miércoles, 31 de agosto de 2011

A JORDI SEVILLA SOBRE LA REFORMA CONSTITUCIONAL (O DE LA MUY TRISTE HISTORIA DEL BARON DE PICAFLEUR)


 Jordi Sevilla tiene un blog. Como debe aburrirse asesorando a los privados de Price WaterhouseCoopers, escribe en internet sobre economía que es de lo que sabe. Y ahora ha opinado sobre la crisis y la reforma constitucional.

Yo creo que Jordi Sevilla quiere volver. Ahora que Salgado, Bono, Sebastián, ¿Chaves? dicen que huyen, Sevilla quiere su Silla, otra vez, y hace guiños a Rubalcaba escribiendo sobre políticos honrados, sentido común, reforma constitucional innecesaria...

Ha escrito 10 puntos en los que nos da lecciones de cómo amar a nuestros políticos. Yo les pongo un extracto en negrita cursiva, y añado a cada uno mi glosa satírico pastoril.


El Presidente Zapatero se despide con una reforma constitucional. 
... la estabilidad presupuestaria, ... a rango constitucional, no es una cesión a los mercados financieros, sino una cesión al peligroso populismo “anti políticos democráticos
. 1. Por empezar por el principio: los abultados déficits que lucen hoy las cuentas públicas de algunos países, entre otros España, no son consecuencia de políticos manirrotos, sino de la mayor crisis económica del último siglo causada, por cierto, por un exceso de endeudamiento privado...
 
   Ya empezamos con lo de crisis internacional y que la deuda grave es la privada... Frente a un grave problema, incluso de origen exterior, se puede reaccionar bien o mal, o incluso –como en España- tardar dos años en siquiera reconocer la existencia del problema. Ya he dicho en algún lado que cuando alguien ve un incendio, aun provocado por otros, puede intentar apagarlo con agua o con gasolina, y los resultados varían. 

En cuanto al endeudamiento privado, resulta sangrante que un antiguo Ministro de Administraciones Públicas hable de endeudamiento privado, cuando éste nunca hubiera sido un problema si las múltiples administraciones públicas hubieran pagado sus deudas con docenas de miles de empresas y autónomos, a quienes literalmente han dejado de pagar para hacer sus fiestas primero, y para resolver su déficit después.  Ustedes tienen la ley en la mano para quitarme a mí mi dinero y pagar con él las deudas de Ustedes, y encima me llaman tonto a mí. El impago público ha arruinado a miles y miles de personas, que son la que antes pidieron sus préstamos confiados en que “la Administración siempre paga”. Muchos préstamos eran para adquirir los equipos materiales y humanos con los que prestaron su servicio a un Ayuntamiento, por poner un ejemplo, esperando resarcirse al poco; prestaron su servicio pero a la hora de cobrar les dijeron que “había crisis pero que gracias por adelantar el dinero”, y aún seguimos, sin siquiera firmar un reconocimiento de deuda, y si no que les pregunten a las farmacias de toda España, por poner otro ejemplo. Las cifras de empresas arruinadas, cierres, parados derivados de proveedores del sector público es escalofriante. Cada empresa de ésas ha tenido que despedir a un buen puñado de trabajadores que también se habían metido en un préstamo, y la ruina sigue en cascada, señor ex-ministro y actual asesor de Price Waterhouse Coopers.

2....  Para eso están, también, los Estados. Para contrarrestar el ciclo económico e intervenir cuando la actividad privada se paraliza por el efecto incertidumbre asociado a toda crisis importante. Sin las medidas de apoyos públicos a la demanda agregada aprobadas y llevadas a cabo por el G-20, la crisis hubiera sido mucho peor ...

Una cosa son la medidas que hayan tomado los demás, y otra las que haya tomado o –mejor- no tomado el gobierno de España. Y si por medida entiende usted los miles de millones del Plan-E  (13.000.000.000 €, creo), para apoyar la demanda, imagino que sabe Usted que mucho de ese dinero ha ido a parar a proyectos absurdos, improvisados, mal dirigidos y peor distribuidos, adjudicados (una vez más) a los “conocidos” que seguramente no los necesitaban salvo para la Comunión del hijo, en lugar de haberlo destinado a pagar a los proveedores y acreedores ya entrampados y con ello se hubieran salvado decenas de miles de empresas y de puestos de trabajo que ya estaban en rodaje y que ahora resulta imposible recuperar.

Por cierto, las medidas anticrisis no las han tomado Ustedes de forma voluntaria, salvo alguna como la de las bombillitas y la de las señales de 110; le recuerdo aquél mes de ¿Mayo? de 2010, en que ZP se puso lívido después de hablar con la Merkel y empezó a (decir que) (se iba a plantear) (empezar a estudiar la posibilidad de) hacer reformas.  Después ha tenido la presión de sus propios barones, que empezaban a temerse con las encuestas en la mano una debacle electoral por inútiles. Y las de ahora, lo mismo; ha hecho lo que le están obligando a hacer, después de soportar el bochorno de que el Banco Central Europeo esté saliendo una y otra vez a comprar nuestra deuda que nadie más quiere, hasta el punto de que el 18 de Agosto la Sra. Salgado ya no quiso ni sacarla a subasta (bonos). Es decir, que si no es por la Merkel, por la protesta interna y por el Banco Europeo, el Señor ZP seguiría pensando en qué hacer con la Cruz de los Caídos y la Señora Salgado seguiría con la lupa por el jardín de Moncloa buscando brotes verdes, así que no me diga que los gobiernos reaccionan siempre porque no es verdad.

3. Desde el momento culminante de la crisis hasta ahora, los déficits públicos se han reducido en España de manera significativa y, a partir de mayo de 2010, mediante la aplicación de durísimas medidas de recorte en políticas sociales clave, como las pensiones. Ese simple hecho desmiente la idea de que “los políticos” son todos unos irresponsables, de los que no podemos fiarnos (no sabemos quien).

No lo desmiente, lo confirma. Se han reducido los déficits, sí, pero a costa de recortar pagos al sector privado, drenarles la liquidez, subirnos los impuestos, la gasolina, la electricidad, el IVA, los anticipos de IS, así como de no bajar los impuestos que dependen del valores de referencia como el catastral (caso del IBI o las tasas de basuras, que deberían bajar por una bajada gigantesca del valor de mercado, ya que también suben por ley para adaptarse al mercado), etc., El Estado ha bajado su déficit dejando de pagar a todo el mundo tras haberse metido en un compromiso de gasto irracional de los años 2007-2009 mal presupuestado y peor intencionado para premiar a muchos la victoria de las elecciones del 2004 y asegurar la nueva victoria del 2008. Para ello, primero, derogando expresamente en 2007 una Ley de Estabilidad Presupuestaria del 2001 de Aznar. Por supuesto que considero irresponsables a unos políticos que no tuvieron reparos en falsear la realidad para aprobar unos presupuestos que soñaban con unos cobros por impuestos que ya nunca se iban a percibir, y que gracias a esas cifras podían justificar seguir pagando premios a las autonomías fieles, los grupos adeptos, los votantes favoritos, y todas las dádivas a que la demagogia electoral obliga para asegurar sus escaños, incluyendo la previsión de que los Ayuntamientos y las Autonomías percibirían unos ingresos por participación en los del Estado que nunca llegarían. Con sus previsiones falseadas ataron de pies y manos al Banco de España para que no tomara cartas en el asunto, de forma que dejó durante unos dos años conceder miles de préstamos privados que se sabía iban a generar la ruina de muchas familias, desahucios, costes añadidos insuperables... Considero irresponsables a unos políticos que gobernaban con la encuesta en una mano y el teléfono de los sindicatos en la otra, y que eran incapaces de hacer nada que les hiciera perder un voto aunque eso supusiera miles de parados diarios, negándose a hacer unas reformas que aún hoy se siguen esperando y que cuando mueven una coma del BOE hacia la derecha les provoca sarpullidos porque eso es “traicionar la ideología”. Y puedo seguir mucho rato, por no empezar con Autonomías y Municipios, que también han tenido sus elecciones, sus alfombras y sus miles y miles de nuevos contratados y asesores que no han bajado en número y que no conocen la palabra crisis.

4. Todos los gobiernos adoptan medidas de gasto público, por cierto, refrendadas siempre por sus parlamentos, que son  discutibles...

   Es una trampa muy hábil decir que hacer gasto público es necesario y general. Usted quiere que los que criticamos a los políticos seamos convertidos en enemigos del bienestar, en agresores de los más necesitados... pero eso es demagogia. Yo no estoy en contra del “gasto público”, sino del “gasto de los hombres públicos”. El gasto público es maravilloso cuando se aplica bien, y nos enriquece a todos. Pero no cuando beneficia sólo a unos, a los mismos siempre, que suelen ser además los menos preparados, los más amigos y los trepas.

5. Dicho todo eso,  queda mucho recorrido por hacer para conseguir un gasto público austero y eficiente. Como queda mucho camino por recorrer para conseguir unos ingresos públicos equitativos y progresivos.

   Aquí quiere Usted desviar la atención, dando a entender que quizá el problema no está en cómo se gasta, sino en que aún hay mucho por recaudar. Por supuesto, gran imaginación la suya; la mejor defensa es un buen ataque.

6. ¿A quien le pica ahí? A quienes vienen proponiendo desde hace décadas, constitucionalizar la prohibición del déficit público o limitarlo severamente: a quienes desconfían de los políticos, del Estado como agente redistribuidor de renta y de la misma democracia.  ...los déficits público han sido, en general, controlados en ausencia de crisis.

Sí, pero es que Ustedes no han hecho eso (controlar el déficit), y por eso desconfiamos. No es que no hayan controlado, sino que ni siquiera lo han reconocido. Cuando se les acusa de no reconocer la crisis no se trata sólo de disfrutar viéndoles dramatizar un Auto de fe; la acusación tiene otro significado de fondo: no reconocer la crisis significó perder dos años de no adoptar medidas; dejar que los españoles se mantuvieran engañados a la hora de hacer sus planes, pedir créditos, montar empresas, contratar con las administraciones públicas, etc., significa no haber alterado las previsiones bancarias ni acometer con seriedad  las reformas del sector financiero y especialmente el de las Cajas de Ahorros, significa haber permanecido sin argumentos que oponer ante la presión de sindicatos, nacionalistas y encuestadores. Y tantas cosas más. Ustedes llegaron al poder acusando a un gobierno de mentir dos días, pero Ustedes han mentido dos años y ahora quieren que nos fiemos. Al tercer año, hablaron de desaceleración y de brotes verdes, cuando los demás ya estábamos con la demanda del banco en el buzón. Y al cuarto han empezado a hacer caso a Europa, cuando el forense ya estaba con el bisturí. No, Señor Sevilla,  además, Usted tampoco se fía, o al menos eso es lo que resulta de los informes que publica la empresa en la que Usted trabaja, que sigue pidiendo –aun hoy- nuevas reformas laborales y financieras.

7. Todo eso lo desestabiliza la actual crisis donde se mezclan varios hechos: ...Y, por supuesto, una pésima gestión política nacional de la situación en aquellos países que han acabado siendo intervenidos.

Supongo que aquí no incluye Usted a España, pues oficialmente no ha sido intervenida, y considera que la pésima gestión de “los otros” (Grecia, Portugal, Irlanda...) es la que nos empeora la crisis. Pero es que España sí ha sido intervenida, de una forma encubierta, y la prueba es la reforma constitucional que nos ocupa. Nos han dictado una Constitución desde fuera, como hizo Napoleón desde Bayona.

8. ...nuestra reforma constitucional no entra en vigor hasta 2020 cuando se supone superada la crisis....¿por que hacerla para cuando ya no sea necesaria?  ... Pero todos, prisioneros de la movilización “denigra a un político democrático” que algunos sectores sociales están extendiendo en nuestro país. ...Hablo del populismo del tipo: los políticos tienen la culpa de todo, sin CC.AA nos iría mejor, todos son unos manirrotos, cuando no unos presuntos corruptos, deberían ponerlos a picar piedra, nos roban a manos llenas etc etc Hablo de sesgo “antipolíticos”, que acaba cuestionando al propio sistema democrático.

  Perdone Usted, señor ex Ministro y hoy super asesor. Muchos no cuestionamos el sistema democrático, pero sí cuestionamos todo eso otro que dice Usted: que haya políticos manirrotos, corruptos no presuntos sino declarados, y muchas más cosas. Usted puede hacer la rechifla de la crítica, y a lo mejor le ríen la gracia. A mí no me hace ninguna porque normalmente el dinero que tantos roban me pertenecía a mí o a otros como yo y nos lo habíamos trabajado. Y encima le molesta que nos quejemos.

En cuanto al tema de las Comunidades Autónomas, no voy a entrar en el debate sobre el modelo, pues todos los modelos pueden ser buenos o malos en función de las personas que los llevan a cabo; pero sí diré que el sistema tiene en sí mismo un defecto económico que es el revés de su virtud política: se gana paz social dando satisfacción al sentimiento autonomista, aunque eso conlleve un coste económico por la disfunción que conlleva la falta de unidad legislativa y de mercado. Dicho de modo vulgar: los nacionalistas nos dejan más tranquilos si tienen sus caramelos, aunque eso suponga que las empresas españolas tengan más problemas para invertir, crear sucursales en las regiones, propiciar la movilidad geográfica... no me lo invento sino que cualquier economista –y espero que Usted también, que tenía un máster- tiene claro que la unidad política propicia el comercio y el progreso económico, mientras que las fronteras políticas lo entorpecen. Qué otra cosa, si no un gran espacio libre de trabas, pretende la Unión Europea. Nunca Cataluña progresó tanto como en el siglo XVIII, con el centralismo borbónico, o a finales del XIX y principios del XX gracias a la unidad de mercado que España y sus restos coloniales ofrecían a los productos catalanes. Lo que pasa es que los que no eran capaces de montar una empresa decidieron vivir del agravio político, y así nos va.

9. ... todos los objetivos de control del gasto ahora, reducción del déficit ahora y tranquilizar a los mercados ahora, se hubieran podido conseguir por otros métodos más eficaces. Por ejemplo, pactando entre PP y PSOElos Presupuestos para 2012 con una fuerte reducción del déficit y del gasto corriente; implantar los techos de gasto de las CC.AA y su cumplimiento estricto de los escenarios de consolidación presupuestaria y una reforma de la ley general presupuestaria incorporando presupuestos base cero, por objetivos y evaluaciones obligatorias de la eficiencia en las principales partidas de gasto.

   En todo eso estoy de acuerdo. Pero parece que todo eso que Usted dice no se ha hecho porque el cometa Halley lo haya impedido. Y no. Es por culpa de los que Usted cita: PP y PSOE, incapaces de sumarse; incapaces de poner techos a las CCAA, ya sea desde Madrid o desde donde gobiernan; de todos los políticos que han podido votar esas leyes y no lo han hecho; los que han podido cumplirlas y no lo han hecho; los que han podido establecer los objetivos y no han sabido, querido o podido... Claro que no hacía falta tanta alforja para este viaje, pero es que Ustedes han tenido al burro en el corral durante cuatro años, y ahora quieren que no generalicemos, que no les critiquemos, y que no nos vayamos con Sarah Palin al Tea Party... Vamos. Hablan del “sufrimiento de Zapatero”, como cuando se hablaba del sufrimiento de Camps... Sufrimiento es el del parado mayor de 50 años, el del autónomo que se sube a la grúa desesperado porque no puede dar de comer a sus hijos y un Ayuntamiento le debe millones, el del abuelo al que no le dan su diálisis porque hay que pagar el coche oficial del asesor del asesor del asesor...

Yo entiendo que no les guste mucho oirlo, y que no hay que generalizar, pero el problema es que cuando se intenta concretar en quién es el culpable tampoco Ustedes ayudan mucho, se encubren, hoy por ti, recuerda que tengo a tu primo colocado, retírame este recurso que yo te quito el tuyo, méteme a éste en la Caja y yo meto al tuyo, sácame a este Juez del TC y yo saco al otro... los cientos de políticos honrados no ponen ningún interés en desbloquear los privilegios que permiten que otros cientos de políticos menos honrados se salgan con la suya, y eso se ve desde fuera (suplicatorios, pagos de honorarios de letrados, bloqueo de aportación de documentos, leyes que presumen la legalidad de todo lo que sale de la administración, bloqueo corporativo de las iniciativas de participación ciudadana... uf.)

10. Ya se que lo que propongo es más complicado y, tal vez menos espectacular, que una reforma express de la Constitución. ... Y, luego, con el mismo espíritu de consenso, abordar TODAS las reformas pendientes de nuestra constitución...

   Yo encantado, Señor Sevilla, qué pena que todo esto no lo dijera Usted cuando el Estatuto de Cataluña. Porque era Usted, y nadie más, el Ministro competente (de Administraciones Públicas) entre 2004 y 2007, años en que se redactó y se aprobó ese Estatuto en que se marginó totalmente al partido que representaba al 40% de los españoles y al que se acusó de todo por presentar un recurso (que luego ha resultado no ser tan descabellado pues, a pesar de las múltiples correcciones intermedias, el TC declaró inconstitucionales un buen puñado de artículos). Sus compañeros socialistas de Cataluña habían firmado en Diciembre de 2003 el famoso Pacto del Tinell, en el que literalmente se decía: “Anexo... Los partidos del presente acuerdo se comprometen a no establecer ningún acuerdo de gobernabilidad...con el PP en el govern de la Generalitat. Igualmente estas fuerzas se comprometen a impedir la presencia del PP en el gobierno del Estado, y renuncian a establecer pactos de gobierno y pactos parlamentarios estables en las cámaras estatales”.

Eso sí que es democracia, búsqueda de consenso para el bien del Estado... Cómo quiere que tengan prestigio unos políticos a los que les importó más aislar a media España que acordar algo bueno para la gente si venía del PP. Usted fue el Ministro del Estatut de Cataluña. Entiendo que los tres o cuatro años que estuvo Usted al frente del Ministerio debieron ser insufribles, si es que es Usted tan amante del consenso entre las grandes fuerzas. Pero ya ve, la Señora Merkel vio lo mismo que todos los demás: que aquí se puede gobernar contra un 40% si lo exige un 3%, y que si alguien protesta le llaman antipatriota, todo eso mientras Usted era el Ministro del ramo (qué pena que entonces no tuviera Usted el blogg, para habernos contado como ministro todo lo bonito que nos cuenta ahora como asesor privado).

Y que conste: entiendo que ese pacto del Tinell es (lamentablemente) totalmente legal y democrático, cosa que no admite el señor del 3% (Durán i Lleida) cuando ahora se ponen de acuerdo los del 85% para adoptar un acuerdo (s.i.c.). Lo único que le digo a Usted es que no nos dé lecciones de consenso.

Pero seamos amables y cambiemos no de tema pero sí de registro. Acompáñenme a la popa de mi barco y déjenme señalarles a aquél hombre que está al fondo. Voy a contarles brevemente su historia, luego entenderán por qué.

Se trata del BARON DE PICAFLEUR. Está siempre en la red, le gusta repararla como si reparara el mundo. A veces mete mensajes en la red y los lanza con ella al mar, como si quisiera que los peces leyeran sus pensamientos. Es mi prisionero desde hace unos meses, pero le he cogido tanto afecto como si fuera yo mismo, y siento su pena como mía. De hecho, aun siendo él un noble (eso sí, de baja alcurnia), estoy sopesando su petición de entrar a mi servicio. Dice que fuera de este barco no va a encontrar más consuelo a sus males que fuera de él.

Hace años, el joven Barón de Picafleur abandonó su cómoda casa familiar para estudiar Leyes en París; allí pudo recibir las enseñanzas del gran Dumoulins, y conocer gracias a él los devaneos de la política. Dumoulins le habló de Montesquieu, de Hobbes, Burke, Locke... le presentó al Abate Sieyes, y a algunos más que no les cuento por no aburrirles con cosas de tierra. Temeroso de que la Revolución le sedujera más de la cuenta, decidió retirarse a una localidad de la costa véneta, cerca de Aperastro, con varias cartas de recomendación de su maestro. Allí se propuso abrir un gabinete de leyes, lo que hizo con relativa facilidad gracias a los apoyos con que contaba.

Desde su lugar retirado escribía en ocasiones a sus amigos de París, interesado por la política, y les confesaba que el afán de servir al mundo le inclinaba a involucrarse en la noble labor de los representantes del pueblo. Su forma de pensar oscilaba entre Saint Just, Dantón y Barrás, aunque consideraba más prudente la posición de Cabarrús; alguien le dijo entonces que olvidara París, pues su puesto estaba con los de la derecha de la Asamblea, pero en ese momento el poder lo tenían los jacobinos que se sentaban a la izquierda, y que la ciudad era peligrosa para un alma pura, las cabezas que pensaban en uno y otro bando eran la primeras en ser guillotinadas.

Decidió entonces arraigarse en su pueblecito costero, donde en pocos años asentó un gabinete que le permitía vivir de su trabajo. Sin embargo, los malos tiempos llegaron. El Tratado de Campoformio provocó la crisis en toda Venecia pues ésta se desmigajó, y las autoridades empezaron a actuar como no procedía, con independencia de que pertenecieran a la derecha o a la izquierda de la Asamblea. En medio de la confusión creada por el desconcierto general, muchos de los poderosos de la prefectura y del municipio sacaron partido de su poder –no todos ni la mayor parte, pero sí la más avispada-. El Barón no pudo escapar a todas esas maniobras, y se vio claramente perjudicado, hasta provocarle la ruina. Muchos de los clientes de su servicio desaparecieron, perdieron sus haciendas y fueron encerrados o llamados a filas; otros buscaron la ayuda de leales más violentos que Picafleur, pues percibieron que los tiempos ya no pedían legistas sino sicarios.

El trabajo y los ingresos del Barón se vieron muy mermados por ello. No obstante, el Barón tenía cierta hacienda que había arrendado a la prefectura y por la que percibía unos dineros para su sustento; sin embargo, a partir de cierto momento la prefectura dejó de pagar sus rentas, a pesar de disponer de millones de francos para sus gastos. Lo peor es que la administración no le pagaba pero tampoco se iba de la hacienda, con lo que le impedía contratar un nuevo arriendo. La deuda fue de millones, y al ir a reclamar a las oficinas de sus conocidos, nadie quiso abrirle las puertas. En su lugar de residencia, tuvo también el Barón un mal encuentro con las autoridades, pues le exigieron un pago cuantioso por unas obras que nunca se hicieron y que no habían sido aprobadas debidamente. El Barón de Picafleur protestó airadamente y sostuvo un duelo desigual con aquellas autoridades, pero sólo sirvió para que los poderosos del lugar lanzaran contra él su poder, le difamaran públicamente y le ignoraran completamente. Y eso que se trataba de autoridades del bando de sus preferencias. Aún tuvo más desgracias con las autoridades: el Barón se enamoró de una joven con la que hizo planes de futuro; juntos compraron una casita para la que pidieron prestado un capital a un prestamista afamado. La joven novia no tenía capital, pero había recibido de la prefectura un encargo que le iba a reportar grandes ganancias; ella empezó su trabajo consistente en poner en funcionamiento un gran taller de grabado en las afueras del pueblo para imprimir los bandos oficiales, estuvo meses haciendo su trabajo de forma maravillosa, ilusionada, poniendo toda su entrega esperando luego recibir su pago. Todos los días iba la joven al trabajo, pagando de su propio bolsillo todos sus costes, incluyendo el carro que la transportaba hasta el lugar. Sin embargo, de un día para otro la prefectura le dijo que no volviera, y que no percibiría ni media moneda de los millones que le adeudaban. Hace años que ella fue a los tribunales, y aún está esperando; la prefectura dijo que no quería saber nada de su reclamación, y que hablara con quien ella conociera. La joven y el Barón contaban con el pago de todo aquél trabajo para pagar al prestamista, pero eso no fue posible. El prestamista vino a cobrar su parte, la joven desapareció, el Barón tuvo que entenderse con aquél y llegaron a elevar las voces en medio de la plaza del pueblo; los alguaciles viendo la discusión arrestaron al Barón y lo llevaron a las cárceles del pueblo, de donde salió al instante por intercesión del mismo cargo que le había gravado con la anterior carga fiscal abusiva. El pueblo murmuró y el Barón de Picafleur se sintió completamente debilitado por tanto robo, tanta injusticia, y por la impotencia de no poder acusar a los verdaderos culpables pues estaban protegidos por la ley. Comprendió que en aquellos tiempos, y en los venideros, iba a ser imposible conseguir su sueño de una vida tranquila, basada en su trabajo y en su honradez. Los poderosos, una vez tras otra, se dedicaban a utilizar la ley para quitarle todos los frutos de sus ganancias, se enriquecían con su trabajo y todo ello no servía luego siquiera para hacer puentes, hospicios o para pagar el aceite del alumbrado, sino que gastaban su dinero en afeites, cajas de rape, libreas caras y visitas a los salones de la ciudad, donde hacían regalos caros a las esposas de los aún más poderosos. Entristecido y pobre se marchó de su pueblo, mientras el prestamista cargaba en tres carros los muebles de su casa.

Empezó a vagar sin rumbo por las playas de la costa, y al cabo de varios días lo encontré. Sus ropas, aunque raídas, delataban que se trataba de un hombre de posición, por lo que decidí apresarlo para pedir luego un rescate. Yo creo que él me apresó a mí, pues parecía desear que le llevara conmigo.

Desde entonces ahí está, siempre en la red. Ha mejorado desde que está conmigo, y algún día haré planes para él, porque es un hombre instruido. Puede serme útil si sé emplearlo en lo que dé su mejor fruto, aunque a bordo de un barco corsario es difícil encontrarle acomodo. Por el momento, cuando no está ocupado en la red, lo utilizo para que distraiga a las señoras cautivas. Disfruta de hablar con ellas y de tratar a las señoras como si fueran damas, y a las damas como si fueran reinas en la prisión del Temple. Eso las complace y les hace más llevadero su cautiverio en espera del rescate, lo que aumenta mi ganancia pues prolongo la agonía de sus familias. 

En fin, no sé si todo esto les ha servido para algo en relación con el tema de que hablábamos, y que yo ya ni recuerdo... ah, sí, era eso de que los ciudadanos disfrutamos ridiculizando a nuestros políticos y generalizando sobre ellos, y que la crisis es culpa de nuestros endeudamientos privados..

4 comentarios:

  1. En lo de las leyes no te voy a decir nada, que lo sabes mucho mejor tú que yo, en lo de la economía tampoco, pues también dominas, pero en lo de los préstamos y la responsabilidad individual, mi querido corsario, te has dejado llevar quizás por el romanticismo. Por supuesto que existe la responsabilidad del gobierno y de los bancos, pero la gente de a pie -no sólo los especuladores profesionales- se dedicó a especular con un bien de primera necesidad como es la vivienda y se metía en créditos bestiales a 50 años porque pensaba que cuando quisiera podía vender el piso y sacar ganancia. Conozco muchos casos de esos y otra realidad, la del lugar donde vivo, también azotado por la crisis económica y por otra crisis politica muy grave también y no se ha llegado a esos extremos a pesar de que los sueldos medios son bastante más altos que en España. Claro, que aquí se impone la prudencia a la hora de endeudarse, hay casos de desahucios, pero no de la gravedad española.

    Claro que en la península ha habido también muchos casos de gente que o bien, dado el excesivo precio inmobiliario no ha podido comprar casa, o que se ha hipotecado por precios excesivos sin pretender especular porque necesitaba un sitio donde vivir y la situación ha afectado a todos. Aquí también subió la burbuja y yo pago una barbaridad de hipoteca -mi casa no vale lo que yo he pagado por ella y lo supe cuando la compraba, pero no tenía más remedio que comprarla porque llevaba mucho tiempo pagando un alquiler muy alto, a mí me tocaba perder o perder-, pero aún así, no se llegó a esos extremos. Los precios de Madrid son el doble que los de aquí, similares a los de París, lo cual es totalmente descabellado. La responsabilidad individual existe pese a que el Gobierno haga y deshaga.

    Un saludo

    Cicero

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  2. Hola, Cícero!

    Lo que más me gusta de tu comentario es ver que ya has vuelto por aquí. Te echaba de menos!

    Sobre lo que dices, está claro que no se debe generalizar, pero como J.Sevilla lo hace hacia un lado yo le doy la réplica del otro. Y está claro que ha habido mucho endeudamiento privado imprudente, y conozco muchos casos diferentes sobre eso.
    Pero yo me centraría en dos de esos casos: 1) el especulador, que compra varios pisos pensando rentabilizarlos, y le sale mal la jugada; ése suele aguantar si puede, y si no acaba vendiendo a mal precio pero tiene reservas. Este me preocupa menos; 2) el trabajador poco cualificado que se mete en un piso porque tiene un trabajo de construcción, servicios, etc., el típico de chapucillas... Toda esta gente vivía de forma un poco inestable pero dentro de un sistema en el que mientras no trabajara uno de la fmailia sí o hacía otro, y así iban tirando,y estaban contratados siempre por empresas que hacían obras para las admisnitraciones, o proveedores locales, etc. De estos son muchos los que han quedado sin cobrar su sueldo porque el empresario no cobraba de la Admisnitación, y son los que se han ido por delante.
    3) Un tercer grupo es el de todos los indirectos que se ven mermados por la falta de liquidez que hay en el mercado por la falta de pago pública; esa mancha de aceite poco a poco lo invade todo, y afecta a todos, hasta que acaban cayendo los más débiles que no tienen reservas. No se trata sólo del que tiene relaciíon directa con la administración, imagina un jubilado que pagaba su hipoteca y ahora tieine que dedicar el dinero de pagar cuotas a sostener a su hijo que no cobra hace tiempo de un ayuntamiento, al final pilla a todos, depende del tiempo que dure la crisis, y ha durado 4 años ya, todas las reservas se han ido agotando y el Estado (ayuntameintos o autonomías) sin pagar.

    Además, y en eso incido, mucha gente que pidió sus préstamos en 2007-2008 no lo hubiera hecho si le hubieran avisado de que todoe staba tan mal, de que no había dinero en las cajas publicas para cobrar, etc., y de eso me quejo también, dejaron a toda esa gente empeñarse y han perdido lac asa en 2 años.
    De hecho, pienso que en un año mejorará bastante la situación de morosidad porque habrán acabado (por pago o por reclamaicíon juicial) muchos préstamos persoanles que se pidieron en 2006-2007-2008 a cinco años, y cuyas cuotas son un gasto tremendo (para la tele, coches, ordenadores, muebles, etc.,). as cuotas de estos préstamos son casi tan altas como las de las hipotecas, lo quepasa es que son a menos tiempo. A partir de 2009 no creo que nadie haya pedido ni obtenido ningún préstamo personal, poruqe ya sabían lo que había. imaginate, toda esa gente no se hubiera comprado el coche, el tresillo, la moto, etc., si hubiera estado avisada, porque iba a tener que pagar durante 5 años o perder lo comprado.

    En fin, bienvenido!!

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  3. Sí te he entendido, te explicas muy bien, evidentemente el endeudamiento público afecta como un castillo de naipes, pero afecta más también porque le deuda de la hipotecas es enorme ya que el precio al que se compró esas viviendas estaba muy inflado. Mientras más endeudada esté la gente más afecta. Y si intentan venderlas ya no les dan eso porque fue una pirámide especulativa. Si los pisos hubieran estado a un precio menos descabellado la situación hubiera sido mejor para muchas familias. Pero claro, al comprar todos pisos a ese precio inflado, no fuera a ser que se acabasen, el mercado subía, los especuladores se forraban y la gente de a pie los imitaba porque el vecino había vendido un piso por tanto... Un efecto borrego. Y se creían que tenían un valor que nunca iba a bajar de precio, que siempre iba a subir... Y se metían a 50 años por un piso de 60 metros cuya hipoteca dependía de un sueldo entero -si la pareja falla menudo follón-, comprando hasta los muebles a crédito porque dado el precio del piso no daba para más la nómina. Lo siento, pero han sido muy imprudentes, ha sido una especie de fiesta de la compra de pisos. Yo he cometido muchas imprudencias en mi vida,tampoco me voy a poner de ejemplo de perfección, pero creo que en una gran parte de la población falta un sentido de lo que es el dinero y de cómo usarlo. Eso por aquí arriba lo saben divinamente.

    Gracias por tu bienvenida, espero que el verano te haya ido bien. Ya te leo por tu blog a ver que cuentas.

    Cicero.

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  4. Estamos de acuerdo en las dos cosas: lo del castillo de naipes, tremendo. Lo de la imprudencia de muchos, evidente.
    Mi principal matiz: que entre los imprudentes los hay de 2 tipos:

    a) el cretino que nunca ha sabido gestionar nada y se lanza engañado por una euforia temporal. Esto es lo que en derecho se llama "imprudencia grave", la del que se pone en el mejor de los escenarios

    y b)el que sí ha sido normalmente previsor, y cuya única o principal imprudencia ha sido creer que la administración pagaba, y se ha lanzado a un crédito pensando que iba a hacer frente al mismo con lo que ganaría por su trabajo y su servicio a un ente público. Este habría cometido lo que se llama "imprudencia lata", es decir, la más excusable, porque podía prevenir el riesgo pero era un riesgo muy difícil de esperar.

    El veranillo bien, he estado muy encerrado y por eso he estado más prolífico.

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