Una perla: la palabra “candidato” viene de cándido, blanco. La “toga candida” era la toga blanca que los romanos debían ponerse al presentarse a las elecciones, y así el pueblo los reconocía fácilmente. Supongo que el blanco era un símbolo de inocencia y rectitud.
Así lo cuenta Alejandra de Riquer en su introducción al “Breviario de Campaña Electoral”, de Quinto Tulio Cicerón, en su edición de Acantilado. El texto de Cicerón es magnífico, y sé que a alguno de los que lean esto le va a alegrar el día. Fue elaborado como una especie de tratado o manual de instrucciones para una campaña electoral, lleno de trucos y consejos, que Quinto envió a su hermano Marco cuando éste debía enfrentarse a otros cinco candidatos para el consulado, en el año 64 a.C.
Traigo esto por lo de los colores de las presentes elecciones de España. El candidato socialista, Señor Rubalcaba para los muy amigos, ha introducido de repente el color azul en sus carteles, añadiéndolo al rojo que ya venía mostrando hasta ahora. Se lo han sacado a relucir algunos, diciéndole que está imitando los azules del PP, a ver si así la gente se confunde y le vota más. Se dice que eso mismo pasó en la campaña de Obama, donde la mimesis entre los colores de candidaturas opuestas ya dio que hablar.
No sé por qué tanta cosa con el azul. Que yo sepa, en los carteles de Felipe González ya salía éste mirando al cielo con nubes, diciendo aquello de “por el cambio”. En los USA, el azul ya fue objeto de predilección cuando a Kennedy le recomendaron ponerse una camisa celeste en el debate electoral televisado en el que se enfrentó a su contrincante de camisa blanca (que dio peor en cámara y parecía sudoroso es decir nervioso). Nixon perdió las elecciones.
De todas formas, yo creo que el azul por sí sólo no es lo importante de ese cambio de look, sino el hecho de que se mantenga el rojo para los recuadros donde aparece PSOE, o Rubalcaba, sí, y su Cuadernillo Rubio de aprender a leer, etc. No sé si los asesores de campaña lo han pensado así, pero a mí esas manchitas rojas dentro del azul me recuerdan a las de los avisos del Facebook, los colores son igualitos. En esa medida, sería un grandísimo acierto de imagen, pues hoy por hoy los avisos de las redes sociales dan buen rollo, son de algún amigo, algo que nos manda alguien que se ha acordado de nosotros, y cosas así. El día en que Hacienda nos mande las inspecciones por Facebook, o que nos lleguen multas de tráfico envueltas en un mensaje del Twittero Solitario, puede que cambiemos de sensación, pero hoy por hoy todo lo que recuerde a las redes sociales tiende a darnos buena sensación. 1-0 para Rubalcaba (Señor Rubalcaba), y a ver qué se inventa Rajoy además de hacerse libros de “Rajoy, ese hombre”.
No da para mucho más este tema. A mí me da pena todo esto, qué quieren. Rubalcaba puede tener todos los aciertos que quiera si con ello cree que puede rebajar la distancia de 15 puntos que le llevan, está en su derecho y en su obligación, aunque podía dedicar más energías a controlar a los de su partido que en plena campaña le están obligando a desdecir cada contradicción o a decir que cada vez que habla se refería a Alemania ¿Es que se presenta para el Bundestag? ¿De qué sirve que dé gustito verlos si luego da penita oirlos?.
Tanto el señor como Rajoy harían mejor en leerse el librito de Quinto Tulio Cicerón. Aunque, sinceramente, yo creo que alguno ya se lo ha leído, y si no miren algunas de sus frases: “...pues todos son así: prefieren una mentira a una negativa...”; “...las promesas quedan en el aire, no tienen un plazo determinado de tiempo y afectan a un número limitado de gente; por el contrario, las mentiras te granjean, indudable e inmediatamente, muchas enemistades...”; ”...procura...que se levanten contra tus rivales los rumores de crímenes, desenfrenos y sobornos.”; ”La situación del candidato tiene esta ventaja: puedes hacer con dignidad lo que durante el resto de tu vida no serías capaz de hacer, a saber, aceptar la amistad de quien te plazca, de aquellos con los que, si hubieras intentado relacionarte en otro tiempo, habría parecido que obrabas de manera improcedente; en cambio, si durante el período electoral no hicieras esto con muchas personas y poniendo gran empeño en ello, no parecerías un candidato”.
Bueno, no sé si esto le valdrá a los de ahora, pero para las Autonómicas seguro que les encanta. Y si Pepe Blanco me hiciera caso, yo que él me aprendía lo del candidato de la toga candida o sea blanca y me proclamaría como único aspirante, que el apellido es un grado.
Ando fatal de tiempo ahora (a ver si mañana puedo), pero se agradece la mención a Cicerón y mis admirados romanos de elegante toga y puñalada trapera.
ResponderEliminarCuánto sabían ya...
Cicero
A que sí. Esta ha ido por ti.
ResponderEliminarZarafin
Si es que, salvo Facebook sustituyendo al ágora, no hay nada nuevo bajo el sol.
ResponderEliminarEl ágora son los foros de opinión y los blogs, Facebook es como irse al mercado o a la peluquería.
ResponderEliminarPero sí que hay nuevo. No el comportamiento humano y el eterno deseo de dignificarlo (nunca logrado hasta ahora por mucho empeño que las religiones las filosofías y las ideologías hayan puesto), sino lo tremendamente complejo de nuestra sociedad, cada vez más contradictoria, más heterogénea, que hace difícil ponerse de acuerdo.
Es tan compleja que no acabamos de entenderla y por ello tienen tanto éxito las teorías de cosnpiración, porque la conspiración es algo seguro -algo a lo que agarrarse aunque sea falso-, mientras que el no saber (que es lo que nos ocurre) nos crea una gran inseguridad, nos angustia. Leía esta mañana un interesante artículo sobre ello.
Lo que es curioso es que tantos siglos después sigamos cayendo en las mismas trampas que hacían ya los sofisticados romanos porque Rubalcaba será votado por mucha gente. Millones.
Gracias, Zarafín.
Cicero
De nada, Cicero. De todas formas, no pensaba sólo en Rubalcaba, aunque también. Creo que es algo bastante general.
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