España está perdida. Ya lo estaba con ZP, a pesar del discurso brillante –mentiroso pero adulto- del portavoz del PSOE, el sanado Alonso. Ahora lo está también por Rajoy, que una vez más ha perdido la ocasión de hacerme feliz. Estoy hablando del Debate sobre el Estado de la Nación (española). Quien quiera algo sesudo busque hoy en otra parte, porque sólo me queda neurona para el dolor y la risa.
Habíamos llegado hasta aquí ya sin Estado y sin Nación, pero al menos con Debate, la oposición afilaba sus micrófonos y el poder repasaba el play-back de aplausos y la puesta “de pies” a ritmos cronometrados, como si un regidor de telebasura les diera la señal de alzarse, tan vulgar como siempre. No, más vulgar. El Presidente de corcho –lleno de aire y sin peso, pero insumergible y tentetieso, sólo útil como tapón- ya tenía asumido su papel, y ahora llegaba la batalla de la imagen. ZP con pelo corto, ceja suavizada o canosa de María Antonieta, que ya no lo sé, las ministras con colores suaves y Gandalf Rubalcaba perdonando como si ya fuera Tiberio. Bono repartiendo los gorros de Griffindorf. Quedaba ver a Rajoy.
Y entonces me sale el líder de la Oposición, a hacer la Proposición. Medio planeta, incluida Pajín, pendiente de qué va a decir, aunque todos ya sabemos que lo importante no es el qué sino el cómo, y más aún, la foto para la prensa muda... En las elecciones anteriores sacó esa cosa de la Niña que me dejó hipnotizado ante la tele, como se quedan los del Tú sí que vales cuando sale un esperpento de ésos impagables. ¿Qué haría esta vez?
Pues va y me saca la libretilla de sus propuestas. ¡Una libretilla! Vamos, llámenlo panfletillo, fancín, lo esgrime como quien ha descubierto la sopa de ajo, lo exhibe como el Profesor Franz de Copenhague mostraba sus plantillas en el TBO... ¿Qué es eso, Mariano? ¿Ese colgajo de cuatro folios es tu propuesta para sacar a España de la crisis? ¿O son las notas escolares de tu Niña? Me saca un dossier de Domine Cabra que es más escuálido que las instrucciones de un patinete, con anillitas que sobresalen del papel y un papel que por la pinta incluye plástico portada contraportada índice reíndice resumen y gráficas o sea de texto cero, dos palabrejas a triple espacio negro sobre blanco y nada de gris materia. ¡Mariano!
De verdad, no sé quien le prepara a este hombre los discursos. El texto no estaba mal y ha ido a lo seguro, limitándose a copiar a Cicerón en las Catilinarias con el “Hasta cuándo...”, que ya es repetido pero ya se sabe que a la derecha le gusta repetirse por lo de conservar; Rajoy suele estar holgado en el Parlamento, demostrando que es un buen opositor (me refiero a Registrador). Pero como imagen, si alguien le ha dicho que muestre el texto de sus propuestas para que el pueblo retenga un icono, se ha olvidado de decirle que es mejor no sacar nada a sacar ese engendro, manual de Huevo Kinder, más huérfano que el currículum de un becario, más ridículo que un buen jurista en el Constitucional y menos tranquilizador que Otegui en Disneylandia...
Ya sabemos que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Pero tan breves no pueden ser las ideas de Rajoy para recuperar el Imperio, y a veces hay que sacar un buen tocho de folios para impresionar. ¿O es que no impresionaba antaño la llegada a las Cortes de la furgona de los Presupuestos del Estado, con cinco ordenanzas para sacar a peso los fardos de papel, con su cordelillo amoroso aún atado y los fotógrafos haciendo cola? ¿No era mejor eso que ahora que llega la ministra y saca con dos deditos un penn-drive de su bolsito de Hermes? Barata escenificación actual.
Perdonen esta disgresión, sé que quien la lea esperaba algo sobre el fondo del asunto. Pero es que el fondo es lo que ya conocemos, es donde estamos y de donde no saldremos en mucho tiempo, viendo a quiénes tenemos a uno y otro lado. Por eso me permitirán que me ría viendo cómo el supuesto salvador sabe moverse en el estrado, y cómo su equipo de asesores le sigue ayudando a ganar, tan a su pesar. Ah, y que nadie lea esto como un apoyo a Zapatero, o le retaré en el Cabo de Hornos.