viernes, 9 de diciembre de 2011

MANIFESTACIONES EN RUSIA: DE LOS BOYARDOS AL DOMINGO SANGRIENTO


   Rusia es un país de ésos que fascinan. Parece que todo allí está teñido de exceso, desde la temperatura hasta la extensión. Parece también que tal cualidad –si es que el exceso ruso lo es y no un efecto- alcanza a sus habitantes, de los que estamos preparados para aceptar más que de cualquier otro la genialidad más exquisita junto a la crudeza más basta. Quizá sean lo mismo.

  En estos días hay revuelta en la Santa Rusia. La prensa se hace eco pero no lo suficiente. El otoño ruso se mete entre las páginas de la primavera árabe, el verano de Rajoy y el invierno financiero como si fuera un relleno más de los sucesos de páginas pares. No estaría de más prestarle algo de atención, porque están dándose cifras de cientos o miles de detenidos y, lo que es peor, de acoso a los máximos líderes de la oposición (políticos, periódicos, bloggeros...).

  En el título de la entrada de hoy se cita a los Boyardos y al Domingo Sangriento. Son dos episodios en los que el poder ruso se cebó en sus oponentes. En el caso de los boyardos, los hechos ocurrieron a fines del siglo XVI, cuando Iván IV apodado El Terrible quiso consolidar un estado más parecido a los incipientes europeos, apoyándose en sectores más burgueses y propiciando una expansión territorial. Los boyardos eran –grosso modo- los nobles y privilegiados que veían peligrar su estilo de vida. Iván cargó contra ellos y organizó una represión brutal que contribuyó a su terrible fama. Ni qué decir tiene que los boyardos, como toda casta diva, le devolvieron al soberano la jugada en cuanto pudieron participando en las intrigas que en los inicios del seiscientos vieron pasar a los naipes de Iván, a Boris Godunov, al hijo de Boris y a todo el llamado Período Tumultuoso, hasta llegar al primer zar Miguel Romanov (descendiente de la primera esposa de Iván y elegido en 1613 como restauración del poder de los boyardos clásicos).

  El Domingo Sangriento se produce en 1905. En febrero y lugar San Petersbugo. La población estaba descontenta (o sea enfadada y hambrienta) y se manifestó ante el Palacio de Invierno. El zar ordenó a su guardia cosaca disparar contra la multitud y así se hizo, dejando la nieve empapada de la sangre de unos –dicen- mil muertos, más otros varios miles de heridos. Años más tarde, en 1917, el ejército se negaría a disparar y se pasó a la rebelión, decantando con ello la revolución soviética.

  Los episodios de los boyardos y el del Domingo Sangriento tienen en común el uso de la brutalidad por el poder, pero hay una clara diferencia que quizá desaparezca si ponemos la lupa (lupa que no pondremos porque me cargo el artículo). En el primero de los casos, la represión fue directamente contra las cabezas, las élites. Los boyardos era unos escogidos, y cada uno de ellos representaba a muchos hombres. Los caídos de 1905 eran ciudadanos anónimos, la masa rebelada que diría Ortega, y lo tiros fueron a la barriga como dicen que dijo Azaña cuando Casas Viejas y él lo negó. Podían ser cientos, o miles, pero se representaban a sí mismos y cada cabeza pensante y el pecho que la defendía no se distanciaban más que por centímetros.

  Si miramos las fotos de la prensa de esta semana, y sus titulares, veremos que Putin está ordenando la detención de unas mil personas (más o menos como los caídos del Domingo Sangriento) pero incluyendo en ellas a los líderes escogidos de la oposición (como en el caso de los boyardos). Uno tras otro van subiendo al furgón los número uno del pensamiento rebelde, y eso es lo que diferencia una cuestión de orden público de otra de primera magnitud política. Que nadie vea en esto un desprecio hacia el último cabello del último ciudadano ruso de a pie, pero es claro que cuando la  policía se dedica a detener líderes no es lo mismo que cuando llena las furgonas de repartidores de pasquín. Por citar a España y así nadie se ofende: el golpe del 23-F tuvo muy claro que a quien había que secuestrar era al Congreso de los Diputados y a la tele, y no a los quinientos turistas de la cola del Museo de Prado.

  Lo que sí parece que tienen en común lo de 2011, lo de Iván el Terrible y lo de 1905 es que la política exterior está detrás. Rusia es tan grande y sus fronteras tan largas que su política interior y la exterior van unidas por definición. Si perdemos esto de vista nunca entenderemos de ese país ni siquiera el 5% a que podemos aspirar desde fuera. Hillary (Señora de Clinton) ha hablado y ha dicho que las elecciones celebradas hace unos días no han sido limpias ni justas, o algo así, añadiendo estopa a la hoguera moscovita. Putin le ha dicho que se meta en sus becarias, y los europeos no dicen nada. ¿Por qué habla Hillary?

  Pues porque hace muy pocos días se han cruzado ambos países recelos y achares sobre el escudo antimisiles de la OTAN. Los occidentales se la tienen guardada a Putin y Medvedev desde que Rusia no apoya en lo de Siria que fastidia a Israel, ni apoya en lo de Irán que ha fastidiado a Gran Bretaña, ni se moja en la materia nuclear que fastidia a Schwarzenegger. Vamos, por resumir, que Rusia está fastidiando a más de uno y eso pasa factura como cuando fastidió a los muchos boyardos. Los augurios de Tocqueville (aquél que dijo en el s. XVIII que el mundo se repartiría entre EEUU y Rusia) no acaban de cuajar más que a saltos, pues los americanos no acaban de conformarse con que su destino se limite a tener siempre a un ruso delante además de por Alaska.

  Hoy no es diferente de ayer. Cuando Iván cargó contra los boyardos, estaba en juego el equilibrio de Europa con la subida de una Francia pluscatolizada y una pujanza sueco-polaca que asombraría al poco en la guerra de los Treinta Años; pero no sólo eso: Iván tenía ya en la cabeza la aventura Caspiana donde tropezaba con Persia y para la que necesitaba la paz interna. En el Domingo Sangriento también estaba detrás la sombra de la política exterior, concretamente la guerra ruso-japonesa que acabó perdiendo Rusia muy poco después, y que no podía permitirse una descomposición interna que hiciera peligrar las quintas de soldados y el pago de las bombas.

  ¿Qué consecuencia sacamos de todo eso? Pues les diré que, -con toda la humildad que exige el ponerse a hablar de lo que no se ha pisado nunca-, hay una cosa que me preocupa, y que quizá explique en parte ese conformismo o fatalismo ruso tan presente en Dostoievsky: puede que al final no pase nada; que los rusos se dejen la piel y la sangre en las calles nevadas de Moscú y no hagamos nada por reivindicar sus banderas; que las denuncias de irregularidad en sus urnas caigan en el mismo contenedor donde caigan las urnas mismas. Al fin y al cabo es un país soberano, con todo lo  terrorífico que eso puede sonar cuando hablamos con sospechas.

  Occidente (o sea Hillary Clinton) ha incordiado al gobierno ruso por una finalidad puramente interesada: debilitar al enemigo. No hay un interés real por el estado de la Glasnost rusa, de forma que las palabritas de la Señora de Will cesarán en cuanto EEUU tenga lo que quiere, que quizá ya lo tiene. Los ciudadanos que están ahora en la Plaza Roja congelándose pueden esperar ingenuamente a que alguien les mande a Koffi Anan o a Arnaldo Otegui que como todos saben son hombres de paz, pero seguramente no irá nadie porque los demás ya tienen todos lo que buscaban. 

  Es curioso, quizá es que nadie busca realmente “La Democracia en Rusia”; de hecho, el libro de Tocqueville al que he hecho referencia, si bien habló de Rusia y Estados Unidos, se limitó a citar sólo a uno de los dos países en su título “La Democracia en América”. Aparentemente, ni se le ocurrió pensar que la democracia tuviera algo que ver con el otro.

9 comentarios:

  1. Rusia... Bueno, el tema va para largo. Si me pongo a hablar de ello no acabo y te aburriré soberanamente, lo cual no es mi deseo. Sólo decirte que desde hace años tengo la convicción de que allí la democracia es imposible, pero es tan largo de explicar que no cabe en un simple comentario en un blog.

    Un apunte breve, porque no me ha dado tiempo a leerlo en profundidad. Hoy en Izvestia (el periódico de noticias ruso) se hablaba de las protestas -el ayuntamiento y los opositores al régimen estaban negociando que estos se pudieran reunir en una plaza mañana y he visto un anuncio de llamada a la movilización en Twitter. (Dejo enlace: http://www.marker.ru/interactive/twitter) Evidentemente, no es una dictadura como la soviética y si dejan lugar a la moviliación en la prensa es porque no tienen miedo de que se les desmadre demasiado. Es una dictadura que cuenta con mucho apoyo popular por la simple razón de que viven bastante mejor que en la última época soviética y en la época de Yeltsin. Muchos rusos lo apoyan y yo conozco unos cuantos. En el momento en el que vivan mucho peor ya se verá. Lo de la revolución rusa tuvo un caldo de cultivo previo de muchos años no sólo por las desgracias del pueblo, que en gran parte había sido siervo, sino por el clima intelectual de ideas marxistas, sansimonistas e izquierdistas que venía fraguándose durante decenios.

    Y algunos apuntes más a tu artículo que comentaré más tarde.

    Cicero

    ResponderEliminar
  2. vale, comenta lo que quieras e infórmanos porque te veo al dia, no sabía que ahora la gente está más contenta que hace unos años. He oido que para mañana está prevista una gran manifestación.

    Zarafin.

    ResponderEliminar
  3. Bueno, no es que estén contentos exactamente, es que viven mejor que antes. Toleran a Putin en su mayoría aunque haya una oposición y tambien nostálgicos del régimen soviético. Pueden consumir y comprarse lo que quieran, tienen individualismo e iniciativa, lo que se les pide es que no se metan en política, que eso se lo dejen a Putin. Los recursos nacionales están controlados por el Estado y eso da mucho dinero porque Rusia exporta petroélo, gas, materias primas... Ya verás cuando diga que corta el suministro de gas en enero por su contencioso con Ucrania, como todos los años. Putin es muy listo y ha llenado los estómagos, no mucho mas que eso, pero lo suficiente porque la época post soviética fue tal desastre que se conforman con no ir a peor. No tienen ilusión porque desconfían de occidente, además de que el orgullo de haber sido un imperio lo tienen muy presente y al mismo tiempo una bajísima autoestima. Se sintieron abandonados por occidente cuando cayó la URSS y no tienen en cuenta nuestra opinión de no rusos.



    Cicero

    ResponderEliminar
  4. "В пятницу оппозиция и московская мэрия пришли к согласию по поводу субботнего митинга против фальсификаций на выборах. Акция пройдет с 14:00 до 18:00 на Болотной площади, куда смогут прийти до 30 тысяч человек"

    Según Izvestia: Traducción "El viernes la oposición y el ayuntamiento de Moscú llegaron a un acuerdo sobre el Mitin del sábado contra la falsificación en las elecciones. El acto tendrá lugar desde las 14:00 horas hasta las 18:00 en la Plaza Bolotnaya, a donde podrán acudir hasta 30.000 personas".

    Imagino que te refieres a eso con lo de la gran manifestación. Aunque hay diferencias de opinión entre los opositores, de diferentes partidos e intereses, hay algunos que quieren ir a la plaza de la Revolución y celebrar allí su manifestación y después acudir a la Bolotnaya, lo cual, al no estar autorizado, tendrá contestación por parte de la policía.

    Por otra parte, la Rusia genial y la Rusia brutal no son las mismas. Son varias velocidades en el mismo país. Puedes encontar personas cultísimas, la excelencia en el ballet, la música, la literatura, la ciencia, y los bestias que sobreviven a todo lo que les echen. ¿Recuerdas los difícil que fue matar a Rasputin? Pues así hay gente allí, verdaderas fuerzas de la naturaleza, resistentes, supervivientes durante siglos sus ancestros a la servidumbre, climas y guerras de una dureza extrema. Sólo han sobrevivido los más fuertes, que no significa que sean los más sensibles y los que tuvieron algún tipo de fortaleza burguesa, esa otra fortaleza, la que da cierto poder de dinero para pagar la comida, la ropa y el carbón (y esos a veces se pasan con las historias literarias, tanto que no ven la vida real). Decir esto, evidentemente, no es politicamente correcto, pero yo creo que el clima y la resistencia influye y mucho.

    Cicero

    ResponderEliminar
  5. Vamos, un poco Pan y Toros, que a veces no está tan mal.
    Buenas aportaciones, Cícero. A ver cómo va la manifestación entonces.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, yo no quiero decir que el pan y toros o el vodka y el kolbasá no estén tan mal. Evidentemente, Putin es un dictador criado en los oscuros cuartos de la Lubyanka (sede de la KGB)y no es que sea lo mejor para el país. Es lo que hay y ellos lo ven mejor que Yeltsin y la última época soviética, en la que las estanterías de las tiendas estaban vacías. Con Yeltsin fue la mafia, el crimen, el enriquecimineto atroz de los nuevos ricos, la caída en picado en el alcohol de gran parte de la población súbitamente empobrecida hasta la miseria. En invierno la gente se moría por las calles, los borrachos se caían por la noche y se quedaban congelados. La prostitución a gran escala, el crimen... Se quedaron sin ahorros varias veces, la más grave en la crisis de 1998, que curiosamente, hizo millonarios a otros. De occidente no hubo plan Marshal. Occidente quería que cayera la URSS, pero cuando cayó no hubo una ayuda que quizás ellos de alguna forma esperaban. Y Putin les devuelve la idea del Imperio. La corrupción sigue, también los privilegios de los oligarcas, que en su mayor parte apoyan a Putin, pero pasan menos necesidades que antes y no están sujetos a la normas arbitrarias de una ideología. Yo no creo que esté bien, simplemente me limito a explicar qué es lo que hay según lo que yo tengo oportunidad de conocer. El pasado de Putin no me inspira ninguna confianza y hay sobradas razones para sospechar que ha ordenado hacer desaparecer a algunos opositores. Pero es igual que con otros regímenes: Franco se mantuvo hasta el final porque en sus últimos años, tras los tecnócratas y sus medidas, en España se comía, no es que la gente fuera rica ni viviera bien, pero salían adelante con esfuerzos. Aún así, creo que Putin permite más protestas que Franco, me da esa impresión.

    Tampoco se ha entendido el conflicto con Chechenia por parte de la comunidad internacional, igual que ha pasado en España con ETA, que mucha gente de fuera los ve como licahdores partisanos por independencia. Rusia se ha pasado mucho, pero también ha sufrido mucho. En Moscú hay una calle donde yo tuve alojamiento unos días en la que tiempo después estalló un edificio muy cercano al que yo estuve. Hubo más de 100 muertos.

    Por otra parte, un breve apunte, si me permites. Iván IV el Terrible (En realidad, temible, amenazador "Groznii"- igual que la capital de Chechenia- sólo que mal traducido en su momento) tenía un conflicto con los boyardos que venía desde su infancia, cuando fue muy maltratado por ellos al quedar huérfano de padre y madre. También había una cuestión muy personal en ello, los odiaba a muerte.

    Otra cuestión es que la revolución soviética no fue la de febrero de 1917, cuando los soldados se negaron a disparar y se unieron a la rebelión, sino la de octubre de 1917, cuando Lenin lo preparó todo, en la que tampoco hubo gran derramamiento de sangre. Sin Lenin y octubre las cosas hubieran sido muy diferentes. La primera revolución hizo que Lenin aprovechara la coyuntura e hiciera la suya.

    Y bueno, ya te dejo en paz. Hablar de Rusia delante de mí tiene un peligro, y es que me pongo dar la lata inemdiatamente. Ya estás avisado. :-P

    Saludos

    Cicero

    ResponderEliminar
  7. Hola, Cícero, al revés, estoy encantado, nos enteramos de cosas de primera mano, asi que no te cortes.

    En lo del Pan y Toros, está claro que no creo que a tí te parezca bien (ni mal), sino que me limito a resumir la descripción del sistema que me estás dando. Lo que no sabía yo es que Putin haya adoptado o dejado nacer ese "modelo" como una especie de "pacto con el pueblo" para que le dejen hacer a cambio de darles más pan. La descripción caótica que das de los años de Yeltsin, era más o menos conocida, pero penaba que seguía exactamente igual; me alegro de pensar que algo se ha rebajado, aunque sea a costa de mantener otros "vicios plíticos"

    En lo de Chechenia llevas razón, lo que pasa es que apenas sabemos cuatro cosas. Nosotros, que tenemos el ejempñlo de ETA, sabemos lo qeu es que desde fuera no entiendan lo que pasa, pero aquí en buena parte es culpable Rusia que tampoco es transparente con nada de lo que hace.

    Sobre Ivan me apunto el matiz de la traducción.

    Sobre el domingo sangriento, creo que nos hemos liado los dos, porque creo que crees que yo sitúo lo de los soldados que no dispararon en febrero de 1917, pero realmente sobre ese caso solo cito (al final del párrafo) el año y no el mes, que sí que es octubre. Donde sí me he liado yo es en poner la masacre del domingo sangriento en febrero y no en enero de 1905, no sé si me lié con las fechas al leer que entonces usaban el calendario juliano y no el gregoriano que lo desplaza unos cuantos días, pero tampoco porque la duda seguiría estando entre los 9 y 22, creo, de enero, o sea que me había equivocado por un mes, creo que se me solaparon la revolución de febrero de 1917 (que hay un inicio aparte del de octubre) con lo de 1905. Bueno, creo que queda aclarado.

    ResponderEliminar
  8. De primera mano no es, porque no estoy en el país, pero hace tiempo tuve que relacionarme con el mundo ruso por cuestiones profesionales y conozco el idioma. Actualmente estoy al margen de ese mundo, pero queda el interés por el país. Se puede decir que me saturó mucho la época Yeltsin, que me puso las cosas difíciles más de una vez por lo complicado que era todo.

    Cierto que no hay transparencia con la guerra de Chechenia, se han cometido barbaridades por parte del ejército ruso, pero para hacer un análisis más objetivo hay que ver que los chechenos no son, precisamente, unos angelitos. Los irreductibles chechenos son unos mafiosos de cuidado, con clanes familiares muy cerrados que han cometido atentados terroríficos. El contencioso que se traen con Rusia es lejano, porque históricamente ya tuvieron sus trifulcas antes de ser anexionados en el siglo XIX. Lo que ocurre es que la comunidad internacional, muy influída por la izquierda romántica, tiene una tendencia a considerar a todo pueblo que lucha por su independencia como si fueran unos santos oprimidos, y hay veces no es así, como ya sabemos. Stlin los deportó, además, y fueron acusado de apoyar a los alemanes en la II guerra mundial, con lo que la relación entre ambos pueblos está podrida desde hace mucho tiempo hasta un punto de no retorno -debido a que las guerras no han hecho más que aumentar la hostilidad que ya existía-. El problema de Chechenia es estratégico por los oleoductos y gaseoductos que tienen que atravesar el Caúcaso por lo que Rusia quiere tener el control de la zona. Es bastante complejo, pero en todo caso, la brutalidad en esa guerra es de ambas partes, sólo que los rusos tienen más medios.

    Saludos

    Cicero

    ResponderEliminar
  9. Lo que está claro es que has tenido en su momento un conocimiento por experiencia propia, y eso tiene un valor.

    Sobre el cáucaso, lo de los oleoductos y gaseoductos espero que no sea causa de poermanentes guerras. Con Georgia y Azerbayan creo que todo lo que afecta a su política también está condicionado por este tema, del que aquí nos infomamos bien poco.

    Saludos
    Zarafin.

    ResponderEliminar