas las regiones de España, aunque en una (Extremadura) podrá gobernar por un voto con ayuda de otro partido de izquierdas. Ha perdido también todas las capitales de provincia de España, menos Cuenca (que es única, como dicen su pegatina y su belleza) y alguna otra como Toledo, si no estoy mal informado. Me imagino al alcalde socialista de ésta última escondido en el Alcázar esperando que capee el temporal… yo que él sacaría la calavera de Sisenando y restauraría el Reino visigodo de Toledo que abarcaba toda la península y parte de la Galia , qué problema hay en perder Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Coruña, Zaragoza, y tantas otras si nos quedan Toletum y la Mesa de Salomón.
Lo del Alcázar de Toledo me recuerda también a otros episodios mucho más tristes, de nuestro primer tercio del siglo XX. Y eso me lleva a su vez a recordar aquellas elecciones municipales de 1931, que trajeron la República. Hay muchos que llaman a aquello “la legalidad vigente”, cuando la propia venida de la Segunda República fue ilegal, pues las elecciones de 1931 no eran de un referéndum sobre la forma de Gobierno, ni sobre la forma de Estado pero obligaron al Rey Alfonso XIII a exiliarse a Italia. Ya van apareciendo los estudios que revelan las deficiencias y pucherazos de aquellos comicios (si quieren Ustedes hablamos de Política, y si quieren Ustedes hablamos de Historia). Pero una cosa sí es innegable: la convocatoria movilizó al sector más dinámico de España, el que lo tenía más claro, el más resuelto, que es el que tomó la iniciativa y se llevó la urna al agua del poder, barriendo un sistema que se había quedado sin apoyos –ni tan siquiera el de la burguesía ni el del ejército-. Hoy, 80 años más tarde, una masa abrumadora ha barrido a un sistema que se está quedando igual de escuálido de apoyo y que a pesar de todo mueve la cabeza, como el cadáver amarrado al timón del barco del Drácula de Bram Stocker.
España ha mostrado una resolución que será buena o mala pero que revela que un país entero se ha hartado de su presidente; yo espero que los mercados ésos tan listos lo vean como un signo de que aún tenemos capacidad de reacción y nos premie. Y espero que el presidente atienda a estos 8.000.000 igual que ha sonreido monjilmente a los 8.000 de Sol. Y que haga algo, o que deje hacer. Por mí, podía tomar nota de lo ocurrido en las municipales del 31, convocarnos elecciones y marcharse a su casita.
Parece que la revolución de los perroflautas fue mucho ruido y pocas nueces. No sé bien como interpretarlo, se me ocurren muchas ideas, pero posiblemente ninguna acertada. Es posible que la gente sea mucho más pragmática de lo que podemos suponer... Es posible que la gente, así en general, sueñe poco y se agarre a lo que haya, aunque sea imperfecto. Es posible que se necesite de una ideología sólida, auqnue equivocada, antes que de buenos propósitos sin raíces.
ResponderEliminarPero, por lo leído estos días pienso que esta aplastante victoria del PP y la poca consistencia en los resultados de la revolución perroflauta, con vistas a las elecciones generales beneficia a los socialistas. Porque mucha gente que votó nulo o en blanco siguiendo la revolución está asustada ahora ante la llegada de la derecha, por lo que la próxima vez optarán por el voto útil.
Cicero
A toro pasado, parece que no ha influido mucho, o que ha influido en varias direcciones que se han contrarestado. Me hace gracia lo de os perroflautas, pobrecillos.
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