jueves, 1 de diciembre de 2011

FACEBOOK: LA ALMADRABA SOCIAL

  
 El concepto de “Redes Sociales” lo debió inventar alguien de interior y, a más señas, de secano. Si yo voy al British Museum y les digo que eso que veo es una “piedra social”, el míster de turno me reñirá y me dirá que hay que distinguir lo que es piedra, sillar, sillarejo, mojón, fósil, relieve, bajorrelieve, lápida, túmulo, ...

   Pues aquí lo mismo, hay que demostrar que somos un Pueblo del Mar, y que decir “Red” es no decir nada. ¿No estamos en la época del I + D +I +D + I? ¿No dicen que hay que salir de la crisis a base de creatividad? Pues aquí va la mía: lo de Red es una antigualla, ahora hay que decir qué tipo de red, porque sistemas y artes de pesca hay muchos, al menos en el Mediterráneo: el arrastre, el bou, el palangre, etc... y la ALMADRABA.

  Para los de interior y los de secano, diremos que la almadraba es un arte complejo de pesca costera basado en un laberinto de redes que van encerrando a los peces en un espacio cada vez menor, del que finalmente son sacados por mano del hombre convirtiéndose en pescados. El caos final de la pesca es un verdadero espectáculo, violento, sangriento, intenso, épico, con mil y un seres vivos pugnando en unos pocos metros cúbicos de muerte. Es prototípico para la pesca del atún, y en España ha sido Benidorm el pueblo que más gloria ha dado a este arte, hasta el punto de haberse ocupado los benidormenses de un sin número de almadrabas en el pasado, desde una punta a otra del Mediterráneo español y aún más hasta la raya de Portugal.

  Dentro de las diferentes Redes Sociales, Facebook y las otras se parecen a una Almadraba porque el caos que se genera dentro de la misma es mayúsculo. Entradas por aquí y por allá, gente que se tropieza con quien no quiere, encuentros deseados o indeseados, ritmos diferentes puestos en común... La sensación de interconexión de locuras que se produce en la almadraba es la misma que la que existe entre sinapsis del cerebro o entre conexiones de usuarios Fb, las cosas acaban en algún lado pero sin control, sin mando, sin vuelta atrás, sin leyes salvo las del contorno físico.  En otro tipo de redes es difícil encontrar una sensación parecida, te atrapan y ya está, un momento de tristeza y a la olla; pero la almadraba permite a los atunes luchar, conocerse, apartarse, saltar, compartir, eliminar, formar grupos, ya no me gustar, subir, bajar, discutir. Una almadraba y una red social es lo más parecido a una plaza o foro de electrones, donde cada uno puede acabar ni se sabe dónde, ni cómo ni con quien. 

  Lo que no sé es si, al igual que en la almadraba, los usuarios vamos acabando uno a uno en el cajón de un vendedor de algo o de un psicólogo convertidos en adictos del diván o del centro comercial, eso ya se verá cuando estemos todos fuera del agua. Mañana más.  

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